“Estoy convencido de que no tiene nada que ver con eso. Creo que tiene que ver con algunos otros ruidos que hubo, posiblemente el tema de Artigas”, sostuvo el candidato nacionalista, Álvaro Delgado, el martes, cuando la prensa le consultó si atribuye a los ruidos que generó la conformación de la fórmula nacionalista la caída en la intención del voto del Partido Nacional (PN) que, consonantemente, marcaron las primeras encuestas que se publicaron después de las internas. Si bien entienden que esta hipótesis es razonable –e incluso necesaria para que el candidato se pueda eximir de culpas–, algunos analistas afirman que seguramente la fórmula impactó en estos resultados, posiblemente a costa del malestar de los votantes más fundamentalistas, que no recibieron de buena gana la elección de Valeria Ripoll.

El viernes, en entrevista con Arriba gente, Laura Raffo dijo que la elección de Ripoll fue “jugada” y que “contiene sus riesgos”, aunque sobre la posible incidencia en las encuestas sostuvo que “para que algo se convierta en tendencia hay que esperar a dos o tres mediciones”. Igualmente, como ya lo había hecho, la exprecandidata manifestó su preocupación por la foto que devolvieron las primeras encuestas; días atrás, dijo que se deberían analizar las causas de esta caída, en línea con lo que planteó el senador Sebastián da Silva, que propuso un análisis FODA –de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas–.

Consultado por la diaria, el diputado herrerista Juan Martín Rodríguez utilizó una metáfora futbolera para plantear por qué no piensa como sus compañeros: en su opinión, la mitad del juego no es tiempo de detenerse a hacer estudios, porque en política “se toman decisiones y se va para adelante”, y si bien reconoció que “cuantas más herramientas técnicas se puedan tener, mejor, en el medio de un partido de fútbol no te vas a sentar a tener un análisis estructural de la génesis o de por qué el rival juega de esta manera”. Para Rodríguez, “llegado el momento –eso será en noviembre– se analizará el proceso electoral y si las decisiones fueron buenas, si no lo fueron, si fueron acertadas o desacertadas”, reflexionó.

Por otra parte, el legislador de la 71, que apoyó la precandidatura de Raffo, restó importancia a la caída en las encuestas con el argumento de que es una tendencia histórica: “En el PN siempre vas a observar que en la primera medición después de las internas tiende a reflejar una baja en la intención de voto que en los meses siguientes empieza a levantar”, subrayó, y aventuró que, “como viene pasando en las últimas tres elecciones nacionales, [en octubre] vamos a tener un PN votando en torno al 30%”.

La socióloga Mariana Pomiés, directora de Cifra, coincide en que hay un factor “histórico” que puede explicar los resultados de las últimas encuestas. La última encuesta de Cifra mostró una baja de cinco puntos en comparación con la previa de las internas, al igual que la de la Usina de Percepción Ciudadana. Pomiés vinculó esto con “la primera reacción del sector que pierde” en la interna, lo que genera “ajustes” en la intención de voto, indicó a la diaria. Sin embargo, no es la única hipótesis que puso sobre la mesa.

Otro factor, para Pomiés –en línea con lo que argumentó Delgado en los medios–, “puede ser que en la semana en que se hicieron las encuestas estaba arriba de la mesa todo el tema de Artigas”, un “escándalo de corrupción” con protagonistas “muy vinculados a la cúpula” blanca, lo que “puede haber enojado a algunos”. Y, en tercer lugar, apuntó que “puede haber un pequeño grupo de votantes del PN que no esté conforme con la fórmula”, aunque puntualizó que “hay que ver si esto se sostiene” en las próximas mediciones, si efectivamente la caída en la intención de voto responde al enojo de algunos votantes con la elección de Ripoll.

Consultada sobre por qué pesaría más el escándalo de Artigas en comparación con episodios anteriores de irregularidades o incluso ilegalidades en este gobierno, Pomiés consideró que “es el momento”, porque “una cosa es que estas cosas salten dos años antes de la elección y otra cosa es en medio de una campaña”, cuando “la gente está más atenta y mira con otros ojos porque están pensando en cambiar o no cambiar, en votar o no votar”. Asimismo, acotó que otro elemento a tener en cuenta “es el efecto acumulación”, porque “nunca sabemos cuál es la gota que desborda el vaso”. “¿La culpa la tiene la última gota? No, la culpa la tienen todas las gotas anteriores que, sumadas a esa, derramaron”, analizó.

