El escenario es incierto en las elecciones de Estados Unidos y muchas cosas podrían cambiar tras el debate entre el presidente Joe Biden y el exmandatario Donald Trump (2017-2021), dijeron a la diaria los analistas Lester Cabrera y Axel Callís.
“Es un escenario muy abierto y lo que hay son incógnitas de aquí a futuro. Vamos a ver desfilar a muchos candidatos en el Partido Demócrata en este mes. [...] Las elecciones de Estados Unidos no solamente se miden por cómo se resuelve el presidente. Tienen que ver, sobre todo, con los representantes y los gobernadores. En este caso se renuevan varios cargos. Todos esos candidatos demócratas requieren una figura presidencial fuerte y competitiva. Y si tienen una figura presidencial que los debilita, van a venir las conspiraciones para tratar de remover a Biden, que es lo que está pasando ahora”, indicó Callís, quien es sociólogo chileno, analista político y director de la encuestadora TuInfluyes.com.
Por su parte, Cabrera, profesor en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Ecuador y doctor en Estudios Internacionales, dijo a la diaria que la “pelota” está en la cancha del Partido Demócrata.
“Tomando en cuenta lo que está sucediendo con Biden, sus apariciones públicas, los discursos ininteligibles y el hecho de ser cuestionado dentro de su propio partido, está dando un tremendo espaldarazo a Trump [...] Si el Partido Demócrata no toma acciones y no mejora la imagen del presidente Biden, existe una gran probabilidad de que Donald Trump gane las elecciones”, afirmó.
Callís indicó que hay tres escenarios dentro del Partido Demócrata: los delegados pueden cambiar su voto, Biden podría renunciar a su candidatura o el presidente mantiene su liderazgo.
“A finales de julio y principios de agosto (recordemos que ahora son vacaciones) se van a resolver estas incógnitas, durante la convención demócrata”, agregó.
El desempeño de Biden en el debate contra Trump, realizado el 28 de junio, reavivó la discusión entre los demócratas de si es conveniente reemplazarlo como candidato. Biden, de 81 años, es el mandatario de mayor edad en la historia del país y es cuestionado por su condición física y sus capacidades cognitivas.
La decisión de los demócratas depende de dos fechas claves. La primera es el día de la convención del Partido Demócrata, que se llevará a cabo el 19 de agosto. Allí se determinará si se continúa con Biden o se opta por otro candidato. Funcionarios del partido afirmaron que están considerando una nominación anticipada para cuando el comité de la convención se reúna virtualmente el 21 de julio, según Bloomberg.
La segunda fecha trascendente es la del 5 de noviembre, cuando se realizan las elecciones presidenciales y se renuevan los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 senadores. El escenario para los demócratas no es el mejor, ya que hay posibilidades de que pierdan su dominio en la cámara alta, según lo que reportan los medios locales.
El debate: “un punto de inflexión”
Por otro lado, Lester Cabrera consideró que el debate entre Trump y Biden fue “un punto de inflexión” en la campaña electoral en el que ambos candidatos salieron perjudicados.
“En ese debate se pudo vislumbrar que el presidente Biden comienza a perder apoyo no solamente desde el voto popular sino que incluso al interior del Partido Demócrata, debido a la incapacidad que podría tener para defender sus argumentos o ideas”, afirmó.
El pobre desempeño del actual presidente, que se mostró balbuceante y quedó algunos momentos en blanco, generó preocupación entre los demócratas respecto del futuro de la candidatura del mandatario.
El 77% de los votantes registrados que vieron el debate dijeron que Trump tuvo un mejor desempeño, mientras que sólo el 33% de los encuestados indicó que Biden ganó el debate, según una encuesta de CNN publicada el viernes.
El jueves, Biden afirmó que “metió la pata” y cometió un “error” en el debate de la semana pasada, pero prometió seguir en la carrera electoral.
“Tuve una mala noche. Y el hecho es que metí la pata. Cometí un error. Son 90 minutos en un plató: mira lo que he hecho en tres años y medio”, dijo Biden al locutor de radio de Milwaukee, Earl Ingram.
Un “golpe” a los demócratas
Tanto Cabrera como Callís consideraron que el debate fue un golpe para el Partido Demócrata.
“Se instaló la duda en el Partido Demócrata y no hay nada peor para un candidato que va un poco más atrás del favorito que se instalen las dudas en los equipos, porque eso lo vuelve inseguro y hace que todos los pasos que dé sean con temor a la equivocación. Entonces, el hecho de que en el mismo partido surjan dudas e inseguridades hace que sea bastante cuesta arriba el triunfo de Biden. Y, por lo tanto, yo creo que de aquí a agosto podemos tener novedades en términos de su continuidad”, indicó Callís.
