La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados Palestinos (UNRWA) decidió el viernes mantener cerrada su sede en Jerusalén después de que su perímetro sufriera dos ataques incendiarios. Estos hechos, que generaron repudio internacional, ocurren en momentos en que Israel cuestiona la posición de la ONU frente a la guerra en la Franja de Gaza, y después de que las autoridades de ese país acusaran a una decena de trabajadores de la UNRWA de haber participado en los ataques de Hamas del 7 de octubre.
“Se vio a una multitud acompañada por hombres armados afuera del complejo cantando 'Quemen las Naciones Unidas'”, dijo el titular de la UNRWA, Philippe Lazzarini. “A la luz de este segundo incidente atroz en menos de una semana, he tomado la decisión de cerrar nuestro complejo hasta que se restablezca la seguridad adecuada”, agregó.
Durante los dos ataques había trabajadores dentro del edificio, y ellos mismos debieron apagar el fuego, porque los bomberos y la policía tardaron en aparecer, dijo el titular de la UNRWA, según informaron las agencias Efe y Europa Press. Lazzarini señaló que si bien esas personas no sufrieron ningún daño, estuvieron en riesgo grave porque en ese terreno la UNRWA tiene una estación de servicio en la que abastece de combustible a sus vehículos.
“Se trata de un hecho escandaloso”, dijo Lazzarini. “En los últimos meses [la UNRWA] ha sufrido regularmente acoso e intimidación, y en varias ocasiones los extremistas israelíes amenazaron a nuestro personal con armas de fuego”, agregó.
Pidió que los responsables rindan cuentas, y señaló que, “en conformidad con el derecho internacional”, el Estado de Israel, “como potencia ocupante”, tiene el deber de garantizar la seguridad del personal y las instalaciones de la ONU.
Lo mismo pidió el Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea. Su portavoz, Nabila Massrali, repudió los ataques y también las palabras recientes del vicealcalde de Jerusalén, Arié King, por “incitar a nuevos ataques contra locales diplomáticos”. De acuerdo con Europa Press, King calificó como un “privilegio” cerrar la sede “del enemigo nazi y antisemita que opera en el centro” de Jerusalén. “No hay lugar para el enemigo en nuestra ciudad santa”, agregó el vicealcalde.
El alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, advirtió que “los responsables deben rendir cuentas” y resaltó que la labor de la UNRWA es “irremplazable” para que reciban asistencia “millones” de refugiados palestinos en la región.
También António Guterres, el secretario general de la ONU, repudió el ataque y manifestó que es “inaceptable usar como blancos a los trabajadores humanitarios y sus posesiones”.
Rafah en riesgo
Guterres, además, insistió en la necesidad de que Israel y Hamas acuerden un cese del fuego “que termine con el derramamiento de sangre y libere a los rehenes”, y advirtió que una invasión militar a gran escala en la localidad palestina de Rafah, como la que prevé Israel, “conducirá a un desastre humanitario de proporciones épicas”.
La ONU también reiteró el viernes las advertencias sobre el impacto del cierre del paso de Rafah -que comunica la Franja de Gaza con Egipto-, dispuesto por Israel, cuyo ejército tomó el lado palestino de la frontera. Señaló que esa decisión está generando carencias de combustible que podrían obligar a cerrar en estos días los cinco hospitales que todavía funcionan.
“Si no se reanuda inmediatamente la llegada de combustible, tanto las actividades humanitarias como las de comunicaciones y bancarias pueden detenerse en cuestión de días”, señaló el coordinador de asuntos humanitarios de la ONU en Gaza, Georgios Petropoulos.
La situación en Rafah motivó un nuevo pedido de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia para que dicte más medidas provisionales contra Israel por riesgo de genocidio. “La situación provocada por el asalto israelí sobre Rafah, y el riesgo extremo [...] para la propia supervivencia de los palestinos en Gaza como grupo, no es sólo una escalada de la situación, sino que da lugar a nuevos hechos que están causando un daño irreparable a los derechos del pueblo palestino”, señaló en su pedido, y acusó al gobierno de Israel de haber “despreciado” las medidas ya dispuestas por ese tribunal.