El Parlamento británico rechazó por tercera vez el acuerdo para que Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), lo que acerca al país a una salida abrupta del bloque el 12 de abril o pedir una larga prórroga.

La primera ministra, la conservadora Theresa May, perdió la votación por una diferencia de 58 votos, una derrota más suave que las dos anteriores -recibió 230 en contra en enero y 149 hace tres semanas-. Sin embargo, no logró una victoria, pese a que prometió dejar el cargo si el acuerdo era aprobado, tal como pretendían algunos euroescépticos. Esto sí permitió que votaran a su favor algunos diputados que aspiran a sucederla, como el ex canciller Boris Johnson.

La última carta con la que jugaba el gobierno, convencer a suficientes laboristas rebeldes con la promesa de darles voz en el diseño de la futura relación con la UE, no surtió efecto. Tan solo cinco de ellos se alienearon con May.

A pesar de las constantes especulaciones durante las últimas semanas de que la primera ministra está al borde de abandonar Downing Street, la líder conservadora se levantó momentos después de la votación de hoy en el Parlamento para recalcar que continuará trabajando para lograr un “brexit ordenado”.

El siguiente paso en el tortuoso proceso que afronta el Reino Unido llegará el lunes, cuando los diputados tratarán por segunda vez de llegar a un consenso sobre las opciones a las que puede aferrarse el país.

Varios países de la UE llamaron la atención al gobierno de May y le pidieron que busque lograr un acuerdo interno que se consiga aprobar antes del 12 de abril. En caso contrario, Londres deberá pedir una larga prórroga que impliicaría, entre otras cosas, que participe en las elecciones de mayo, en las que se elige el Parlamento Europeo.

Mientras el Parlamento votaba, miles de partidarios del brexit se manifestaron para pedir que se ejecute el resultado del referéndum de junio de 2016, en el que se impuso por un estrecho margen la opción de abandonar la UE.