La “gran y hermosa” ley presupuestaria y fiscal del presidente estadounidense, Donald Trump, fue aprobada el jueves y refuerza la política de persecución de migrantes que caracteriza a su gobierno.

El Congreso votó la ley de manera acelerada para que Trump pudiera ratificarla el viernes, en el Día de la Independencia. “No podría haber mejor regalo de cumpleaños para Estados Unidos”, dijo el jueves Trump durante una gira por varios estados.

La norma destina miles de millones de dólares a las políticas antiinmigrantes, de tal modo que las agencias de seguridad dedicadas a llevarlas adelante recibirán un presupuesto ocho veces mayor que el del FBI, la policía federal, y 13 veces mayor que el de la DEA, la agencia antidrogas.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) serán reforzados por la contratación de más de 20.000 funcionarios. Además, el gasto de casi 170.000 millones de dólares previsto en la ley contempla la construcción y el mantenimiento de centros de detención de migrantes, el transporte de deportados y nuevas obras en el muro fronterizo con México.

La ley dispone también que se cobrará 1.000 dólares a quienes soliciten asilo –pese a que se trata de un estatus internacional para la protección de personas que están en riesgo en sus países de origen– y 550 dólares a quienes pidan un permiso de trabajo.

Al mismo tiempo, esta norma disminuye los gastos en políticas sociales. Los recortes más criticados por la oposición demócrata son los que afectan al programa de salud Medicaid, informó el periódico The Guardian. “Este es un día negro para nuestro país”, escribió en sus redes el senador Raphael Warnock al aprobarse la ley.