Por segundo viernes consecutivo miles de palestinos realizaron ayer una jornada de protesta en varios puntos de la frontera del territorio de la Franja de Gaza en el marco de la denominada Gran Marcha del Retorno, y al menos siete de ellos murieron y más de 1.000 resultaron con heridas de diversa entidad a causa de la acción represiva ejecutada por el ejército israelí. Según informó el Ministerio de Salud palestino, en Gaza ya son 27 los muertos que se registraron esta semana.

Al igual que el pasado viernes, jornada inicial de la protesta en la que murieron 17 palestinos, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas –cuyo mandato rige únicamente en el territorio palestino de Cisjordania– lamentó la muerte de los manifestantes, condenó las acciones del ejército israelí y pidió a la comunidad internacional que actúe para “detener esta barbarie”. Según las informaciones recogidas por la agencia palestina de noticias WAFA, Abbas acusó a Israel de “asesinar de forma deliberada a personas inocentes que participan en marchas pacíficas”.

Por su parte, desde el gobierno israelí se sostuvo que la mayoría de los muertos son integrantes del movimiento Hamas, que gobierna en Gaza, y el portavoz David Keyes acusó a esta agrupación de ser la instigadora de los incidentes.

El ejército de Israel ha recalcado que se han registrado disturbios “en cinco puntos en la frontera entre Gaza e Israel” y ha subrayado que “las tropas están respondiendo con medios antidisturbios y disparos”.