El 2 de agosto los diputados brasileños rechazaron una denuncia por corrupción pasiva contra el presidente Michel Temer, en la que se acusaba al mandatario de haber recibido 38 millones de reales en sobornos de la empresa JBS (la mayor procesadora de carnes en el mundo). No era, de todos modos, la única causa abierta que podría implicar al actual mandatario. El jueves hubo novedades en otra de ellas, que concierne al sistema de saqueo a Petrobras y otras empresas integrado por varios parlamentarios del oficialismo, conocida como la de “la cuadrilla del PMDB [Partido del Movimiento Democrático Brasileño] en la cámara”: el ministro Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal, decidió no incluir formalmente el nombre de Temer en la causa, en el entendido de que el presidente ya estaría incriminado en otro caso que lo ata a la dirigencia de esa “organización criminal”. Sin embargo, según Folha de São Paulo, la Procuradoría General de la República mantendrá su plan de presentar otra denuncia antes de setiembre, cuando el jurista Rodrigo Janot abandone su cargo en la institución. Esa nueva demanda por obstrucción de la Justicia podría incluir el cargo de estar al frente de una organización criminal, aunque ello haría más compleja la fundamentación del caso.

Ayer se supo también que el diputado Sergio Zveiter pidió su desafiliación del PMDB. Zveiter había sido el autor de texto con que se intentó enjuiciar a Temer por el caso de soborno de JBS, y por ello el partido lo sancionó, junto a otros cuatro diputados que votaron a favor de la investigación.