En la inauguración del XX Congreso del Partido Comunista Chino, el presidente Xi Jinping aseguró que su país nunca perseguirá la hegemonía o se implicará en el expansionismo, que es contrario a una mentalidad propia de la Guerra Fría y dijo que, si bien China buscará la reunificación pacífica con Taiwán, no renunciará al uso de la fuerza, en especial ante injerencias extranjeras, lo que generó los aplausos más fuertes durante el evento.

El domingo, poco antes de las 10.00, en el Gran Salón del Pueblo -ubicado frente a la plaza Tiananmén de Pekín-, Xi presentó un informe ante miles de delegados del Congreso del Partido Comunista allí presentes.

Este encuentro que finalizará el sábado se realiza cada cinco años y es la actividad política más importante de China. En ella se definen las principales líneas de acción del gobierno en los próximos años y quiénes serán las personas que estarán al frente de esa tarea -y que por ende concentrarán mayor poder en el país más poblado del mundo en el que actualmente viven alrededor de 1.400 millones de habitantes.

Las consecuencias de lo decidido repercutirán en todo el mundo y en ese sentido Xi recordó durante su discurso que China es el principal socio comercial de más de 140 países.

“Fomentamos la práctica de un multilateralismo genuino, y combatimos con una postura bien definida toda manifestación de hegemonismo y de política de fuerza, y hemos luchado sin vacilación contra cualquier acto de unilateralismo, proteccionismo y matonismo. Hemos impulsado la constitución de un nuevo tipo de relaciones internacionales, hemos tomado parte activa de la reforma y vertebración del sistema de la gobernanza global y hemos emprendido por completo la cooperación internacional en la lucha contra la covid-19, lo que ha reportado amplios elogios internacionales y ha incrementado notoriamente la capacidad internacional de nuestro país de influir, inspirar y moldear”, dijo Xi.

El líder de la nación asiática comentó que hay una “compleja situación internacional” y “el mundo se encuentra otra vez en una encrucijada histórica” con “bruscos cambios”, “desafíos nunca antes vistos” y que, en ese marco, China se esfuerza por fortalecer la solidaridad y la cooperación con otros países en desarrollo, y salvaguardar los intereses comunes del mundo en desarrollo, del que su país se define como parte.

“Guerra popular” para contener la covid-19

En las semanas previas al congreso un tema de conversación reiterado entre ciudadanos chinos y extranjeros residentes en el país fue si luego del congreso habrá flexibilizaciones en las medidas de la política de covid 0 promovida por el gobierno chino, que incluye testeos masivos y cuarentenas preventivas cuando surgen brotes. En la inauguración del congreso no hubo pistas en ese sentido.

A poco de iniciar su discurso, Xi habló de la “súbita aparición” de la epidemia de covid-19 y que frente a ella se actuó “ateniéndose a la primacía del pueblo y de la vida, perseverándola sin vacilación. Con la supresión en tiempo real de los brotes hemos librado una guerra popular, una guerra general, una guerra de contención, para combatirla, lo que nos ha permitido proteger al máximo la seguridad de la vida del pueblo y su salud, y conseguir frutos positivos importantes en cuanto a la coordinación de la prevención y control epidemiológicos y el desarrollo económico y social”.

Taiwán y Hong Kong

El tema de Taiwán -muy presente en la agenda mediática interna china y en la internacional tras las cuestionadas visitas de políticos de Estados Unidos a la isla, reconocida por el propio gobierno estadounidense como territorio chino desde 1978- también estuvo presente en el discurso de Xi.

“Continuaremos buscando la reunificación pacífica con Taiwán, pero nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias. Esto está dirigido únicamente a la interferencia de fuerzas extranjeras”, expresó el mandatario.

Dijo que promovieron el intercambio y la cooperación entre ambas orillas del estrecho de Taiwán, combatiendo “firmemente” las actividades secesionistas proclives a la independencia de la isla así “como la intromisión de las fuerzas externas”. Xi también mencionó que se propulsó “acertadamente” la práctica de “un país con dos sistemas”, como en la “administración de Hong Kong por los hongkoneses”, “en una nueva etapa en que, del caos al orden, se está encaminado hacia la prosperidad” y la “de Macao por los macaenses”, manteniendo “las dos una tendencia al desarrollo de modo estable”.

Por otra parte, Xi manifestó su compromiso con la misión de mejorar el bienestar y elevar la calidad de vida del pueblo chino, lo que -sostuvo- es una función esencial del Partido Comunista. Instó a promover la construcción de una China “bella” y ató ese concepto al de civilización ecológica como modelo de desarrollo -uno de los puntales de las políticas públicas chinas en los últimos años. “Respetar, adaptarnos y proteger la naturaleza representa una exigencia inherente a la construcción integral de un país socialista moderno”, expresó Xi, de 69 años, quien desde 2012 es el secretario general del Partido Comunista y desde 2013 el presidente del país.

El mandatario calificó de “salto histórico” lo que ocurrió con el poderío económico de China en la última década. Mencionó algunas cifras, como que el Producto Interno Bruto (PIB) del país subió de 54 billones de yuanes a 114 billones (16 billones de dólares) y que el peso específico del volumen total de China en la economía mundial llegó a 18,5%, con un aumento de 7,2% y que el PIB per cápita aumentó de 39.800 yuanes a 81.000 (algo más de 11.200 dólares). Xi además recordó que durante su gobierno se logró erradicar la pobreza extrema en el país.

Los delegados en el Congreso

El Congreso del Partido Comunista cuenta con 2.296 delegados que representan a los aproximadamente 96 millones de integrantes de esta fuerza política, que deciden la hoja de ruta de China en los próximos años y quienes conducirán los principales pasos del país en ese camino.

El 33,6% son de la base del Partido Comunista, 8,4% de trabajadores, 3,7% campesinos y 11,5% profesionales y técnicos.

El 27% de los delegados son mujeres, 2,8% superior a la representación femenina durante el XIX Congreso y muy inferior al 48,73% del total de la población que marcó el censo de 2010. Hay 264 delegados que provienen de 40 minorías étnicas, 11,5% del total, cifra superior a 8,9% de la población total de las minorías étnicas que habitan en el país. El promedio de edad de los delegados es de 52 años, 59,7% está por debajo de los 55 años y 18% está por debajo de los 45 años. En cuanto al nivel educativo, 52,7% tiene estudios de posgrado y el 36% tiene títulos universitarios.

“Victoria aplastante” sobre la corrupción

La lucha contra la corrupción ha sido una de las banderas de los gobiernos de Xi y también estuvo presente en su discurso del domingo. Dijo que el Partido Comunista de China obtuvo “una victoria aplastante”, consolidó de forma general su lucha contra la corrupción y extirpó “graves peligros latentes” en el Partido, el Estado y el Ejército.

“La lucha anticorrupción se ha desarrollado como nunca antes, asumiendo nosotros la responsabilidad de 'ofender a unos cientos de elementos corruptos en vez de defraudar a los 1.400 millones de chinos', con el fin de curar las dolencias graves y poner el caos en orden”, comentó.

Eduardo Delgado, desde Pekín.