Cuando parecía que la Agrupación Nacional, que lidera la ultraderechista Marine Le Pen, arañaba el poder, la izquierda francesa, agrupada en la alianza Nuevo Frente Popular, con Jean-Luc Mélenchon a la cabeza, ganó sorpresivamente la segunda vuelta de las elecciones legislativas y puso freno al peligro de que los extremistas llegaran al poder por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.
En la primera ronda celebrada la semana pasada, la ultraderecha había quedado primera y todo hacía prever un nuevo triunfo en la jornada de este domingo, pero la izquierda rompió con todos los pronósticos y las encuestas y se situó a la cabeza de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, con lo que lograría la mayoría simple, seguida del oficialismo, del presidente Emmanuel Macron, y relegando al tercer lugar a Le Pen.
Referentes de la izquierda latinoamericana dijeron a la diaria que la victoria de Mélenchon fue una “agradable” sorpresa que demuestra que triunfó la “unión” de los sectores de la izquierda, lo que se convierte en un camino para vencer el “odio” y la “confrontación” de los movimientos “más autoritarios y extremistas”.
“Es un mensaje positivo no sólo para la izquierda francesa, sino para el progresismo a nivel regional e internacional. [...] Hace 30 o 40 años que no había existido una participación tan alta, es un momento muy emocionante, porque se despertó un espíritu francés, humanista, progresista, responsable, que derrotó y dejó en tercer o cuarto lugar a la extrema derecha”, reflexionó el coordinador del foro político y académico de la izquierda latinoamericana Grupo de Puebla, Marco Enríquez-Ominami.
Por su parte, la excandidata presidencial paraguaya y actual senadora por el Frente Guasú Esperanza Martínez afirmó a la diaria que lo sucedido en Francia ha sido una “agradable sorpresa”. “El trayecto que hacen las sociedades y los pueblos pueden tener avances y retrocesos, pero se va construyendo un contrato social y eso es lo que triunfó en este momento con la unión de sectores políticos. Es el camino para enfrentar este avance neofascista. Ganó la esperanza al miedo, al odio, a la confrontación, que es la carta de presentación de estos sectores conservadores, reaccionarios y autoritarios que están naciendo en todo el mundo y también en América Latina”, dijo.
Desde el Frente Amplio de Uruguay, también se celebraron los resultados. El presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del partido, Pablo Álvarez, indicó a la diaria que el resultado electoral es un mensaje “muy positivo” para la fuerza de izquierda.
“Esta victoria implica recomponer el sentido estratégico de la unidad de los movimientos progresistas y de izquierda, reconociendo la labor de las fuerzas democráticas para detener a la ultraderecha. En ese sentido es un éxito. Pero a la hora de valorar políticamente el esfuerzo que las organizaciones democráticas y de izquierda debemos hacer, se tiene que entender que las victorias electorales no detienen la labor política, ni el trabajo, ni el ascenso, ni la extensión que están teniendo los discursos de la extrema derecha”, advirtió.
Resultados
Según las primeras estimaciones de los comicios de este domingo, la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular rompió con todos los pronósticos y superó a la Agrupación Nacional, que había obtenido la victoria en la primera ronda.
Los resultados preliminares indican que la izquierda obtuvo entre 177 y 192 escaños, el oficialista Juntos por la República, liderado por el presidente Macron, entre 152 y 158, y la Agrupación Nacional, entre 138 y 145, por lo que ninguno de los partidos obtendría los 289 necesarios para tener la mayoría absoluta. Con estos resultados, la izquierda francesa obtuvo una mayoría simple.
Jean-Luc Mélenchon, el dirigente de izquierda que hizo historia en Francia
Jean-Luc Mélenchon, el líder de la Francia Insumisa, tiene 72 años y lleva décadas dedicándose a la política. Sorpresivamente fue el gran vencedor de la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas y podría formar Gobierno tras terminar con el sueño de la ultraderechista Marine Le Pen.
Mélenchon, marroquí de nacimiento, estudió en Francia y es licenciado en Filosofía y Letras Modernas. Fue miembro del Partido Socialista francés y llegó a ocupar el Ministerio de Enseñanza Profesional en el Gobierno de Lionel Jospin entre 2000 y 2002.
