Un viejo ómnibus pintado de celeste azulado hasta las ventanas, de la Lista 71 y con la frase “Experiencia para gobernar”, estaba estacionado a pocos metros del Club Atenas: ya avisaba que, allí, este sábado de mañana se iba a reunir la Convención Nacional del Partido Nacional (PN). “Don Luis Alberto de Herrera, / servidor de mil batallas, / desde el diario a la tribuna / y de la pluma a la lanza” fue una de las tantas canciones blancas que sonaron por los parlantes ubicados en la cancha de básquetbol, mientras los militantes, dirigentes y convencionales terminaban de llegar. En la calle eran recibidos por puestos con banderas y hasta souvenirs de cada sector blanco.
La convención se reunió, justo el día en que el PN cumplió 188 años, para aprobar el programa único del partido y a Valeria Ripoll como compañera de fórmula de Álvaro Delgado. Así lo establece el artículo 4 de la Ley 17.063: “El órgano deliberativo nacional con funciones electorales, surgido en la elección interna, realizará la nominación del candidato a la vicepresidencia en votación nominal y pública por mayoría absoluta de sus integrantes”.
La noche de la elección interna, cuando Delgado se impuso con casi 75% de las adhesiones blancas, el anuncio de que Valeria Ripoll sería su candidata a vicepresidenta tomó por sorpresa a la mayoría del PN. No fueron pocos los nacionalistas que se mostraron molestos con la decisión e incluso algunos pusieron en duda que fueran a levantar la mano para elegirla en la convención, pero poco a poco las aguas se calmaron.
Este sábado la votación fue nominal, como lo establece la ley, es decir que los delegados de la Corte Electoral llamaban a cada convencional por su nombre y tenían que decir su voto a viva voz. Las dos tribunas del Club Atenas estaban colmadas y algunos convencionales, al ser nombrados, fueron muy aplaudidos y vitoreados, como el caso de la senadora Graciela Bianchi y el comunicador Sergio Puglia.
De los 500 convencionales blancos elegidos en la interna del 30 de junio, en la cancha había 442. Todos votaron a Ripoll como candidata a vice menos uno: Álvaro Segredo, que en la interna ocupó el segundo lugar de la lista 4 de Cerro Largo, de Espacio País, liderada por el senador Sergio Botana. Por lo tanto, la convención no pudo lograr la unanimidad en la designación de la fórmula, pero apenas por un voto. Teniendo en cuenta el ruido que había generado la designación de Ripoll en un principio y cómo fue el resultado este sábado, un legislador blanco dijo a la diaria: “Todos los tigres acá se hacen gatos”.
Ripoll: “Este nivel de persecución que estoy sufriendo demuestra los nervios que tienen”
“Mi vida cambió, no saben cuánto. Pero soy muy agradecida, porque en estos meses que hicimos la campaña para la elección interna pude volver a confiar en la política”. Esas fueron las primeras palabras de Ripoll arriba del escenario, ya oficialmente como candidata a vicepresidenta.
La exsecretaria general de la Asociación de Empleados y Obreros Municipales lanzó varias críticas a la oposición, aunque sin nombrar explícitamente al Frente Amplio (FA). Recordó que en Uruguay “hay partidos que no tienen ni una tercera parte de la historia del PN, que se creen que todo nació a partir de que nacieron ellos, que la lucha por las mujeres y los más débiles nació con ellos y que son los dueños de esas causas”. “Pues sepan que los verdaderos referentes de todas esas causas y esas luchas están en este partido, el PN”, subrayó, y se ganó una ola de aplausos.
Ripoll recordó que en la campaña de las elecciones pasadas, de 2019, “se planteaba” que el gobierno actual “iba a ser terrible para los más débiles, para los que recibían planes sociales, para los trabajadores y para los pobres” porque iba a ser un gobierno “que venía a barrerlo todo”. “Y si hay algo que me hizo convencerme de que tenía que volver a la política, fue lo bien que hizo las cosas este gobierno. Los que se dicen reyes de la sensibilidad social tuvieron 15 años, tuvieron tiempo, recursos económicos y mayoría parlamentaria; le podrían haber cambiado la vida a la gente que más lo necesitaba, y no lo hicieron”, sostuvo. Ripoll aseguró que este gobierno hizo “mucho más por la gente que lo necesitaba” que el FA “en 15 años”.
