Ayer el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y el titular de la Asamblea Nacional, el opositor Juan Guaidó, autoproclamado “presidente encargado” esta semana, se dirigieron a la población casi al mismo tiempo. Cada uno se reivindicó a sí mismo como titular del Poder Ejecutivo y acusó al otro de estar intentando un golpe de Estado. También hubo referencias a la propuesta de diálogo hecha por Uruguay y México.

“Yo lo conozco, es un agente de los gringos en Venezuela, que lo formaron y lo metieron en la política, no tiene capacidad de pensar y de decidir por él”, aseguró Maduro en su discurso, refiriéndose a Guaidó. Agregó que no están dadas las condiciones para que nadie se declare presidente encargado, una figura prevista en la Constitución venezolana para cuando exista una “falta absoluta” del titular del cargo. “Estoy vivo, estoy sano y estoy habilitado y no me han revocado el mandato”, dijo Maduro después de citar algunas partes de la carta magna y aseverar que si la oposición realmente considera que el cargo de presidente está vacante, además de la proclamación se debería haber convocado a nuevas elecciones en un plazo máximo de 30 días, algo que todavía no sucedió.

La oposición considera que el cargo de presidente está vacante porque no reconoce las elecciones de 2018 que le dieron a Maduro un nuevo mandato, que asumió el 10 de enero. Como consecuencia, la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, declaró a Maduro un “usurpador” del poder y asumió para sí algunas de las atribuciones del Poder Ejecutivo. Ejemplo de ello fue el nombramiento esta semana de un representante de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos, una entidad que el Ejecutivo se dispone a abandonar en abril.

Por su parte, Guaidó hizo ayer su primer acto desde su autoproclamación, que fue el miércoles. Aseguró que ese día “cada venezolano y cada hermano despertó de una pesadilla” y de “la angustia”; prometió que “va a regresar el pan a la mesa” y “va a entrar la ayuda humanitaria”, y agradeció a “los presos políticos, los mártires y, principalmente, a Dios todopoderoso”. Anunció que este domingo dará a conocer la fecha para una nueva movilización opositora y reconoció que hay un rumor de que va a ser arrestado. Advirtió que si eso sucede se trataría de un golpe de Estado, porque su autoridad emana de “la única institución legítima” de Venezuela, en referencia a la Asamblea Nacional. El miércoles la Justicia pidió a la Fiscalía que determine si Guaidó violó alguna ley al autoproclamarse mandatario.

Por último, Guaidó afirmó que no descarta ofrecer una amnistía a Maduro y los jerarcas del actual gobierno en una eventual transición, una propuesta que se suma al indulto que había prometido la Asamblea Nacional para aquellos militares que desobedezcan al presidente.

La posibilidad del diálogo

Después de que Maduro aceptara, el jueves, la propuesta de diálogo planteada por Uruguay y México en un comunicado conjunto emitido el miércoles, Guaidó se pronunció, pero sin dejar su postura del todo clara. Durante una entrevista dio a entender que no se reuniría con Maduro porque el gobierno se muestra dispuesto a acceder a un “falso diálogo” cuando “la represión no les da resultado”, sin embargo, en un acto posterior dijo que está dispuesto a “hablar” con el titular del Ejecutivo si este deja de ser “usurpador” de la presidencia, se instala un “gobierno de transición” y se convocan “elecciones libres”.

También Estados Unidos se refirió a la posición de Uruguay y México, que siguen reconociendo a Maduro como presidente venezolano. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que “trabajará” con ambos países para que reconozcan a Guaidó. “Todos los países deben tomar pasos para lograr eso y no apoyar a esta cruel dictadura que ha causado tanta devastación para el pueblo de Venezuela”, agregó. Con este objetivo, Estados Unidos convocó a una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que tendrá lugar hoy de tarde. En esa instancia, Pompeo “hará un llamamiento para respaldar el gobierno transitorio en su misión de restaurar la democracia y el imperio de la ley”, una posición con la que la Unión Europea no se ha mostrado de acuerdo, mientras Rusia mantiene su apoyo a Maduro.

A la injerencia de Estados Unidos en la situación venezolana se refirió ayer el jefe de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, quien aseguró que si hay una invasión de ese país Venezuela se convertirá en “uno y mil Vietnams”.

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