En sus comienzos en la política fue concejal municipal de Massy, una pequeña ciudad francesa de Essonne, en la región de Isla de Francia y más tarde se convirtió en el senador más joven del país por el mismo departamento. En 2008 se fue del socialismo y creó el Partido de Izquierda, integrando la coalición Frente de Izquierda con la que logró ser elegido como eurodiputado por la circunscripción del Suroeste.
Fue candidato presidencial por el mismo frente en 2012 y consiguió un 11,1% de los votos, pero en 2015 fundó el partido de Francia Insumisa y consiguió su acta de diputado en la Asamblea Nacional. Su carrera en ascenso lo llevó a presentarse en las elecciones presidenciales de 2022, donde revalidó su posición y en estas legislativas ha conseguido hacer historia al imponerse en las elecciones y lograr frenar a la extrema derecha.
Las reacciones en Francia
Mélenchon reaccionó rápidamente a las primeras estimaciones y le pidió a Macron que ponga a la izquierda al mando del gobierno. Consideró que el Ejecutivo tiene que gobernar “sólo con el programa” de la izquierda y descartó negociaciones con el presidente.
Por su parte, Jordan Bardella, quien era el candidato de Le Pen para ocupar el cargo de primer ministro en caso de una victoria de la ultraderecha, acusó al mandatario francés de dejar al país “en los brazos de la extrema izquierda”.
Desde el gobierno, Presidencia afirmó en un comunicado que Macron está analizando los resultados y que esperará a que se consolide la estructura del nuevo Parlamento para dar declaraciones. Sin embargo, como un mensaje hacia la izquierda triunfadora en los comicios, el primer ministro, Gabriel Attal, dijo que presentará su renuncia este lunes y aseguró que realizará sus tareas el tiempo que sea necesario.
Por su parte, Le Pen afirmó que la victoria de Agrupación Nacional “sólo se ha aplazado”. “La marea está subiendo. Tengo demasiada experiencia para sentirme decepcionada por un resultado en el que doblamos nuestro número de diputados”, señaló al medio local TF1.
“Cordón sanitario”
Desde Uruguay, el referente de los temas internacionales del Frente Amplio consideró que este escenario demuestra la eficiencia de la rápida acción de unidad que utilizó la izquierda como estrategia para frenar el ascenso de la ultraderecha.
“La victoria relativa del partido de la ultraderecha de Le Pen en Francia (en primera vuelta) generó inmediatamente movimientos de corte estratégico e hizo que las izquierdas apostaran por la unidad. En 24 horas se logró un acuerdo con un programa común y también con una definición de presentación electoral compartida para lograr un mejor rendimiento”, agregó.
En otras palabras, la izquierda francesa realizó un “cordón sanitario” con el partido de Macron para frenar el avance de la ultraderecha; por tanto, el gobierno deberá incorporar a la nueva fuerza política en su administración luego de este resultado, afirmó.
Razones
En tanto, Enríquez-Ominami, quien fue candidato a presidente en Chile, consideró que la derrota de la izquierda se debe a la altísima participación y la conducción de los líderes políticos. “Los líderes explicaron por qué era demasiado grave que un proyecto político xenófobo, lleno de odio, sin verdaderas soluciones, mentiroso ganara. Y aumentó la participación como pocas veces antes, desde 1981 no era tan alta”, reflexionó.
La participación superó el 60%, lo que implicó un nivel muy superior al de la segunda vuelta de las elecciones legislativas de 2022, que alcanzó un 38%. Por otro lado, el líder chileno señaló que en Francia se hizo una “campaña muy breve”, de siete días, con una “gran unidad y también con una gran confrontación” para frenar a la extrema derecha.
“Quedaron desnudos, no tenían ningún proyecto. En materia migratoria, se fueron cayendo a pedazos todos sus eslóganes. Su gran titular era la doble frontera, que ya existe. Todo lo que ellos proponían ya ocurría en Francia. Entonces empezó a quedar claro que eran retóricas vacías, y creo que la confrontación con pedagogía, con movilización y la unión entre el mundo social con el político derrotaron a la extrema derecha. Es un momento muy emocionante para las democracias liberales y representativas”, agregó.
“Golpe para Milei”
Enríquez-Ominami opinó que los resultados en Francia representan también una derrota para el presidente argentino, Javier Milei, quien se había proclamado aliado de Le Pen luego de entrevistarse con ella en Madrid e “insultar” al jefe de gobierno de España.
