Un enorme muñeco inflable de siete metros de altura caracterizando a Donald Trump como un bebé gritando fue el símbolo de las enormes protestas que se realizaron ayer en Londres con motivo de la visita del presidente estadounidense a la capital de Reino Unido.

Según diferentes estimaciones, fueron cerca de 200.000 personas las que conformaron la heterogénea multitud que se congregó en las afueras del Parlamento británico para protestar contra Trump, quien desarrolló su agenda de ayer lejos del centro de la capital.

El presidente estadounidense se reunió con la primera ministra Theresa May en la localidad de Chequers, residencia de campo de la mandataria británica, y en la conferencia de prensa conjunta que brindaron posteriormente Trump exclamó “fake news” (noticias falsas), en un intento de mitigar la incómoda situación diplomática que él mismo alimentó luego de sus polémicas declaraciones en una entrevista que publicó ayer el diario amarillista The Sun. En la entrevista Trump criticó la forma en la que la primera ministra británica ha manejado el brexit, la salida de su país de la Unión Europea. “Yo lo hubiera hecho de manera diferente. De hecho, le dije a Theresa May cómo tenía que hacerlo, pero no me ha escuchado. Ha querido ir por otro camino. Ha tomado el sentido opuesto y está mal”, afirmó el presidente estadounidense. Además, en la misma entrevista, Trump criticó el desempeño del alcalde de Londres, Sadiq Khan, y también acusó a la inmigración de estar cambiando negativamente a la sociedad europea. Durante la conferencia de prensa Trump negó haber criticado a May y afirmó tener mucho respeto por ella. Sobre la entrevista, Trump se excusó diciendo que había dicho “muchas cosas buenas” sobre May que no fueron incluidas en la entrevista, y la primera ministra le restó importancia al asunto asegurando que “son sólo versiones de prensa”.

Más tarde, Trump y su esposa Melania, visitaron a la reina Isabel II, que los recibió en el castillo de Windsor para tomar el té, en la que fue la última actividad del estadounidense en suelo inglés. Posteriormente la comitiva presidencial partió rumbo a Escocia, donde Trump pasará el fin de semana en un centro de golf de su propiedad antes de viajar el lunes hacia Helsinki, la capital de Finlandia, donde tendrá una reunión cumbre con el presidente ruso, Vladimir Putin, en el que será el primer encuentro cara a cara de ambos líderes, que anteriormente sólo se reunieron en el marco de encuentros internacionales más amplios, como el del G20 en Hamburgo en julio del año pasado o la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico en noviembre del año pasado.

Pero mientras Trump se mantenía alejado de Londres, las protestas continuaron durante toda la jornada. Manifestantes anti brexit, inmigrantes, militantes de minorías sexuales y opositores de todo tipo al mandatario estadounidense coparon el centro de la capital inglesa, en una manifestación que fue habilitada por el alcalde londinense Khan, británico de origen paquistaní.

En la protesta se hizo presente el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, quien pronunció un breve discurso en la Plaza Trafalgar. Corbyn celebró la decisión del alcalde Khan de permitir estas manifestaciones y dijo: “Cuando nos unimos con un objetivo común, todos ganamos. Estamos defendiendo nuestro derecho a manifestarnos, nuestro derecho a la libertad de expresión. Los derechos humanos pertenecen a todos”.