Si las elecciones internas tuvieran un concurso y nosotros fuéramos un jurado que pone puntos según las categorías “importancia” y “competencia”, seguro la interna del Frente Amplio resultaría ganadora. Tendría buen puntaje en importancia, porque hay altas chances de que quien gane esa interna sea el próximo presidente del país, y también en competencia, ya que la diferencia entre el primero y la segunda no es tan grande. A las otras internas les falta alguna de las dos cosas, o ambas.

Hay además otro elemento cautivante en la elección del Frente Amplio: la distancia entre Yamandú Orsi y Carolina Cosse depende mucho del universo considerado. Sabemos ya que las encuestas son una pintura impresionista, no una foto exacta sino un conjunto de grandes trazos que prefiguran un paisaje. Y que cada interna es una pequeña parte de esa gran pintura. ¿Cómo saber qué parte del cuadro mirar para predecir el resultado de la interna frenteamplista?

El cuadro completo: todo el electorado

Podemos comenzar por mirar la pintura en toda su extensión y pensar qué votaría en la interna del Frente Amplio el total del electorado. Esto no lo hace ninguna encuestadora para estimar los resultados de junio, porque es muy poco probable que los colorados o los blancos voten en la elección interna del Frente Amplio, pero es un interesante puntapié inicial.

En relación con la popularidad, tanto Usina como Cifra relevan mayores saldos netos de popularidad para Orsi que para Cosse a nivel de todo el país. Equipos ha realizado escenarios para la elección nacional cambiando los candidatos presidenciales. Cuando se supone que el candidato es Orsi, el Frente Amplio obtiene 48% en octubre; cuando se supone que es Cosse, 40%. Ocho puntos de diferencia llaman la atención, son casi 200.000 personas. Opción hizo un ejercicio similar, y también le da una mayor votación con Orsi que con Cosse, aunque con una diferencia menor: 44% contra 41%. Estos elementos han sido incluso esgrimidos como argumentos a favor de Orsi desde su comando de campaña.

Este primer panorama, sin embargo, es rápidamente descartable a los efectos de pronosticar la interna, ya que no será toda la población la que decida quién será el candidato presidencial del Frente Amplio. Debemos dar un par de pasos hacia adelante, acercarnos y mirar sólo una parte del cuadro.

Una parte del cuadro: los frenteamplistas

Una opción más razonable es preguntarles sólo a los frenteamplistas, definiendo “frenteamplistas” como las personas que piensan votar en octubre al Frente Amplio. Si miramos los resultados de las últimas encuestas que toman este universo, Orsi siempre aparece delante de Cosse, con distancias variadas: 26% (Cifra), 16% (Factum), 10% (Usina) y 9% (Opción).

Una opción alternativa para definir a los frenteamplistas es seleccionar a los que se consideran “cercanos” o “muy cercanos” al Frente Amplio. Este universo es un poco más chico que el de los que dicen que votarán en octubre, pero no demasiado. El único que usa esta definición para la proyección de internas del Frente Amplio es Equipos, y le da una diferencia de 16% a favor de Orsi.

Foto del artículo 'El enigma de las internas: la distancia entre Orsi y Cosse'

Sin embargo, no todos los que van a votar en octubre votarán en junio. Así que debemos dar un paso más, acercar la cara al cuadro.

Una parte de la parte del cuadro: los que dicen que concurrirán a votar en las internas del Frente Amplio

Una opción más focalizada es preguntarles a los frenteamplistas si piensan votar en junio, y sólo quedarse con los que dicen que sí. Las encuestadoras que publican intenciones de voto con este universo encuentran una disminución de la distancia entre Orsi y Cosse con respecto a preguntarles a todos los frenteamplistas. En el caso de Cifra, pasa de 26% a 13%; en el caso de la Usina, de 10% a 6%; en el caso de Opción, de 9% a 3%.

Foto del artículo 'El enigma de las internas: la distancia entre Orsi y Cosse'

Esta opción, que a priori parece definitiva, igual se enfrenta a un problema: a la gente le gusta decir que va a ir a votar, queda lindo. Los politólogos llaman a este sesgo “deseabilidad social”, un concepto que refiere a la tendencia que tienen las personas al ser entrevistadas a decir lo que es políticamente correcto, lo que es bien visto por la sociedad. En una sociedad como la uruguaya, queda bien decir que uno va a votar.

Factum ha dimensionado este fenómeno: el 60% de sus encuestados dicen que seguro van a votar en las internas. Cifra también: el 58% de los frenteamplistas les dicen que concurrirán a votar el domingo 30 de junio. Este valor es el doble que los que votaron en la elección interna pasada, lo que a uno lo lleva a pensar que hay varios de esos que dicen que van a votar seguramente terminen yéndose para afuera ese fin de semana, que justo empiezan las vacaciones de invierno de la escuela.

