En la misma semana en la que entró en vigor la legalización de la venta y el consumo recreativo de marihuana en California, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, derogó una medida que favorecía este tipo de reformas, que ya están vigentes en siete estados.

El gobierno estadounidense derogó una normativa del Departamento de Justicia aprobada durante el gobierno de Barack Obama, que flexibilizaba la aplicación de las leyes federales para permitir que los distintos estados adoptaran sus propias normas con respecto a la marihuana. La normativa eliminada recomendaba a los fiscales federales no interferir con los procesos de legalización y no procesar a quienes portaran cantidades de marihuana que fueran consideradas de consumo personal según las leyes locales.

El fiscal general y secretario de Justicia de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijo que con esa medida el gobierno recomienda a los fiscales federales que sí hagan “cumplir las leyes” del país, tras considerar que la normativa anterior “minaba ese cumplimiento y la capacidad de los fiscales de ejecutar su misión de hacer cumplir la ley federal”.

La ley estadounidense considera que el consumo de marihuana, recreativo o médico, es ilegal. Sin embargo, ningún jerarca aclaró si esto implica que el gobierno instará a los fiscales federales a aplicar esta ley en los estados donde el consumo fue habilitado; siete para el uso recreativo y 29 para el médico.