Luego, la flamante candidata a vicepresidenta elogió a Delgado y destacó lo que para ella es “lo más importante, que Álvaro es buena gente”. “Eso se necesita en la política, buenos hombres, buenos amigos, buenos esposos y buenos padres”, agregó. Más adelante, Ripoll dijo que ella tiene “los mismos problemas y la misma vida que la mayoría de los trabajadores de este país”. “Tengo cuentas, sí. ¿Pago alquiler? Sí. Y eso no es un demérito. Me podrán golpear una y otra vez, y una y otra vez me voy a levantar. Este nivel de persecución que estoy sufriendo, de acoso, que no lo sufre nadie en la política, de investigar a mi familia, de ver qué es lo que hago cada día de mi vida, demuestra los nervios que tienen”, sostuvo, y se ganó más aplausos.
Ripoll destacó que no va a decirles a los militantes del PN que es blanca porque “obviamente” todavía no lo es, pero sí es “nacionalista”. De todos modos, recordó que hace pocos días el veterano dirigente del PN Álvaro Volonté –que estaba presente en la convención con un impoluto pañuelo blanco en su bolsillo– le dijo que ella en realidad “fue blanca toda la vida y no lo sabía”.
“Con nuestro candidato, con el programa, con el equipo y con lo que se hizo en este gobierno, sepan que voy a dejarlo todo. Voy a dejar mi alma y mi corazón para que volvamos a ser gobierno. Porque lo merecemos, vamos a volver a ser gobierno”, finalizó Ripoll.
Delgado: “Vamos a gobernar para todos”
La convención la cerró Delgado, con un discurso de casi 40 minutos –el doble de lo que habló Ripoll– y ya con el eslogan que usarán para la campaña, que se podía ver en la pantalla gigante detrás del escenario: “Reelegí un buen gobierno. Delgado/Ripoll. Una nueva mirada”.
Delgado empezó su discurso diciendo que la instancia de este sábado representó uno los momentos más emocionantes de su vida política, “mucho más que la noche de las internas”, pero espera que sea menos emocionante que la noche del 24 de noviembre, la del eventual balotaje, y la del 1 de marzo, cuando asuma el nuevo gobierno.
“Le quiero agradecer a Valeria por su compromiso y su valentía, porque no dudó un minuto en aceptar mi propuesta. Porque lo único que me dijo fue: ‘Si tú entendés que yo contribuyo a que el PN vuelva a ser gobierno, contá conmigo’, y aquí está”, subrayó Delgado. El candidato recordó las palabras del presidente, Luis Lacalle Pou, en la campaña de 2019, que solía decir: “Estamos preparados”. “Y vaya si estábamos preparados. Ahora podemos decirle al Uruguay entero que no sólo estábamos preparados, sino que estamos probados y prontos para salir a gobernar”, dijo.
El discurso de Delgado fue bastante similar al que hizo durante lo que va de la campaña. Sostuvo que el actual gobierno realizó “una gestión histórica” y, al igual que Ripoll, dijo que en cinco años lograron “más cosas que muchos en 15 con mayoría propia”, a pesar de que la gestión actual sufrió “varias crisis”, siendo la pandemia “la más importante”, que “condicionó dos de los cinco años de gobierno”.
“Miren que el objetivo de muchos es ganar por ganar mismo. El objetivo nuestro no es ganar, sino gobernar, y a eso nos vamos a dedicar. Y lo podemos hacer porque tenemos un primer piso bien sólido. Este gobierno se diferencia de lo que recibimos el 1 de marzo de 2020, un primer piso muy sólido para seguir construyendo cosas. Es más, no podríamos plantear gran parte de las propuestas que tenemos acá si no hubiéramos hecho lo que hicimos, porque miren que el Uruguay que recibimos no fue el ideal”, sostuvo.
Por último, Delgado invitó a todos los presentes a militar juntos “un concepto que es muy abarcativo”, porque los nacionalistas, “a diferencia de otros”, hacen su propuesta “para todos”. “Vamos a gobernar para todos, para cualquier uruguayo, haya votado lo que haya votado. Porque antes que cualquier cosa somos nacionalistas y tenemos esa visión de país de poner siempre primero a la patria”, finalizó.
Pasada la una de la tarde, finalizada la convención, la gente empezó a despejar el Club Atenas y en la vereda varios dirigentes blancos comentaron los discursos. Un legislador nacionalista quedó contento con las palabras de Ripoll porque fueron “para la hinchada” y otro dirigente bromeaba con que se volvió “ripollista de Ripoll”. Mientras los militantes se seguían yendo, el ómnibus de la 71 aún esperaba, estacionado en el mismo lugar. En cambio, una camioneta amarilla, de Espacio 40, el sector liderado por el senador Javier García, era empujada por dos militantes, ya que no había manera de hacerla arrancar, y en su costado se podía leer “Ni un paso atrás”.