Unas 100.000 personas se reunieron ayer al mediodía en la plaza Cataluña para homenajear a las víctimas del atentado terrorista del jueves en Barcelona. Las autoridades informaron ayer que los muertos fueron 13, mientras que aún hay 61 personas hospitalizadas, 17 de ellas en estado crítico. El homenaje consistió en un minuto de silencio seguido por un aplauso ensordecedor y el grito: “¡No tengo miedo!”.
El acto contó con la presencia de decenas de jerarcas, entre ellos el rey Felipe, el presidente español, Mariano Rajoy, el gobernador de Cataluña, Carles Puigdemont, y la alcaldesa, Ada Colau. También asistieron los secretarios generales del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, el de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera. Cuando alguna persona intentó ondear una bandera de España o de Cataluña las otras le pidieron que no lo hiciera, y en la mayoría de los casos estos pedidos fueron acatados.
Finalizada la ceremonia, el centro de Barcelona recuperó la normalidad, aunque con nuevas medidas, como una mayor presencia policial y bloques dispuestos en las peatonales para evitar el avance de vehículos.
Horas después del acto se encontraron en el lugar del atentado dos manifestaciones: una de antifascistas y otra de ultraderechistas. Los primeros repudiaban el atentado y los segundos lo utilizaban para argumentar que los inmigrantes deben ser expulsados del país. Hubo algunos momentos de tensión, pero finalmente los Mossos d’Esquadra (la policía catalana) asistieron al lugar para retirar a los ultraderechistas, que eran menos de 100 personas.
En paralelo, ayer avanzó la investigación del atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico. Esta reveló que los terroristas llevaban meses planificando un ataque más grande, que incluía el uso de explosivos, también en Barcelona. La explosión de al menos uno de estos artefactos el miércoles —que causó la muerte de una persona— frustró sus planes y los llevó a hacer, de forma improvisada, los ataques del jueves, informó el jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero.
Ayer cuatro terroristas habían sido detenidos y tres estaban siendo buscados. Otros cinco murieron en la noche del jueves, abatidos por la policía, tras atacar a varias personas en Cambrils, seis de las cuales fueron heridas; una de ellas falleció ayer debido a las lesiones. La policía sospecha que los atentados de Barcelona y Cambrils fueron hechos por una célula yihadista de 12 personas.