Diego Luján: la incidencia de la fórmula es la hipótesis “más razonable”

Para el politólogo Diego Luján, la hipótesis de la incidencia de la fórmula es la “más razonable”, porque es consistente con lo que se percibió en la noche misma de las internas. Según reflexionó en diálogo con la diaria, lo que mostraron las últimas encuestas “parece que viene a confirmar las intuiciones o las impresiones que distintos analistas habíamos tenido luego de las internas”, en cuanto a que “el Frente Amplio (FA) había salido muy bien y sin traumas de ese evento y que se había fortalecido y, del otro lado, en el PN, lo contrario: tuvo una culminación un poco conflictiva, en el sentido de que la selección de Ripoll como candidata a la vicepresidencia no satisfizo, en lo inmediato al menos, a buena parte de los militantes y los dirigentes, y también, uno intuye, de los votantes del PN”.

Si bien apuntó que con el correr de los días ese malestar que se generó en la interna blanca se fue mitigando, Luján resaltó que “la incógnita que queda para revelar todavía es cómo permea eso hacia abajo, porque los dirigentes tienen casi la obligación de cerrar filas y seguir adelante, pero en otros niveles no estoy tan seguro de que esa aceptación tan pacífica que se vio en los últimos días entre los dirigentes se replique”, evaluó. En ese sentido, el politólogo planteó que “para los votantes y para los militantes todavía puede llevar algo más de tiempo ver cómo procesan esa decisión”, y si bien consideró que “probablemente terminen aceptándolo, puede tener algún costo” para el partido.

Por otra parte, Luján desestimó el peso que pudo haber tenido el escándalo de corrupción en Artigas, como planteó Delgado. En cambio, atribuyó esa reflexión del candidato a que vincular los datos de las encuestas a la fórmula es “asumir la responsabilidad” y “lo pondría en un plano de debilidad mucho mayor”. No obstante, sostuvo que “hay que explicar por qué pasó ahora y no pasó antes, y esa explicación no está”, en el sentido de que “casos de corrupción han habido un montón, no sólo en este gobierno, pero en este gobierno han habido un montón, y la verdad es que cuando ves la serie histórica de intención de voto o de apoyo al gobierno o al presidente, en general, estaba bastante estable”.

En este punto, Luján introdujo un matiz, al plantear –en línea con Pomiés– que “una interpretación que no sería del todo descabellada es que los escándalos de corrupción tienen un efecto acumulativo”, o “que pesa más en la medida en que están más próximos a las elecciones”.

Buquet: “Para Delgado, es mucho mejor explicación” el escándalo en Artigas

En tanto, el politólogo Daniel Buquet analizó, en diálogo con la diaria, que si bien “las encuestas no tienen un dispositivo que permita establecer la causa de la variación”, en este caso “es una hipótesis razonable” atribuir la variación a la baja a la designación de la compañera la fórmula de Delgado porque “generó cuestionamientos importantes dentro de las propias filas, y eso también se amplifica” en la estructura partidaria, dado que “los dirigentes que ven negativamente algo tienen sus seguidores, sus operadores políticos, sus militantes que amplifican esa imagen”.

“También es cierto”, continuó Buquet, que los “hechos de corrupción afectan a los políticos”, aunque aclaró que “son cosas que pueden tener un efecto a lo largo del tiempo”, y no “así de golpe”. En línea con Luján, consideró que “para Delgado sí es mucho mejor explicación porque el tema de la corrupción en Artigas él lo puede remontar” y, “de hecho, hasta lo trató como una cosa que resolvió personalmente: 'Yo le dije a Caram que renunciara'”, dijo, en alusión a las palabras del candidato, días atrás. “La vice no la puede resolver. Se haría más daño si la negara, si revirtiera la decisión”, agregó.

En este análisis coincidió también Pomiés, quien señaló que la explicación de Delgado “tiene un doble efecto: primero, que se excusa él como responsable”, dado que “la fórmula parece ser una decisión de él, entonces, si fuera por la fórmula, tomó una mala decisión”. Así, lo que Delgado “está diciendo es: 'No es mi culpa'”. En segundo lugar, la socióloga apuntó que el candidato “está marcando la gravedad de los hechos de Artigas, que está bien”.

