Las autoridades estadounidenses confirmaron que hoy iniciarán el proceso de retirada del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por su sigla en inglés) pactado con Moscú, acuerdo firmado en 1987 que ha sido una de las bases del régimen de supervisión y control sobre la no proliferación de armas nucleares.
El secretario de estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció ayer durante una conferencia de prensa la decisión y declaró que “los países deben rendir cuentas cuando rompan las reglas”. El jerarca afirmó que su país finalizaría el proceso de salida del tratado en seis meses, a menos que Rusia destruya su creciente arsenal de misiles intermedios y lanzadores de rango.
Concretamente Washington dio a Moscú un plazo de 60 días para que destruyera un nuevo tipo de misil de crucero que supuestamente vulnera el acuerdo, mientras que Moscú insiste en que no ha incumplido sus obligaciones, según informaron agencias internacionales.
La decisión del gobierno de Trump se da luego de cinco años de conversaciones entre las dos potencias que no lograron resolver una acusación estadounidense de larga data de que Moscú está violando el acuerdo firmado hace más de tres décadas por los presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. “Ya no podemos ser restringidos por el tratado, mientras que Rusia lo viola sin vergüenza”, dijo Pompeo ayer en Washington.
Desde Rusia, el gobierno que encabeza Vladimir Putin afirmó que cumple cabalmente con los lineamientos del acuerdo INF, y que pese a que no será el responsable de desencadenar una carrera armamentística, adoptará medidas para proteger al país. La administración de Putin calificó como “irresponsable” el hecho de que Estados Unidos quiera quebrantar el pacto. En octubre, el mandatario ruso advirtió que esta salida del pacto de la administración Trump dará paso a una carrera armamentística.
La Unión Europea (UE) manifestó su preocupación por el tema y ayer varios ministros de Relaciones Exteriores del bloque salieron públicamente a pedir que se reanude el diálogo entre las potencias para evitar la ruptura de este importante tratado.
El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, apeló al diálogo, ya que un mundo sin ese tratado sería “menos seguro”, y propuso relanzar un nuevo debate internacional sobre el desarme. Citado por la agencia Deutsche Welle, Maas afirmó: “El tema del desarme y la arquitectura de seguridad debe volver a la agenda internacional, no solamente por Estados Unidos y Rusia sino también por países como China y debido a nuevos sistemas de armamento autónomo, armas cibernéticas o robots asesinos”, afirmó el jefe de la diplomacia alemana al llegar a una reunión informal de ministros de Relaciones Exteriores de la UE realizada en Bucarest, la capital de Rumania, que en 2019 está ocupando la presidencia del Consejo del bloque regional europeo. “Sobre esto no existe un marco internacional adecuado”, insistió el jerarca alemán, que aseguró que su país quiere aportar a este diálogo “con una conferencia en marzo en Berlín sobre desarme nuclear y nuevos sistemas de armamento”.