A un año de una elección presidencial cargada de desinformación, los peruanos acudieron nuevamente a las urnas para elegir a sus autoridades subnacionales. Y, como en aquel proceso, los distritos de la capital con mayor poder adquisitivo también votaron mayoritariamente por la opción ultraconservadora.
Los resultados electorales de la capital muestran la radicalización de un sector electoral conservador en Lima metropolitana. En el recuento oficial de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), actualizado al 100% de actas procesadas, Rafael López Aliaga, de Renovación Popular, obtuvo 26,2% de los votos para la alcaldía de Lima Metropolitana, con un margen estrecho sobre Daniel Urresti, de Podemos Perú, quien alcanzó 25,3% de las preferencias electorales. Más lejos quedaron George Forsyth, de Somos Perú, con 18,9%, y Elizabeth León, del Frente de la Esperanza, con 10,9%.
El conteo de la ONPE arroja que Renovación Popular ganó en los 12 distritos con mayores ingresos económicos de Lima Metropolitana. Los resultados en estas jurisdicciones superan ampliamente el 30%: San Isidro (61,6%), Miraflores (55,8%), San Borja (54,9%), La Molina (46,6%), Santiago de Surco (45,8%), Magdalena del Mar (43,1%), Pueblo Libre (42,5%), San Miguel (41,6%), Jesús María (40,7%), Lince (39,1%), Surquillo (37,2%) y Barranco (36,8%).
Para Paolo Sosa, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), los resultados preliminares de las elecciones en Lima Metropolitana exponen algunos cambios, pero también algunas continuidades. “Hay un nivel de conservadurismo que se ha ido incrementando y radicalizando en la ciudad”. A eso se añade la permanente crisis política del país que, en opinión del politólogo, también ha influido en los actuales resultados, pues este proceso encuentra a colectivos y la sociedad civil cansada.
“Hay menos activismo de parte de la sociedad civil y otros sectores populares contra los candidatos conservadores, y esto tiene que ver con un profundo desgaste tras las permanentes crisis políticas. En otras circunstancias, estos movimientos se expresan más y se movilizan contra estas candidaturas. Recordemos lo que pasó en las elecciones presidenciales, por ejemplo. Ahora estos activismos no están, parecen más preocupados por los resultados de Brasil”, dice.
Un empresario que admira a Bolsonaro
López Aliaga, empresario del sector hotelero a través de la multinacional Belmond LTD, se postuló a la alcaldía de Lima Metropolitana luego de su fallido intento por ser presidente en la elección de 2021. En la campaña pasada, el candidato de Renovación Popular (ex Solidaridad Nacional) y parte del grupo conservador Opus Dei tuvo un discurso basado en la desinformación y la xenofobia. También atacó a los medios de comunicación, las mujeres y la comunidad LGTBI.
En ese contexto, López Aliaga también expresó sus intenciones de ser como el presidente ultraconservador de Brasil Jair Bolsonaro: “Hay muchas cosas de Bolsonaro que me gustan para Perú [...] Bolsonaro defiende a las familias a rajatabla, o sea, va en contra del aborto total, y nosotros estamos a favor de la vida de todo ser humano. Va a favor de la familia, va a favor de la defensa de los niños, para que no estén besándose niños con niños, niñas con niñas”, dijo durante una entrevista con Panorama.
Los resultados electorales que le dan una virtual victoria a López Aliaga y colocan a Urresti como el segundo favorito evidencian una radicalización en la capital. Mauricio Saravia, psicólogo y especialista en opinión pública, conversó con Ojo Público antes de que se conocieran los resultados de la ONPE y señaló que los votos en Lima Metropolitana evidenciaría “colchones” electorales en busca del discurso basado en el “autoritarismo crudo y rudo” de Daniel Urresti, o el de ver a Lima como una potencia mundial “sin importar lo que eso significa”, por el lado del líder de Renovación Popular.
El analista también brindó una lectura sobre el perfil electoral que predomina en los votantes de la capital peruana. “Lima se ha radicalizado en no querer ceder a los discursos de cambio que venían desde fuera de la capital. Allí veo que es un espacio de no movilización. Lima se ha radicalizado en ser la de 2021”, agregó.
Paolo Sosa, por su parte, considera que las dos candidaturas conservadoras y predominantes en Lima Metropolitana evidencian cambios en la oferta política de la capital. “Los partidos de izquierda han sido pobres”, precisó. En este escenario, la división de la oferta electoral favoreció a propuestas con discursos similares. “El gran problema de las dos candidaturas que terminaron primeras en las elecciones es que normalizan los discursos de odio”, agregó.
A ese panorama se suma el hecho de que la virtual victoria de Podemos Perú y Somos Perú en los distritos con menores ingresos de la capital contrasta con las preferencias ultraconservadoras y de extrema derecha de los distritos más adinerados.
