Desde el asesinato del activista de ultraderecha Charlie Kirk, el miércoles 10, en Utah, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que de inmediato acusó a la “extrema izquierda”, comenzó una campaña contra las personas y organizaciones a las que incluye en esa categoría. Si bien nada vincula a la izquierda con ese crimen, el discurso del presidente se mantuvo y se reflejó en decisiones de gobierno.

La primera fue designar oficialmente como “organización terrorista doméstica” al movimiento de manifestantes antifascistas Antifa, que ni siquiera tiene una estructura. Incluso, en 2020, el entonces director del FBI, Christopher Wray, dijo que más que una organización, era una ideología.

De todos modos, la declaración de Trump sirve para investigar y perseguir a cualquiera que proteste en nombre de Antifa, que en general participa con la cara cubierta en manifestaciones contra posturas racistas, represivas o de ultraderecha.

La declaración también enmarca la caza de brujas que surgió con la muerte de Kirk. Hubo varios partidarios del gobierno que comenzaron a denunciar a quienes, en su opinión, fueron irrespetuosos ante este asesinato, y personas dedicadas a distintas actividades perdieron su trabajo por estas denuncias. 

“La Primera Enmienda protege muchas expresiones repugnantes, pero si celebras la muerte de Charlie Kirk, no deberías estar protegido de ser despedido por ser una persona repugnante”, dijo el vicepresidente estadounidense, JD Vance, a Fox News. “Si eres profesor universitario y te beneficias del dinero de los contribuyentes estadounidenses, no deberías celebrar la muerte de Charlie Kirk. Si lo haces, quizás deberías perder tu trabajo o tu universidad debería afrontar una pérdida de financiación”, agregó. Señaló que en los casos en que el gobierno no puede hacer nada ante expresiones de ese tipo, sí puede hacerlas la sociedad civil, y se manifestó complacido de ver que eso ocurría.

La segunda decisión del gobierno después de declarar a la izquierda radical como responsable de la violencia fue la firma por parte de Trump de un memorándum que, según sus críticos, se utilizará para perseguir a rivales políticos, informó The Guardian.

Trump presentó el jueves esta iniciativa como el intento de establecer “una estrategia integral para investigar” y “desmantelar todas las etapas de la violencia política organizada y el terrorismo nacional”. Dijo que participarían en estas tareas los grupos del FBI, el Departamento de Justicia y el Departamento del Tesoro que trabajan contra el terrorismo.

Especificó que se atacará a quienes financian “muchos de estos grupos” y dijo que a algunos de ellos los conocía, aunque no los identificó.

Según The New York Times, el Departamento de Justicia ordenó a varios fiscales que abran investigaciones sobre Open Society Foundations, de George Soros. De acuerdo con The Guardian, Open Society Foundations había advertido sobre ataques de Trump a la sociedad civil. El periódico agregó que también está en la mira del gobierno Reid Hoffman, otro millonario y filántropo, conocido por ser fundador de Linkedin. “He oído hablar de él. Quizás podría ser él. Podría ser mucha gente”, dijo Trump.