Con una misa frente al Palacio de Justicia de Asunción comienzan hoy una serie de recordaciones por la masacre de Marina Kué en Curuguaty en 2012. El enfrentamiento armado acabó con el gobierno de Fernando Lugo, la vida de 11 campesinos y seis de los más de 300 policías desplegados en un área rural que campesinos habían ocupado en tierras fiscales.

El martes habrá en la capital un “encadenamiento simbólico” para recordar la medida de lucha tomada el año pasado cuando se conoció la sentencia por el caso que dejó a 11 campesinos tras las rejas. “En el lugar donde se habían encadenado los compañeros [Palacio de Justicia] todavía están las cadenas. Entonces la gente que quiera ir puede encadenarse el tiempo que quiera”, dijo Lisa Meyer, del colectivo Nulidad Ya a la diaria.

Durante la semana, habrá “un poco de ruido” en las calles asuncenas y el jueves se realizará una concentración en Plaza Uruguaya y una marcha hasta el Panteón de los Héroes. El caso llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y el gobierno paraguayo no ha respondido todavía.

Un tribunal de apelaciones de Curuguaty negó el mes pasado el recurso que pretende poner fin a la prisión de los campesinos. El 15, a cinco años de la masacre, presentarán un recurso de casación ante la Suprema Corte. Lo de Curuguaty es “la representación de la inexistencia de un estado de derecho. Sabemos que la justicia tiene precio. Pero con este caso es muy emblemático”, opinó Meyer.