La realización del Consejo de Ministros del gobierno que encabeza el socialista Pedro Sánchez en Barcelona generó una jornada de agitación en la ciudad, donde los militantes independentistas coparon las calles en varias manifestaciones. La más masiva contó con 40.000 asistentes, bajo la consigna “Tumbemos el régimen del 78”. Si bien el tono general de las movilizaciones fue pacífico, hubo algunos incidentes entre integrantes de los Comités de Defensa de la República con los Mossos D’ Escuadra, la policía autonómica catalana, que resultaron en 13 detenidos y 77 personas heridas. Desde el punto de vista político, la visita de Sánchez y sus ministros a Barcelona dejó algunos gestos simbólicos y también algunas acciones concretas. El Consejo aprobó una declaración en la que rechaza y condena al consejo de guerra que en 1940, durante el primer año de la dictadura franquista, sentenció a muerte al presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluis Companys. Otra medida adoptada por el gobierno de Sánchez es el cambio de nombre del aeropuerto de Barcelona, que no se llamará más El Prat y desde ahora se denominará Josep Tarradellas, en homenaje al que fuera presidente de la Generalitat y símbolo del restablecimiento del gobierno autonómico en 1977.

Entre las medidas más concretas se anunciaron dos que comenzarán a regir a partir del año que viene mediante un decreto: un incremento del salario mínimo de 22%, y un alza de los sueldos de los funcionarios públicos de 2,25%.

Pero además del Consejo la visita de Sánchez a Cataluña tuvo otro elemento de fuerte contenido político, ya que el jueves el presidente del gobierno español mantuvo una entrevista con el presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra. Los partidos de derecha se mostraron muy molestos con el encuentro, al que calificaron de una “humillación” y una “traición” para el resto de España. En cambio, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, valoró el encuentro como positivo y afirmó que “quien dice a los españoles que su principal problema” es Torra es “un mentiroso y un sinvergüenza”, y ha resaltado que “los problemas de seguridad real son la gente que no llega a fin de mes”.