“[El expresidente brasileño Jair] Bolsonaro y Milei habían establecido que sus aliados eran ellos [Agrupación Nacional], y la derrota aplastante de la extrema derecha [en Francia] también es un golpe para ellos”, agregó.
El mandatario argentino se había ufanado de que su discurso en el Foro de Davos, que se realizó en enero, tuvo “importante efecto” en las elecciones europeas porque “se dieron vuelta las elecciones” y se hundió a los “pobres progresistas pobristas”.
Mensaje para la izquierda regional
Los tres entrevistados por la diaria consideraron que la unión que realizó la izquierda francesa debería hacer reflexionar a los sectores progresistas de América Latina. “El divorcio entre líderes políticos y líderes sociales beneficia a los conservadores. Cuando están unidos, son imbatibles. Yo creo que la conducción política del proceso en Francia fue lo que no ocurrió en Chile y es probablemente lo que está pendiente. Fue lo que derrotó a Bolsonaro y a José Antonio Kast. Creo que es perfectamente posible cuando hay una participación alta y con conducción se derrota a la extrema derecha”, afirmó el excandidato chileno.
En la misma sintonía, Martínez dijo que el resultado debe servir como un ejemplo para la izquierda latinoamericana y mencionó los casos de Inglaterra, Francia, España y México, donde la izquierda “unida con sectores conservadores” puede ser una opción para confrontar a los movimientos de derecha “antidemocráticos”.
“Ellos vienen por las conquistas históricas que creíamos haber ganado en la sociedad y con mucha rapidez, violencia y manipulación lograron en poco tiempo mayorías electorales, ganar elecciones y obtener una gran adhesión popular hacia sus consignas. Ante esto, es necesario más que nunca el concepto de unidad y de un proyecto común que nos permita construir las mayorías electorales para avanzar sobre resultados sociales concretos”, afirmó.
Consideró que la ciudadanía está pidiendo la resolución de sus problemas cotidianos en materia de educación, salud y transporte público. “La respuesta es que no solamente hay que ganar las elecciones, sino que hay que llevar propuestas de políticas sociales y económicas que mejoren realmente la calidad de vida de las grandes mayorías”, agregó.
“Hay que confrontar”
En la misma línea de análisis, Enríquez-Ominami aseguró que la izquierda debe apostar a la unidad, pero “no basta con ella”. “Lo importante es lograr una unidad con sentido. Hay unidades que no han tenido rumbo en la historia electoral y por eso han fracasado. Lo que se logró en Francia es la unidad de la radicalidad del cambio, de decirle que no, de modo radical, con toda la insolencia necesaria a la extrema derecha. Es lo que se tiene que hacer con Milei también en Argentina y con Kast en Chile, hay que ser implacables, hay que confrontarlos”, afirmó.
El coordinador del Grupo de Puebla consideró que “hay pruebas de que se puede derrotar a la extrema derecha”.
“Un horizonte de esperanza”
Para la senadora paraguaya Esperanza Martínez, lo ocurrido con Mélenchon abre un camino para enfrentar con optimismo las propuestas de la extrema derecha. “En momentos de crisis, en los que cuesta entender qué es lo que va a venir hacia adelante, donde los monstruos afloran y producen mucho miedo, crisis e incertidumbre, hay que tener presente que la memoria de los pueblos, las conquistas, lo que ha avanzado la sociedad en contratos civilizatorios tienen también un peso y es lo que se ve a pesar de estos tiempos de confusión que estamos viviendo. Eso nos instala un horizonte de esperanza”, finalizó.
Festejos y gritos de “alivio”
Miles de personas salieron a las calles a festejar el triunfo del líder de la Francia Insumisa y con gritos y lágrimas escucharon las palabras de Mélenchon, quien consideró un “alivio” que no se haya producido la victoria anunciada de la extrema derecha.
En su discurso, no sólo se refirió al sector liderado por Marine Le Pen, sino que también recordó que los resultados “confirman la derrota del presidente Emmanuel Macron y de su coalición” y le pidió que “no intente escapar de esa derrota con subterfugios”.
Aseguró que el jefe de Gobierno tiene que ser del Nuevo Frente Popular, la coalición de izquierdas que su partido formó con socialistas, comunistas y ecologistas.
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