Anoche se llevó a cabo el primero de los dos debates previos a las elecciones nacionales de Argentina, que se celebrarán el 27 de octubre. El formato previo fue acordado con los candidatos; varias cosas fueron dispuestas por sorteo, por ejemplo, el orden de los atriles y, por tanto, de los oradores. Al principio, cada candidato tuvo 45 segundos para presentarse, y lo hicieron en el siguiente orden: el presidente Mauricio Macri, el candidato del Frente de Todos (y favorito según las encuestas), Alberto Fernández, el ultraconservador Juan José Gómez Centurión, el liberal José Luis Espert, el candidato de Consenso Federal, Roberto Lavagna, y el del Frente de Izquierda, Nicolás del Caño.

“Hoy estoy acá para pedirles que sigamos trabajando juntos, que logremos juntos los cambios que faltan”, comenzó diciendo Macri, que busca conseguir una reelección que las encuestas dan como perdida, incluso en la primera vuelta. “Hace cuatro años hubo otro debate, en el que alguien mintió mucho y alguien dijo la verdad; el que mintió es el presidente [...] yo vengo a decirles la verdad”, fueron las palabras de apertura de Fernández. Esas primeras intervenciones dejaron claro cuál sería el tono del resto del debate: Macri defendiendo su gestión y Fernández criticándolo duramente.

Mercosur y Venezuela

La situación del Mercosur y la de Venezuela ocuparon gran parte del primer bloque temático: “Relaciones internacionales”. También fue mencionada la crisis en Ecuador, por el candidato de izquierda, que incluso pidió que unos diez segundos de su tiempo se dedicaran a hacer silencio por las personas que han muerto como consecuencia de la represión de las protestas en ese país. “Es imposible estar del lado de las grandes mayorías y aplicar las políticas del Fondo [Monetario Internacional, FMI]”, afirmó Del Caño.

En cuanto al Mercosur en particular y a la región en general, Fernández aseguró: “La primera misión que tenemos como país es volver a unir América Latina y volver a potenciar el Mercosur”, porque es lo que va a permitir que Argentina entre “en el mundo global dignamente, de pie, preservando los derechos”. El candidato defendió la apertura económica, pero agregó: “Lo que no voy a permitir es que se lleve puesta a la industria y el trabajo argentinos”.

Por su parte, Macri se jactó de haber construido “una relación de confianza con los líderes del mundo”: “Revitalizamos el Mercosur codo a codo con Brasil”. Acerca del primero de estos puntos, Fernández respondió: “Las relaciones internacionales no son sacarse foto con los líderes”, sino construir vínculos que puedan beneficiar a Argentina.

“Esto recién comienza y tiene un enorme potencial para nuestro futuro”, insistió el mandatario, que también celebró el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, que los demás candidatos le reprocharon que no han visto. También acerca del Mercosur, el ultraliberal Espert dijo que es necesario terminar con el bloque regional: “Creemos que ha sido un simulacro, una mentira de apertura económica de la que no se puede rescatar nada”.

Acerca de Venezuela, Macri dijo que en este tema “no puede haber dobles discursos: o se está con la dictadura o se está con la democracia, y la neutralidad es estar con la dictadura”. Al respecto, Fernández respondió: “A diferencia del presidente, yo quiero que los venezolanos resuelvan los problemas, no quiero intervenir en Venezuela”. “Espero que ningún soldado argentino termine en tierra venezolana”, advirtió. Por su parte, Del Caño dijo que su partido nunca apoyó “el autoritarismo del gobierno de [Nicolás] Maduro y sus políticas”, a la vez que advirtió que Macri “es un lamebotas que apoya la intervención extranjera de Estados Unidos”.

Los candidatos presidenciales argentinos, ayer, durante un debate televisado.

Los candidatos presidenciales argentinos, ayer, durante un debate televisado.

Foto: Ronaldo Schemidt, AFP

Otro asunto mencionado por varios candidatos fue la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas: todos los opositores reprocharon al mandatario que no la haya reclamado ante Reino Unido (como sí hacían los gobiernos anteriores), en una crítica que el presidente optó por no responder.

Números envenenados

“Economía y finanzas” era el tema del segundo bloque, en el que los candidatos reiteraron sus posiciones pero en términos muy superfluos y sin entrar en detalles que podrían complicarlos –por ejemplo, la posibilidad de renegociar la deuda con el FMI–. Macri defendió su gestión y aseguró que “el esfuerzo no fue en vano”, porque Argentina está “mejor”, en “un punto de partida para empezar a crecer”. Tanto Lavagna como Espert rechazaron esa afirmación, al igual que Fernández, quien dijo: “No puedo dejar de asombrarme: no sé en qué país vive Macri”. Enseguida agregó que la mayoría del dinero que el FMI envió a Argentina “se fugó”: “Se lo llevaron sus amigos, presidente”, aseguró.

En cuanto a sus planes a futuro, el candidato del Frente de Todos dijo que en un eventual gobierno se propone “volver a generar consumo para que la economía vuelva a funcionar”, impulsar el crecimiento de las exportaciones –“porque precisamos dólares para pagar la deuda, presidente”, acotó– y proponer una mesa integrada por los industriales, el campo, los trabajadores y el Estado, en la que se planifiquen acciones para el futuro. “El presidente no se enteró, pero nos hizo un daño enorme, y poner en pie a Argentina va a precisar del esfuerzo de todos”, concluyó. Ante otra de las repuestas de Macri, que llamó a seguir por el camino que se emprendió durante su gobierno en los últimos cuatro años, Fernández insistió: “No puedo dejar de asombrarme: no sé en qué país vive Macri”.

El aborto, los femicidios y los derechos humanos

Seis hombres se pararon en los atriles a opinar sobre si se debe legalizar el aborto y qué políticas deben apuntar a terminar con los asesinatos por violencia de género, así como de la importancia de la Justicia en los casos de violaciones de derechos humanos durante la dictadura y la atención de las personas más pobres del país en la actual situación económica.

Algunas de las miradas en el bloque “Derechos humanos, diversidad y género” se las llevó Gómez Centurión con dos de sus posturas: la de oponerse “sistemáticamente” a cualquier modalidad de aborto legal y la de retirar las reparaciones a las víctimas de la dictadura para pagársela a quienes hayan sufrido las acciones de los “grupos subversivos”.

En varias de las oportunidades en las que participó en este bloque, Macri subrayó la importancia de la libertad, dando a entender que esta estaría en riesgo con una victoria del Frente de Todos. Además, reivindicó las acciones tomadas por su gobierno para acompañar a las mujeres víctimas de violencia de género y aseguró que antes estaban “abandonadas”.

Por su parte, Fernández aseguró que en cuanto al pasado reciente “los derechos humanos no pueden ser otra cosa que un imperativo moral de la sociedad argentina”, mientras que con respecto a la actualidad prometió crear un ministerio de la mujer, la igualdad y la diversidad y se pronunció a favor de la descriminalización del aborto, para “dar la oportunidad a las mujeres pobres” de atravesar el procedimiento de la misma manera que “las ricas”. “Terminemos con la hipocresía”, concluyó.