El Tribunal Supremo Electoral de Brasil (TSE) resolvió anoche, por mayoría y en medio de cuestionamientos, impugnar la candidatura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales del 7 de octubre. El líder de la izquierda brasileña, por lo tanto, no será candidato. Fue un proceso complicado: el jueves empezó a correr el rumor de que se realizaría esta sesión, pese a que el TSE tiene hasta el 17 de setiembre para tomar una decisión sobre este tema y usualmente el proceso lleva varios días. La defensa de Lula argumentó ayer, precisamente, que no se están cumpliendo los plazos del proceso.

Los recursos presentados contra la candidatura de Lula argumentan que no cumple con la condición de tener “ficha limpia” para presentarse a las elecciones. La condena por corrupción pasiva en un tribunal de primera instancia fue ratificada por una corte colegiada, condición que lo haría inelegible por la Ley Ficha Limpia, que él mismo promulgó durante su mandato. Lula era el candidato presidencial con más apoyo en las encuestas, en las que aparece con una intención de voto de hasta 40%.

El juez del tribunal que había recibido el caso de Lula para estudiarlo, Luis Barroso, reveló ayer que fue él quien solicitó a la presidenta del órgano, Rosa Weber, adelantar el tratamiento del caso en el plenario para no tomar una decisión en solitario sobre la candidatura de Lula.

En el comienzo de la sesión extraordinaria se leyó el parecer del Ministerio Público, favorable a que se rechace la candidatura de Lula, y expusieron los abogados defensores del ex presidente. Luego de estas presentaciones Barroso presentó su posición, también contraria a la continuidad de la candidatura de Lula.

Edson Fachin fue el único de los miembros del TSE que votó a favor de mantener la candidatura de Lula, pero el rechazo de los otros seis integrante determinó que ésta fuera rechazada. El órgano judicial dio al Partido de los Trabajadores un plazo de diez días para cambiar la fórmula presidencial, que podría ser integrada por Fernando Haddad, hasta ahora candidato a vice de Lula, y Manuela D'Ávila, del Partido Comunista.