Por tanto, todavía estamos con una población mayor a la que efectivamente va a votar. La verdad está en una porción más pequeña, debemos acercarnos, casi tocar la pintura con la punta de la nariz, sentir el aroma del óleo.

Una parte de la parte de la parte del cuadro: los que realmente votarán en las internas del Frente Amplio

La cuarta opción sería poder lograr, mediante una combinación de preguntas, quedarnos sólo con los que realmente van a votar. Para tener una idea, el porcentaje de frenteamplistas que votaron en las internas de 2014 y 2019 se ubicó en 27%.

Incluso si logramos la difícil tarea de estimar con mayor precisión quiénes realmente van a ir a votar, tenemos frente a nosotros dos problemas. El primero es que cuanto más fino queremos hilar en una población menor, menos personas tendremos en la encuesta y más altos serán nuestros márgenes de error.

El segundo es que la sección del cuadro que hemos elegido mirar depende de varias decisiones. Ya para el paso anterior tuvimos que hacer tres preguntas a las personas: qué va a votar en octubre, si va a votar en junio y a quién votaría en junio. Para hacer más zoom tenemos que agregar más información. ¿Grados de certeza con respecto a si va a ir a votar? ¿Conocimiento de cuándo se vota? ¿Votó en las internas pasadas? ¿Interés en la política? ¿Interés en la Copa América? Cada una de estas preguntas va agregando definiciones subjetivas y sumando márgenes de error. Las encuestadoras no han presentado, al menos públicamente, estimaciones que vayan tan cerca de la pintura. Recordemos además que, a diferencia de otros países, el territorio natural de las encuestadoras uruguayas son las elecciones obligatorias, no las voluntarias.

Para que no nos duela la cabeza por mirar tan de cerca, volvamos un par de pasos hacia atrás y veamos nuevamente la pintura completa.

Un modelo para el cuadro completo

El pasaje por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración hace que uno se lleve pegado al cerebro una cosa extraña: la tendencia a pensar en términos de modelos. Por eso, luego de este repaso por la pintura impresionista, me resulta muy tentador jugar a modelizar lo que hemos visto.

Supongamos que ordenamos en un gráfico a los votantes uruguayos. De izquierda a derecha aparecerían con el siguiente orden: al principio un férreo militante frenteamplista, termo y mate con pegotín de Seregni y bandera roja, azul y blanca firmada por Tabaré en la espalda; a continuación un votante frenteamplista, que vota en las internas según cuánto lo entusiasme algún candidato y el clima del día; luego alguien que piensa votar en octubre al Frente Amplio, pero que no va a votar en las internas; finalmente, a la derecha, votantes colorados, cabildantes y blancos.

Este ordenamiento de los votantes, según lo que hemos podido ver en las encuestas, muestran diferentes distancias entre Orsi y Cosse. La distancia se achica conforme nos acercamos al núcleo duro, al frenteamplista que realmente irá a votar en la interna, por lo que podemos elaborar una función que vincula esas dos variables, la distancia y el universo, que llamaremos “función de distancia Orsi-Cosse” y se muestra en el gráfico.

Foto del artículo 'El enigma de las internas: la distancia entre Orsi y Cosse'

Los datos para estimar la función de distancia Orsi-Cosse son los que nos dan las encuestas y muestran una pendiente. Sin embargo, los datos llegan hasta aquellos que dicen que concurrirán a votar en las internas, no van más abajo. Algunas encuestadoras han hecho referencias cualitativas a esta parte baja de la función. Factum plantea que “quienes efectivamente van a votar en las elecciones preliminares no necesariamente son una muestra del total del electorado y tampoco están representados entre quienes declaran que concurrirán a votar, sino que presentan un sesgo”. Cifra plantea una hipótesis similar: “En principio, mayor participación beneficiaría a Orsi, que tiende a atraer a los menos militantes, mientras que una interna más chica beneficiaría a Cosse”.

Todas las encuestadoras dan a Orsi primero y a Cosse segunda, en todos los escenarios considerados. Más allá de este fuerte consenso, la función de distancia Orsi-Cosse nos deja planteadas preguntas fascinantes cuando acercamos la nariz a la pintura: ¿Qué pasa más cerca del eje, próximo al núcleo duro del frenteamplismo? ¿La distancia se estabiliza o sigue teniendo la misma pendiente? ¿Se intersecta en un momento con el eje de las abscisas, llegando a ser cero? ¿Pasa en algún momento a ser negativa? Si lo hace, ¿en qué punto lo hace?