Más allá de la presión internacional que emergió la semana pasada al hacerse completamente evidente e innegable la hambruna en la Franja de Gaza, la situación en el enclave palestino se mantiene invariable, mientras los esfuerzos diplomáticos para poner fin al conflicto no parecen tener efectos prácticos.

Este domingo, al igual que todos los días anteriores, las autoridades sanitarias de Gaza informaron que alrededor de 100 personas fueron asesinadas a tiros por las fuerzas israelíes, muchas de ellas mientras intentaban acceder a alimentos. La cuestión de la hambruna generalizada motivó que varios países lanzaran en las últimas horas paquetes de ayuda desde el aire, aunque esta alternativa, además de peligrosa, es poco eficiente, porque los alimentos rara vez llegan a sus destinatarios.

Uno de los problemas más evidentes es que la ayuda humanitaria, tanto la comida y los medicamentos como todos los insumos que se precisan para poder vivir, no falta, sino que se cuenta por miles de toneladas, y están en la frontera sur de Gaza, en el límite con Egipto, pero el gobierno israelí que lidera el primer ministro Benjamin Netanyahu no la está dejando ingresar. De hecho, la semana pasada varios ministros manifestaron que la hambruna en Gaza no es tal, al tiempo que declararon sus intenciones de que el territorio palestino sea tomado total o parcialmente por las fuerzas israelíes.

Entidades humanitarias presentes en el lugar informaron que en los últimos días entraron a territorio gazatí varias decenas de camiones con ayuda, una cantidad completamente insuficiente para alimentar a los más de dos millones de gazatíes que en su mayoría están pasando hambre diariamente desde hace semanas.

La coyuntura instalada, además, se ve atravesada por otros hechos. En la noche del sábado, en Israel, las protestas que le reclaman al gobierno de Netanyahu que negocie y consiga la liberación de los rehenes tomaron un renovado impulso después de que tanto Hamas como la Yihad Islámica publicaran videos en los que se percibe el claro deterioro de dos cautivos, Evyatar David y Rom Braslavsky, los dos de 24 años. En las imágenes se puede ver el efecto de la desnutrición en ambos, de quienes ya se tenían imágenes anteriores.

Netanyahu le reclamó a la Cruz Roja internacional que interviniera y además emitió una declaración en la que, lejos de hablar de cualquier solución negociada, declaró su determinación de liberar a los rehenes y “eliminar a Hamas”.

“Ayer me quedé impactado al verlos languideciendo en un calabozo. Pero los monstruos de Hamas que los rodean tienen brazos gruesos y carnosos. Tienen todo lo que necesitan para comer. Los están matando de hambre como los nazis mataban de hambre a los judíos”, expresó Netanyahu. “Y cuando veo esto, entiendo exactamente lo que Hamas quiere. No quiere un acuerdo. Quiere quebrantarnos a través de estos videos de terror, mediante la falsa propaganda de terror que difunde por todo el mundo”, agregó.

“Pero no cederemos”, afirmó el primer ministro. “Estoy aún más decidido a liberar a nuestros hijos secuestrados, a eliminar a Hamas y a garantizar que Gaza ya no represente una amenaza para el Estado de Israel”.

Los dichos de Netanyahu fueron duramente criticados por el Foro de Familias de Rehenes, en medio del estancamiento de las negociaciones de un alto el fuego. “Durante 22 meses se ha vendido al público la ilusión de que la presión militar y los intensos combates traerán de vuelta a los rehenes”, expresó en un comunicado el grupo, que representa a la mayoría de las familias de los 50 rehenes que aún permanecen retenidos, 20 de los cuales se estima con vida. “Incluso antes de que se redactara el borrador de un acuerdo integral, nos dicen que un acuerdo no es viable”, agregaron desde el colectivo en el texto, consignado por medios israelíes.

La situación en Gaza generó protestas alrededor del mundo el fin de semana. Una de las más significativas se registró en algunas ciudades de Cisjordania, donde los manifestantes expresaron su solidaridad con la realidad que están padeciendo sus compatriotas gazatíes. Las movilizaciones más grandes se registraron en Ramala, la capital palestina, y Hebrón. En Cisjordania la situación que se vive a diario es de extrema tensión por las frecuentes redadas de las fuerzas de seguridad israelíes, sumadas a los ataques perpetrados por los colonos judíos, particularmente en aldeas aisladas en zonas rurales.

Según cifras oficiales del gobierno palestino con sede en Ramala, desde el 7 de octubre de 2023, día en que Hamas atacó Israel, más de 1.000 personas fueron asesinadas en Cisjordania por fuerzas israelíes y colonos, y además fueron detenidos 18.500 palestinos, la mayoría de los cuales no tenía militancia política alguna. Muchos de ellos permanecen en dependencias israelíes, aunque no existan cargos en su contra.

También este domingo se produjo una marcha multitudinaria en la ciudad de Sídney, en Australia, donde alrededor de 100.000 personas se manifestaron a favor de los palestinos de Gaza y le reclamaron al gobierno que lidera el primer ministro Anthony Albanese que siga los pasos que dieron en los últimos días países como Reino Unido, Francia y Canadá, para que reconozca al Estado palestino en la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizará el mes que viene en Nueva York.

También este domingo, pero en Jerusalén, se produjo otro episodio que no hizo otra cosa que agudizar las tensiones. En un nuevo gesto de provocación, el ministro de Seguridad de Israel, el extremista Itamar Ben-Gvir, visitó, acompañado de centenares de personas y de un importantísimo operativo de seguridad, lo que los musulmanes llaman la Explanada de las Mezquitas y los judíos el Monte del Templo, desde donde pidió “la ocupación total de la Franja de Gaza”.

Ben-Gvir, representante del sector más radical dentro del gobierno de Netanyahu, acudió al lugar, el tercero más sagrado del islam después de La Meca y Medina, ambos situados en Arabia Saudita, con motivo de la conmemoración del Tisha B'Av, día de ayuno judío que rememora la destrucción de los dos templos judíos que, según la tradición, se ubicaban en ese lugar, ubicado en la parte vieja de Jerusalén.

Desde la explanada, frente a la mezquita de Al Aqsa, el jerarca supremacista expresó que Israel debe “declarar su soberanía sobre toda Gaza, expulsar a los miembros de Hamas y fomentar la emigración voluntaria”, según un video publicado en su cuenta de X. “Sólo así devolveremos a los secuestrados y ganaremos la guerra”, agregó.

Aunque Israel controla el acceso a la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo, el sitio rige bajo un statu quo ampliamente aceptado por todas las partes, con las obvias excepciones de los seguidores más radicales del islam y el judaísmo, según el cual únicamente los musulmanes pueden rezar en el lugar, mientras que los judíos pueden visitarlo en determinados horarios, aunque no realizar plegarias.