Arriba de la caja de una camioneta grande y blanca, saludando a su paso, la fórmula del Partido Nacional (PN), compuesta por Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, participó en una caravana en la mañana de este domingo en Montevideo, la cual terminó al mediodía, en el faro de Punta Carretas. Se trató del acto de cierre de campaña de la fórmula blanca en la capital, de cara a la elección del 27 de octubre.

El día estaba caluroso y el cielo despejado, por eso en la caravana no faltaron las referencias al leitmotiv nacionalista: “El cielo azul otra vez”. Las bocinas se hicieron sentir a todo ritmo –incluida la de una vieja cachila Ford que sonaba como la de un dibujito animado– cuando la maraña de autos llegó al lugar de destino, que estaba copado por todo tipo de puestos de cada sector nacionalista. Había un entusiasta vendedor que ofrecía cornetas a 100 pesos y hasta una parte con juegos infantiles –inflables, un mini Mambo y afines–.

De a poco fueron llegando, desde distintos puntos de la capital, las figuras de cada agrupación blanca. El senador suplente Sebastián da Silva, de Espacio 40, mostró con orgullo el gran tractor amarillo –adornado con la bandera de su sector– estacionado en la entrada que lleva al faro. En el evento había cerca de 3.000 personas, que, a pesar del calor, se movieron al ritmo de Lucas Sugo. El músico se presentó con su banda, como también lo había hecho en el Palacio Peñarol en el acto de lanzamiento de la campaña de Delgado para la interna, en marzo.

Antes de iniciar su discurso, Ripoll le mandó un saludo a su hijo, Nahuel, porque tenía otra actividad y no la pudo acompañar este domingo, pero aseguró que “estará el 27, cuando logremos la mayoría parlamentaria”, con lo que se ganó el vitoreo del público. Luego, como lo ha hecho anteriormente, Ripoll afirmó que Montevideo “no es propiedad de nadie” en términos políticos.

La candidata a vicepresidenta sostuvo que la campaña blanca es de propuestas, que “sólo” los nacionalistas ponen “todas las semanas propuestas arriba de la mesa” y destacó que no esconden el programa y les dicen a los uruguayos lo que van a hacer. “Porque estamos convencidos de que hicimos las cosas bien y que merecemos la oportunidad de seguir mejorando al Uruguay”, insistió.

Más adelante, Ripoll hizo énfasis en que parte de la campaña con Delgado la hacen separados, el candidato a presidente va por el interior y ella recorre la zona metropolitana. Entonces, dijo que “el común denominador en Montevideo y Canelones es la desidia, son los uruguayos olvidados”.

“Nos encargamos de decirles que este gobierno, del que dijeron tantas cosas, que iba a estar en contra de los más vulnerables, que iba a ser antipobre y antitrabajador, no sólo estuvo del lado de los más vulnerables, sino que tuvo que llegar para ponerles la luz y el agua, cosas básicas, a las personas que viven en los asentamientos”, afirmó Ripoll.

Siguiendo el razonamiento, Ripoll dijo que los integrantes de la fórmula del Frente Amplio, Yamandú Orsi y Carolina Cosse, “son los padres de la desidia de Montevideo y Canelones”, por lo tanto, llamó a imaginar lo que pasaría “si están al frente del país”.

Álvaro Delgado en el acto del Partido Nacional, el 20 de octubre, en el faro de Punta Carretas.

Álvaro Delgado en el acto del Partido Nacional, el 20 de octubre, en el faro de Punta Carretas.

Foto: Diego Vila

“Una ola de esperanza arrolladora”

Mientras el público gritaba “presidente, presidente”, Delgado empezó a cerrar el acto, subrayando que el cielo azul parecía “pintado” para los nacionalistas “en todo el país”. “Esto nos dice algo, que nosotros hoy representamos la esperanza nacional, que somos mucho más que la continuidad del rumbo, somos la esperanza de que este rumbo continúe y que Uruguay no retroceda”, sostuvo.

Delgado destacó que el PN les da certezas a quienes lo votan “y seguramente también” a quienes no. Subrayó que en la caravana por Montevideo pasaron “por varios comités de otros partidos” y les dirigieron “un aplauso”, porque esa es la forma que entienden “de encarar la política”. “Los que están en la oposición no son enemigos, sino adversarios. ¿Son modelos diferentes? Sí, pero el día en que nos toque gobernar, gobernaremos también para ellos, para todos los uruguayos”, insistió.

El candidato blanco dijo que se trata de una “elección diferente”, en la que hay “más apatía” porque “seguramente la mayoría silenciosa prefiere la continuidad cuando compara” y se pregunta “¿retrocedo o sigo para adelante?”. Subrayó que este gobierno “cuidó a la gente en el momento más difícil” –en referencia a la pandemia– y de eso “la gente no se olvida”.

Luego, dijo que a los blancos les tocará “la responsabilidad de liderar la coalición”, donde están “todos juntos, no para ganar, sino para gobernar”. Subrayó que, por eso, en estos días todos los candidatos del oficialismo dicen “clarito” que el domingo, cuando se abran las urnas, se cuenten los votos “y la coalición tenga mayoría parlamentaria”, empezarán “a tener gobierno”. “Porque, después, eso nos va a dar un empuje enorme, una ola de esperanza arrolladora, como decía Wilson [Ferreira Aldunate], para ir a una segunda vuelta y ponernos la responsabilidad sobre los hombros de ser presidente de la República”, dijo.

Por último, Delgado contó que sueña con un acto más grande que el de este domingo, que lo harán el 1º de marzo de 2025 en la plaza Independencia, en la asunción del nuevo gobierno, y en el que se dé “un abrazo eterno, con los ojos húmedos”, con Lacalle Pou, al pasarle la banda presidencial. “Y me imagino el último día del próximo gobierno, con el apoyo de ustedes, con el equipo que tenemos preparado y pronto para seguir gobernando, cuando termine el mandato y le dejemos al próximo presidente, que seguramente sea blanco, el Uruguay como el país más desarrollado de América Latina”, finalizó.