Los miembros del XIX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) se reunieron esta semana en Pekín y aprobaron una resolución que coloca el liderazgo de su actual secretario general, el presidente chino Xi Jinping, a la altura de Mao Tse Tung o Deng Xiaoping. El documento aprobado el jueves hace un repaso de los logros de China a lo largo de 100 años y alude a la situación actual del país como potencia mundial. Insiste en la importancia de la “chinización del marxismo” y en el protagonismo de Xi en esta “era” del país.
“El pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era es el marxismo de la China moderna y del siglo XXI, constituye la esencia de la época propia de la cultura y el espíritu chinos, y representa un nuevo salto en la chinización del marxismo”, afirma la resolución, publicada por la agencia de noticias china Xinhua. El texto agrega: “Los avances y la experiencia histórica acumulada hasta ahora nos permiten entrar en un nuevo viaje para construir un país socialista moderno en todos los aspectos”.
La declaración de la cúpula del PCCh, que la agencia china califica como “histórica”, es un gran paso hacia la permanencia de Xi en el poder. En 2018 se habían eliminado los impedimentos para una nueva reelección del presidente chino, y todo indica que el próximo Congreso Nacional del PCCh, convocado para el segundo semestre de 2022, lo ratificará como gobernante por al menos otro período, hasta 2027.
Una resolución equiparable a la que se aprobó el jueves se había emitido en 1945, con Mao Tse Tung al frente del PCCh, y otra en 1981, con Deng Xiaoping, que abrió un período de reformas. El jueves el plenario del Comité Central decidió “respaldar de forma decidida la posición central del camarada Xi Jinping”, que había presentado un borrador de esta resolución, en la que se reivindica que “sólo el socialismo puede salvar a China y sólo el socialismo puede desarrollar a China”. El documento llama a la población a “avanzar al unísono” y mejorar la capacidad del país “para responder a riesgos y desafíos”.
“Al impulsarse mediante una histórica resolución que lo coloca a él mismo en el centro de una gran narrativa del Partido y de la China moderna, Xi está demostrando su poder. Pero el documento es también una herramienta para ayudarlo a retener ese poder”, dijo a la cadena BBC Adam Ni, editor de China Neican, una newsletter en chino sobre actualidad. Acerca de los entretelones de esta declaración y los tiempos políticos que vienen, queda un margen de incertidumbre, señaló Ni, y consideró que “la política de élite de China es opaca, por lo que hay mucho que no sabemos”.
De cara a los próximos años, la resolución aprobada por el PCCh deja planteados objetivos de “promover la autosuficiencia científica y tecnológica”, la “prosperidad común” y el “desarrollo de alta calidad”. El texto destaca, por otra parte, que hay “un liderazgo centralizado” que “ha logrado que el pueblo tenga confianza e innove”, y que “pondrá en marcha nuevas ideas para la gobernanza” y “nuevas estrategias”.
En el documento se presentan como una serie de logros de los últimos años la eliminación de la pobreza extrema, la política anticorrupción, y una situación internacional en la que China es una de las principales potencias mundiales. La China que impulsa el documento, elaborado a partir de un borrador presentado por Xi, debe ser “fuerte” y “hacerse valer”. Tanto la resolución como los medios oficiales destacan que Xi dialoga mano a mano con los gobernantes de Rusia y Estados Unidos.
La figura de Xi ha crecido en China. Su visión del socialismo con particularidades chinas se estudia en las escuelas y se incorporó en los estatutos del PCCh y la Constitución china. El presidente divulga su manera de ver la política y ha impulsado la difusión de textos que anuncian que llega una nueva era en la cual, para el centenario de la República Popular, en 2049, China alcanzará su completa modernización.