El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, y su entorno familiar recibieron con preocupación la denuncia sobre la abultada cuenta bancaria del chofer de uno de sus hijos, de acuerdo a una investigación realizada por el Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf) divulgada ayer por el diario Estado de San Pablo.
El medio de prensa reveló que el policía Carlos de Queiroz, quien se desempeñó como chofer de Flavio Bolsonaro –hijo del mandatario electo y a su vez futuro senador– tenía en su cuenta bancaria 1,2 millones de reales (algo así 300.000 dólares), monto incompatible con sus ingresos.
Durante un contacto con la prensa ayer en Brasilia, el futuro ministro de Presidencia Onyx Lorenzoni dijo que la divulgación de este informe es nada más que un intento de destruir la reputación de Bolsonaro. “Algunos sectores están intentando destruir la reputación de Bolsonaro. En Brasil tenemos que empezar a separar la paja del trigo. Este gobierno es trigo”, afirmó Lorenzoni, quien luego, visiblemente irritado ante las preguntas de los periodistas, se preguntó: “¿Dónde estaba el Coaf en el mensalão y en el escándalo de Petrobras?”.
Presionado por la prensa acerca del origen del dinero existente en la cuenta del chofer del hijo de Bolsonaro, Lorenzoni mantuvo su tono beligerante y le preguntó a un periodista, según consignó Folha de São Paulo: “¿Ahora yo soy investigador?, ¿cuál es el origen del dinero?, ¿y usted cuánto gana por mes?”, y así dio por finalizado el contacto con los medios de prensa.
Más temprano, durante un almuerzo con representantes de entidades empresariales, Lorenzoni había pedido una tregua a los medios de prensa. “Es necesario hacer un gran pacto por Brasil. Sabemos que no recibimos un cheque en blanco, sabemos que tendremos oposición y que hay que respetarla. También hemos sido respetuosos con la prensa, pero también es importante para el futuro del país que podamos construir propuestas”, afirmó el futuro ministro de Presidencia.