El nuevo ministro de Educación de Brasil, Abrahan Weintraub, está estudiando reducir la inversión pública en las facultades de filosofía y sociología. Weintraub se refirió por primera vez a este tema en una entrevista brindada al diario O Estado de São Paulo hace dos semanas. Allí dio a entender que es ridículo que el hijo de un agricultor estudie antropología y no veterinaria o medicina, y advirtió que el gobierno “necesita elegir mejor sus prioridades porque los recursos son escasos”.

Este jueves de noche, en una transmisión del presidente Jair Bolsonaro a través de Facebook, Weintraub volvió a hablar de esto: “La función del gobierno es respetar el dinero del contribuyente. Entonces, ¿qué hay que enseñarles a los niños y jóvenes? Primero, a leer, escribir y hacer cuentas. Lo segundo más importante: un oficio que le genere renta para la persona y bienestar para su familia”.

La idea fue retomada esta mañana por el presidente en sus redes sociales. El mandatario confirmó que el Ministerio de Educación “estudia” reducir la inversión pública “en facultades de filosofía y sociología (humanidades)”. El objetivo, agregó en Facebook y Twitter, “es enfocarse en áreas que generan retorno inmediato al contribuyente, como veterinaria, ingeniería y medicina”. Bolsonaro aclaró que los “alumnos ya matriculados no serán afectados”.

De acuerdo con los medios brasileños, una medida de este tipo del Ministerio de Educación implicaría que unas 60 universidades federales contarían con menos recursos para investigación.

Varios profesores e investigadores rechazaron el anuncio, señalando que reafirma el “anti -intelectualismo” del gobierno de Bolsonaro y su desdén hacia los estudios que promueven una mirada crítica sobre la realidad. En ese sentido también se pronunció el ex candidato presidencial del Partido Socialismo y Libertad y líder de la Central Única de Trabajadores, Guilherme Boulos: “Las declaraciones revelan una aversión al pensamiento crítico”, consideró en Twitter.

También reaccionó Manuela D'Ávila, la ex candidata a vicepresidenta del Partido de los Trabajadores, quien tuiteó: “El presidente que cree que el holocausto fue de izquierda quiere acabar con los estudios de humanidades. Parece una estupidez, pero es un proyecto: hundir al país en la ignorancia, la mentira, las tinieblas. La aparente locura tiene lógica: quien es enemigo de la verdad, es enemigo de las humanidades”.