La dirección del Partido de los Trabajadores (PT) decidió pedir a la Policía Federal que refuerce la protección del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, así como también la de los integrantes de su equipo de campaña, durante el tramo final previo a las elecciones del 2 de octubre, en las que el líder izquierdista va primero en todas las encuestas de intención de voto por delante del presidente Jair Bolsonaro, candidato del Partido Liberal.
Según informó el portal Metropoles, autoridades del PT detectaron que, por el hecho de ir atrás en la carrera electoral, los seguidores bolsonaristas están más proclives a realizar actos violentos. Incluso tendrían pensado crear un “hecho nuevo” contra Lula, ya sea a través de una agresión directa contra él o provocando a sus partidarios.
El sábado Lula arribó a Florianópolis, capital del sureño estado de Santa Catarina, acompañado de coordinadores de campaña, y a la llegada al hotel donde se hospedó se encontró con una manifestación de partidarios del mandatario ultraderechista. Ante esta situación, la presidenta del PT, la diputada por el estado de Paraná, Gleisi Hoffmann, pidió intervención a la Policía Federal.
Lula llegó a Florianópolis luego de haber estado en la ciudad de Curitiba, donde el PT organizó un acto multitudinario. Lula aprovechó su discurso para criticar la ida de Bolsonaro a Londres para participar en las ceremonias fúnebres de la reina Isabel II, fallecida el jueves.
De acuerdo con lo que consignó el portal Brasil 247, el candidato izquierdista de 76 años recordó que durante toda la pandemia de covid-19, Bolsonaro no acudió al velatorio de ninguna víctima de la enfermedad. Según manifestó Lula, la ida de Bolsonaro a Londres sería para mostrarse como un candidato que tiene reconocimiento internacional. “Como él está necesitado de construir una imagen a nivel internacional, porque nunca nadie lo invitó ni nadie quiere venir aquí, entonces se ofreció a ir al funeral de la Reina de Inglaterra. ¿Es encomiable su decisión de ir?”, se preguntó quien presidió Brasil entre 2003 y 2010.
La presencia de Bolsonaro en la capital del Reino Unido generó polémicas porque poco después de arribar, se dirigió a la embajada brasileña en Londres, donde lo esperaban algunos centenares de seguidores. Posteriormente, el presidente salió al balcón de la embajada, desde donde improvisó un discurso en el marco de su campaña, criticando con dureza a Lula y a la izquierda.
“Nuestro Brasil es de estos colores que vemos aquí: verde y amarillo”, dijo el excapitán, quien fue vivado por sus simpatizantes.
Bolsonaro llegó a Londres acompañado por una pequeña comitiva que integran su esposa Michelle, también aclamada por quienes estaban en las afueras de la embajada, además de su hijo Eduardo, diputado federal por el estado de San Pablo, el asesor Fabio Wajngarten y el pastor evangelista Silas Malafaia, un personaje enormemente conocido en Brasil, firme defensor del presidente.
Según informó Folha de São Paulo, los simpatizantes de Bolsonaro entonaron el himno brasileño y luego algunos cánticos en contra de Lula y el PT: “Nuestra bandera jamás será roja” y “Lula, ladrón, tu lugar es la prisión”.
El discurso político partidario de Bolsonaro generó una inmediata reacción del PT, que pedirá al Tribunal Supremo Electoral que tome acciones contra el mandatario. El jefe de la bancada de senadores del PT, Humberto Costa (PT-PE), quien es uno de los coordinadores de la campaña de Lula, explicó en diálogo con el portal Poder 360 que la acción es procedente porque el presidente abusó de su poder político y económico.
“Lo que hizo Bolsonaro es absurdo tanto por el contenido, por el hecho de que es un discurso electoral, como por el hecho de que utiliza fondos públicos para hacerlo. Ya me comuniqué con nuestro equipo legal porque creo que es hora de presentar una demanda por abuso de poder político y económico”, dijo Costa.
En el plano estrictamente protocolar, Bolsonaro participó el domingo en una ceremonia en el Palacio de Buckingham y en la mañana del lunes estará presente en el funeral que se celebrará en la Abadía de Westminster.
Posteriormente, el mandatario brasileño volará hacia Nueva York para asistir a la 77ª Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, que comenzará a desarrollarse el martes.