En tanto, Cabrera dijo que la figura de Biden no está generando un “sentimiento de unión” como sí lo hizo durante su anterior campaña.
“Lo que sí hay que tener en cuenta es que el Partido Demócrata salió sumamente golpeado. El presidente Biden mostró nuevamente una debilidad e incluso evidenció que podría no estar en sus cabales en un 100%. Esto no significa necesariamente que la figura de Trump se haya robustecido, es muy prematuro poder señalarlo y necesariamente hay que esperar cuáles van a ser las movidas de cara al debate en setiembre”, agregó.
Cabrera consideró que el Partido Demócrata está viviendo momentos importantes y lo que suceda en su interior será “clave” para entender el futuro político de Estados Unidos.
“Habrá que analizar la capacidad que pueda tener el presidente para poder tomar decisiones y demostrar el liderazgo que el país necesita. [...] Si es que a Biden no se le da la opción para poder continuar o se le resta un apoyo sustancial, significaría que Trump tenía razón”, reflexionó.
Lo que se juega Trump
Al mismo tiempo, dentro del Partido Republicano hubo una disminución en el apoyo de Trump como resultado del fallo judicial en su contra, indicó el analista Cabrera.
“Durante el debate se pudo ver que no ha cambiado un ápice su guion. Es una persona que falsea cifras, que plantea mentiras y busca evidenciar la debilidad que tiene Biden en comparación a su estilo de vida. Y eso es un aspecto que también se pudo ver en el último debate”, agregó.
Si el expresidente gana, mantendrá su liderazgo en su partido y en las distintas facciones, “pero una derrota lo pondría en desventaja y mostraría una debilidad sumamente grande, considerando que la principal figura del Partido Republicano nuevamente no salió electa y sería la segunda elección que pierde. Entonces debería haber una reorientación de las fuerzas y los intereses de las distintas facciones del partido buscando alternativas para sustituir el liderazgo que tiene Donald Trump”, advirtió.
El especialista definió el liderazgo de Trump como “muy mediático”, “pragmático” y con una base ideológica “bastante pequeña”.
“No ha hecho una carrera realmente de político, sigue siendo un empresario, lo que también le otorga una mayor autonomía. Y eso, como se pudo ver en la primera elección, le favoreció. No sé qué tanto lo ayuda ahora, tomando en cuenta que ya estuvo en el cargo”, agregó.
Diferencias programáticas
Callís consideró que la principal diferencia entre ambos candidatos es el “tratamiento de la democracia”. “Trump es una persona que no confía [en la democracia], de hecho, en el debate, no expresó explícitamente que iba a respetar los resultados. Yo creo que hay una apreciación absolutamente distinta sobre lo que son los sistemas democráticos”, afirmó.
Asimismo, dijo que existe una mirada del mundo que es “completamente diferente”.
“Trump opta por un fortalecimiento del mercado interno americano antes que por establecer relaciones con el resto del mundo con base en la globalización. Por su parte, Biden está preocupado de mantener ciertos equilibrios todavía mundiales ante el crecimiento de China, India y los BRICS [Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica]”, agregó.
En el único asunto que tiene una coincidencia es en su apoyo a Israel en contra de Palestina, indicó.
Por su parte, Cabrera consideró que existe una “suerte de polarización extrema dentro de la política norteamericana” en los temas de las vacunas y el aborto. “Trump no ha cambiado su discurso con respecto a la migración, al endurecimiento de penas para personas que cometen delitos y a los impuestos”, indicó el analista.
Impacto en América Latina
Ambos analistas sostuvieron que la victoria de Trump o la de Biden no significaría un gran cambio en la relación de Estados Unidos con América Latina. “A Trump nunca le importó mucho América Latina, salvo la frontera con México y la migración. Estaba más preocupado por las relaciones con China o mantener la estabilidad en Medio Oriente. Hoy en día él asumiría como presidente con la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza. Por tanto, América Latina no será un tema para Donald Trump. Pero también la relación de Biden con América Latina ha sido bastante débil y lejana”, indicó Callís.
En la misma sintonía, Cabrera señaló que a pesar de que a priori se podría pensar que el Partido Demócrata tiene mayor sintonía con la región, la realidad es que Biden no le ha dado prioridad a América Latina si se observa el número de veces que funcionarios de su gobierno han realizado visitas oficiales.
“Para poner un ejemplo, la vicepresidenta no viajó ni una sola vez a México, su vecino más importante y uno de los países que le generan mayores cuestionamientos a la política exterior de cualquier mandatario en la Casa Blanca”, concluyó.