Una situación de extrema conflictividad se está viviendo en estos días en Bolivia, en el marco de un recrudecimiento de la disputa política entre el presidente, Luis Arce, y el exmandatario Evo Morales por el liderazgo del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS).
El viernes, Arce denunció en su cuenta de X que grupos armados afines a Morales habían tomado tres cuarteles militares en la región del Trópico de Cochabamba, el feudo del expresidente.
Según el gobierno, los seguidores de Morales retuvieron a más de 200 militares y tomaron posesión de armamento y municiones de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas. De inmediato se movilizaron a la región policías militares desde otras regiones y tuvieron durísimos choques en varios puntos de la carretera que estaban y aún están siendo bloqueados por los evistas.
Estos cortes, que comenzaron hace casi tres semanas, se centran en la carretera que une la ciudad de Cochabamba, situada en el oeste del país, con Santa Cruz de la Sierra, la ciudad más importante del este boliviano, lo que hace peligrar el abastecimiento de muchos productos en varias zonas del país.
En el marco de los bloqueos, las fuerzas policiales detuvieron a más de 50 personas que fueron trasladadas desde la localidad de Parotani hacia La Paz. Desde el gobierno se informó que al menos 30 policías resultaron heridos por los manifestantes.
En este contexto, Evo Morales anunció el comienzo de una huelga de hambre “para que cese la represión y se instale de inmediato un diálogo sincero con acompañamiento internacional, junto con países amigos y organismos internacionales”. Desde el pueblo de Lauca Eñe, donde está instalado junto con un grupo de seguidores, Morales pidió un “diálogo sin condiciones”.
Ante la falta de respuesta del gobierno, este domingo el líder cocalero denunció desde su cuenta de X “la creación de un Plan Cóndor de lawfare. Es evidente la coordinación entre el gobierno de Luis Arce y el gobierno sionista de Javier Milei. Desde que soy dirigente me han acusado de terrorista, narcotraficante o asesino. Inventan procesos con fines políticos. Al final, todas esas mentiras caen porque la verdad prevalece”.
El sábado, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, leyó un documento en el que manifestó la posición del gobierno: “Una vez más reiteramos nuestra voluntad del diálogo, en temas que atañen al Poder Ejecutivo”. Además, rechazó tocar temas referidos a la posible candidatura de Evo Morales, de acuerdo a lo que informó el diario boliviano El Deber.
“Hemos convocado a diálogos en reiteradas oportunidades. Incluso el 13 de octubre volvimos a convocar públicamente al diálogo, antes de que se inicien los bloqueos y se perjudique a la población. Sin embargo, lamentablemente, la respuesta siempre ha estado condicionada a temas como la candidatura de Evo Morales y la liberación de sus procesos judiciales, temas que no nos corresponden”, detalló Prada.
Este domingo desde La Paz, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, fue un poco más lejos y advirtió a los seguidores de Morales que siguen bloqueando algunos puntos de la carretera que une Cochabamba con Santa Cruz de la Sierra que “la guerra contra la impunidad no ha terminado” y que se despejarán las rutas que mantienen “secuestrado” al departamento de Cochabamba.
Del Castillo sostuvo que la protesta de la facción evista del MAS responde exclusivamente a intereses personales y políticos del expresidente Evo Morales. De hecho, según lo que informó el diario paceño La Razón, el senador evista Leonardo Loza y el dirigente campesino Ponciano Santos pidieron al gobierno levantar los procesos judiciales que se abrieron contra su líder y, además, garantizar su candidatura en las elecciones presidenciales de 2025, algo que Arce no está dispuesto a hacer bajo ningún concepto.