Para Buquet, no obstante, la que muestran las últimas encuestas no es una caída “dramática”, y “la posición del PN y de Delgado hasta el momento es suficientemente cómoda como para no temer por bajar algunos puntos”, sin tener que acudir a “medidas drásticas”. “Siempre algún votante más principista o fundamentalista va a entender que algunas cosas que hizo su partido, su líder, excedió algún límite”, pero “no parece que estemos hablando de una sangría”, evaluó el politólogo, en el entendido de que “estos grupos nunca son muy grandes”.

¿A dónde se fueron?

El informe de la última encuesta de la Usina de Percepción Ciudadana, según la cual el FA alcanza 48% de la intención de voto, el PN, 24%, y el Partido Colorado (PC), 11%, apunta que “los datos sugieren cierto traspaso de eventuales votantes desde el PN al PC”, con base en que en la medición anterior, en junio –antes de las internas–, el FA tenía una intención de voto de 47%, el PN, de 29% y el PC, de 8%.

Para Buquet, “era razonable esperar algún movimiento entre los partidos de la coalición, porque comparten un electorado coalicionista, y en la medida que las internas definieron candidaturas y aclararon el panorama, era esperable que se generara algún movimiento”. Asimismo, reafirmó que en paralelo a la caída del PN hay un “pequeño crecimiento de la candidatura colorada”, de Andrés Ojeda, “que no es de la misma magnitud, como para pensar que se cambiaron de blanco a colorado, pero tal vez algunos sí”, analizó.

Buquet apuntó que “allí en el PC ganó una figura joven, carismática, que tiene esos ingredientes que cada vez más les gustan a los electores latinoamericanos o incluso en Occidente, que es la novedad”. El politólogo explicó que “en la medida en que se produce una especie de hartazgo de la política, de los políticos tradicionales, las propuestas novedosas generan un atractivo en una parte del electorado” y evaluó que “parecería que en alguna medida lo podría estar logrando Ojeda en el PC, que hizo una fórmula razonable” y “pacificadora dentro del PC”, con Robert Silva.

“Si la explicación fuera que esto es un shock de opinión que generó un rechazo en algunos votantes, eso se mantiene estable o incluso los puede recuperar”, acotó Buquet, con la aclaración de que no se puede asegurar que eso vaya a suceder “porque también podemos pensar que haya gente de este espacio más coalicionista independiente a la que le guste más Ojeda que Delgado”.

Luján, por su parte, aclaró que hay que “tener bastante cautela” a la hora de “establecer trasiegos” porque no son datos que se desprendan explícitamente de las propias encuestas, pero sí consideró que es “razonable” pensar que “dado que el sistema está establecido en dos bloques, la forma más rápida de migración sea dentro de un bloque”, o sea, del PN al PC, en este caso. “Es más costoso para un votante salir de una opción e ir a otra dentro de un bloque que cambiar de bloque, o sea que esto respalda la idea de que el PC se vio beneficiado”, apuntó.

No obstante, Luján coincidió con Buquet en que un factor importante en esa posible migración, más allá del descontento entre algunos blancos con la fórmula, “es la candidatura del PC”. “Me parece que la candidatura de Ojeda tiene también un valor de arrastre, porque es un candidato un poco extraño al sistema político, revulsivo en el PC, que estaba carente de figuras nuevas”, evaluó. Además, Luján destacó que “en la medida que Ojeda se presenta como más amigable con el PN” que otros colorados, “de alguna manera, facilita más ese trasiego”, dado que ante “un candidato colorado que haga mucho hincapié en el coloradismo tradicional el votante del PN ve barreras más altas”.

Pomiés, en tanto, destacó que, según las mediciones de Cifra, “sobre todo” los encuestados que dejaron de preferir al PN “se fueron a los indecisos”, aunque también acotó que “Ojeda creció un poquito”. En ese sentido, afirmó que aunque lo que creció el PC “es menor que la pérdida del PN, se benefició sin duda”, y señaló que esta situación “es una oportunidad para Ojeda”, tal como lo esperaban algunos dirigentes colorados, que a causa de las rispideces en la interna blanca veían una ventana de oportunidad para reposicionarse en la coalición.

Pese a esto, Pomiés resaltó que el hecho de que la mayoría se haya volcado al grupo de indecisos puede implicar “que vuelvan fácilmente” al PN. “Dieron un primer paso de alejamiento, pueden volver, pero también pueden seguir de largo”, apuntó, y consideró que lo que suceda con esos votantes “dependerá de las estrategias del PN para generar elementos que les permitan a esas personas disculparlo”.