“Queda claro que, sobre todo, en los distritos socioeconómicos más altos el apoyo a Rafael López Aliaga y Renovación Popular habla de un sector importante de la ciudadanía que ha buscado un candidato con las características de López Aliaga: alguien que probablemente pertenezca a su sector social y que esté más acorde con las posturas políticas que tienen, sobre todo, en relación al gobierno nacional”, explicó el abogado y politólogo Paulo Vilca a Ojo Público.
El especialista destacó que en los más de 30 distritos que no pertenecen a los sectores con los mayores ingresos los resultados fueron menos homogéneos. “La situación es más heterogénea de lo que se pretende decir. Cuando se dice que Lima es conservadora, habría que ver cuál Lima es la más conservadora”, remarcó.
Al desgano de la sociedad civil y el papel de las élites culturales y económicas se suma esa evidente fragmentación política a la que hace referencia el politólogo: al menos en los últimos 40 años, ningún alcalde de Lima había ganado con un porcentaje menor a 30%. “Si no hubiera tanta fragmentación del voto, probablemente, no hubiera sido elegido López Aliaga”, sostuvo Vilca.
Ultraconservador y su estrategia de desinformación
En las horas previas a la difusión de los primeros resultados oficiales, López Aliaga se dirigió a sus seguidores desde un balcón del local de su partido, en el distrito limeño de Jesús María. El líder de Renovación Popular estuvo acompañado de su candidato a teniente alcalde, Renzo Reggiardo, y otros afiliados de su agrupación política.
El postulante edil insistió en cuestionar el trabajo de instituciones electorales y calificó de “dudoso” el rol de la ONPE durante la jornada electoral. También declaró, sin detallar información al respecto, que hubo cortes de luz en lugares donde iba “ganando” su partido.
Más temprano, al momento de emitir su voto, López Aliaga denunció ante la prensa que, en las cédulas de sufragio, el logo de su partido se encontraba “despintado”. Sin embargo, la ONPE señaló que Renovación Popular no participó en la “prueba de color de las cédulas” con las autoridades electorales.
Este comportamiento no es aislado en el candidato. El año pasado, luego de perder las elecciones presidenciales, López Aliaga fue uno de los líderes políticos que criticaron el trabajo realizado por la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones, a cargo de los comicios.
Entonces, el hoy vencedor de la contienda municipal sostuvo la existencia de un supuesto fraude electoral que llevó a Pedro Castillo a la presidencia. Sin embargo, este discurso fue descartado por las misiones de observadores internacionales en Perú y por el Ministerio Público, en las sucesivas investigaciones que se terminaron archivando.
El domingo por la noche, luego de conocer los resultados preliminares de las elecciones en Lima, López Aliaga dejó de sembrar dudas sobre el proceso.
Los otros candidatos
La elección del sillón municipal de Lima deja, entre los candidatos con menos electores, a Daniel Urresti, un exmilitar de carrera que, con las actas procesadas al 100%, alcanzaba el segundo lugar de las preferencias, con 25,3% de los votos. Urresti, quien ya reconoció su derrota, es acusado del asesinato del periodista Hugo Bustíos, ocurrido en Ayacucho en 1988, cuando él se desempeñaba como oficial de inteligencia del Ejército peruano.
Además de su reciente participación en la campaña presidencial de 2021, ha tenido experiencia en otras dos postulaciones a cargos públicos: logró un escaño en el Congreso de 2020 y, en 2018, intentó ocupar el sillón municipal de Lima sin éxito. En 2019, además, Urresti fue gerente de Seguridad Ciudadana en el distrito de Los Olivos y, cinco años antes, fue ministro del Interior, durante la presidencia de Ollanta Humala.
El tercer puesto en las elecciones municipales lo ocupó George Forsyth, exarquero de la selección peruana, quien alcanzó 18,9% al 100% de las actas procesadas. En este caso, se trata del tercer proceso electoral del candidato, luego de obtener la alcaldía distrital de La Victoria, en 2018, y perder los comicios presidenciales, en 2021.
Forsyth es hijo del diplomático Harold Forsyth, actual representante de Perú ante la Organización de los Estados Americanos, exviceministro de Relaciones Exteriores y exembajador de Perú en Japón, China y Estados Unidos. Durante la campaña presidencial de 2021, Ojo Público reveló que Forsyth obtuvo casi todo su patrimonio vehicular, declarado al Jurado Nacional de Elecciones, por intermedio de regalos.
Los partidos que ambos candidatos representan obtuvieron mejores resultados en los distritos con menores ingresos de Lima.
Este artículo fue publicado originalmente por Ojo Público.