El juez Nelson Rocabado, que investiga al expresidente boliviano Evo Morales por trata agravada de personas, lo declaró “en rebeldía” ayer debido a que, por segunda vez, no asistió a una audiencia a la que fue convocado. La Justicia dispuso su detención y también medidas sobre sus bienes y el congelamiento de sus cuentas.
Morales había sido convocado a una audiencia el martes, pero su defensa argumentó que no podía concurrir porque sufría una bronconeumonía y presentó un certificado médico. El juez dispuso que se le hicieran otros estudios médicos al expresidente y que se presentaran los resultados en 48 horas. En respuesta, la defensa entregó ayer dos certificados, en los que agrega que el expresidente sufre también una alteración del ritmo cardíaco y debe hacer reposo.
La fiscal Sandra Gutiérrez cuestionó esos documentos y argumentó que Morales ha participado en actividades públicas, informó el periódico digital Erbol. A su vez, el juez concluyó que los exámenes médicos no se hicieron en el plazo previsto ni estuvieron a cargo de un neumólogo, y que la ausencia de Morales no estaba justificada.
El abogado Jorge Pérez dijo que apelará la decisión y afirmó que su defendido es un perseguido político. El proceso judicial transcurre mientras Morales está enfrentado con el actual presidente, Luis Arce, por el control del gobernante Movimiento al Socialismo.
Mientras el juicio se desarrolla en la ciudad de Tarija, Morales permanece en su bastión político, en el Trópico de Cochabamba.
El expresidente es investigado por el delito de trata agravada de personas, a partir de la acusación de que mantuvo relaciones sexuales con una adolescente con la que tuvo un hijo en 2016. Según la denuncia, los padres de la menor habían recibido “favores” a cambio.