En un acto masivo celebrado en la Plaza de Bolívar en Bogotá, ubicada en el centro de la capital, Gustavo Petro Urrego asumió la presidencia de Colombia, un acontecimiento histórico, ya que por primera vez un representante de la izquierda estará al frente del Ejecutivo del país.

Ministros, funcionarios y legisladores, además de decenas de miles de ciudadanos simpatizantes del flamante jefe de Estado, confluyeron desde tempranas horas del día en el lugar de la asunción. Entre los mandatarios extranjeros que se hicieron presentes en el acto estuvieron el argentino Alberto Fernández, el chileno Gabriel Boric, el boliviano Luis Arce, el ecuatoriano Guillermo Lasso y el paraguayo Mario Abdo Benítez. Uruguay estuvo representado por la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón. El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no viajó a Bogotá, pero en su representación estuvo su esposa, Beatriz Gutiérrez, además del canciller Marcelo Ebrard. El gobierno de Estados Unidos envió al evento a Samantha Power, administradora de la Agencia para el Desarrollo Internacional, Cuba fue representada por su canciller, Bruno Rodríguez, y, como es habitual en estas ocasiones, el rey de España Felipe VI también se hizo presente, acompañado del ministro de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares.

Durante el acto protocolar de toma de mando, Petro fue posesionado en el cargo por el presidente del Senado, Roy Barreras, del Pacto Histórico, y en un hecho cargado de simbolismo, uno de los tantos que hubo en la jornada, recibió la banda presidencial de manos de María José Pizarro, también senadora del Pacto Histórico, hija de Carlos Pizarro Leongómez, excompañero de Petro en la guerrilla del Movimiento 19 de abril (M-19), asesinado en 1990 cuando era candidato a la presidencia. Posteriormente, el mandatario le tomó juramento a quien será su vicepresidenta, Francia Márquez, y luego él mismo realizó su primer discurso como presidente en funciones.

“Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando que hoy empieza nuestra segunda oportunidad”, expresó Petro. “Hoy empieza la Colombia de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder. Pero lo logramos. Hicimos posible lo imposible”, agregó.

Uno de los ejes del discurso del flamante presidente fue la paz. “Para que la paz sea posible, tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Se puede. Cumpliremos el Acuerdo de Paz. La paz es posible si desatamos en todas las regiones de Colombia el diálogo social, para encontrarnos en medio de las diferencias, para expresarnos y ser escuchados, para buscar a través de la razón los caminos comunes de la convivencia”, manifestó el presidente. Entre otros temas, Petro habló sobre la redistribución y el hambre que aqueja a millones de colombianos.

El mandatario afirmó que desde su gobierno se propondrá una reforma tributaria que genere justicia, y aclaró que “los impuestos no serán confiscatorios, sino simplemente justos”. Además, puntualizó que uno de los principales desafíos de su administración será la “plena alimentación sana de toda la población colombiana”.