El ex presidente José Mujica le envió una carta a Jeanine Añez, la presidenta de facto de Bolivia, para pedirle que pare la represión en ese país.
En la misiva Mujica dice: “Hay un momento en la vida de hombres y mujeres en el que se decide no sólo su destino, sino cómo serán recordados. No todos pueden elegir esa situación. Este es el tiempo que usted, de algún modo, decidió que fuera suyo […] el viejo que suscribe estas pocas líneas le pide, en función de la experiencia de vida por la cual mira América con una distancia despegada de luchas y pasiones propia de la coyuntura, que elija ser recordada como la persona que pudo parar la represión contra su pueblo”.
“Gobernar es siempre y antes que nada pensar en el sufrimiento ajeno, y ejercer la voluntad de aliviarlo. No puede haber más palabras para una petición tan simple y de ejecución tan clara como la que le estaoy formulando”, continúa la carta.
“Desde el corazón de mi país le escribo a su corazón, esperando hallar eco en él, de su mejor sentimiento”, concluye la nota.