Seguramente a la mayor parte de los lectores el título de este libro los sitúe sin más en una experiencia reconocible y añorada: un niño sentado en la falda de un adulto que se convierte, al ritmo de unos versos sencillos –que ese adulto aprendió de niño de sus padres y abuelos, y estos a su vez de los suyos–, en la grupa de un caballo. Un caballo que camina, trota, galopa. Y con el galope y su velocidad instaura el descontrol y la diversión.
La especialista en literatura para la primera infancia María Emilia López señala, en Un pájaro de aire, que “la experiencia poética no se inicia necesariamente con los libros, sino con algunas fuentes de la transmisión oral: cuentos, retahílas, poesía, canciones, trabalenguas, mediados a veces por juegos corporales, más la transformación de los gestos cotidianos en juego”. Es en esa tradición que se inscribe Al galope, galope, galope, de Gabriela Mirza y Carolina Monterrubio, publicado por Amanuense.
La teórica argentina continúa diciendo: “El cuerpo del niño es un territorio vincular permanente, por los cuidados que requiere y sobre todo por la dependencia física de los primeros tiempos de la vida. También puede ser un campo poético. Con las marcas de la afectividad, el tacto, la voz, la envoltura, y el posterior dominio del gesto y el movimiento, el cuerpo ya no es sólo un conjunto de músculos, huesos y nervios, sino sobre todo una materialidad que aloja las producciones y experiencias del psiquismo, subjetividad creciente”. Parece que se refiriera específicamente a este libro, que remite a una experiencia compartida y reconocible, que se instaura en la historia lectora como un momento de disfrute: todos tenemos en la memoria esa estrofa sencilla que arranca con “en un caballito gris / nos vamos a París”.
Mirza actualiza el juego poético tradicional dándole una encarnadura particular: ensaya variantes en las que lo general se vuelve concreto, local. Nombres propios y experiencias particulares llenan de sentido la rima y construyen un pequeño universo. Ese mundo no es otro que el de la comunidad de la biblioteca El Sonido de los Libros, que Mirza dirige junto con su pareja, Santiago da Rosa, en el pequeño balneario Playa Fomento, en la Costa del Inmigrante de Colonia. Aunque lo explica y le da contexto, esta genética no limita, sin embargo, al libro en su potencia propia: si no supiéramos nada de eso, igual podríamos leerlo y disfrutarlo, apropiárnoslo como vehículo para leer y jugar, y sumar nuevas experiencias de juego poético con nuevos protagonistas. Para eso, el texto se acompaña de las ilustraciones de Monterrubio, de formas sencillas y colores vivos, que ubican cada pequeña situación en espacios abiertos, bajo cielos azules y con una naturaleza exuberante de flores enormes y caballos que se transforman según el deseo y la fantasía indómita de los pequeños corceles.
El trabajo de Mirza abarca el libro y la lectura desde ángulos diversos –como autora, como cantante y performer en las bebetecas, como bibliotecaria– que en este título se aúnan en una trama inseparable. Transita acá un camino inverso al habitual: de la canción al libro. Suele transformar libros en canciones que ofrece a los pequeños participantes de las bebetecas vestidas con su voz y actuación y acompañadas por la guitarra de Da Rosa. De hecho, “La canción de Chula”, en la que se basa este libro, forma parte del disco De upas y trotecitos, que grabaron en 2022. “En el extremo opuesto de productos dirigidos que buscan que el bebé se entretenga solo, la idea es generar vínculo. El bebé no está solo, está con quien lo cuida, con sus padres, su familia. La idea del juego del caballito, entonces, es justamente que necesita de esa compañía para funcionar”, explicaba a la diaria por entonces. Ese espíritu se traslada a las páginas en este camino profundamente vital de llevar al libro la experiencia de la canción, tal como se explica en las páginas iniciales, donde, además, se ofrecen, en sendos QR, la canción y un video que permite recorrer el camino de regreso a la biblioteca con su comunidad lectora (y galopadora).
Al galope, galope, galope, de Gabriela Mirza y Carolina Monterrubio. 28 páginas. Amanuense, 2024. $ 750.