Varios altos funcionarios del gobierno de Irán negaron ayer la versión que había comenzado a circular el jueves acerca de que un dron iraní había sido abatido por la Armada estadounidense en el estrecho de Ormuz.

El vicecanciller de Irán, Abbas Araghchi, uno de los principales negociadores del gobierno de Teherán sobre la cuestión nuclear, se refirió a las declaraciones de Donald Trump. En su cuenta de Twitter, el diplomático escribió: “No perdimos ningún dron en el estrecho de Ormuz ni en ninguna otra parte. Temo que el buque norteamericano tal vez derribó a sus propios drones por error”.

Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Trump había anunciado el jueves que el barco de guerra USS Boxer –un buque de asalto anfibio de la Armada estadounidense– logró derribar un dron iraní que se acercaba a la embarcación en el estrecho de Ormuz. “El [USS] Boxer tomó una acción defensiva contra un dron iraní que se había acercado a una distancia muy, muy próxima, de unas 1.000 yardas”, dijo el gobernante. “El dron resultó destruido inmediatamente”, agregó.

Por su parte el portavoz de las Fuerzas Armadas de Irán, el general Abolfazl Shekarchi, dijo en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Tasnim que “a pesar de las alegaciones delirantes y sin fundamento de Trump, todos los aviones no tripulados [enviados] al golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, incluyendo el que ha mencionado el presidente estadounidense, han regresado sin problemas a su base”.

Este nuevo cruce de declaraciones entre autoridades estadounidenses e iraníes se dio a conocer poco después de que el Departamento del Tesoro estadounidense impusiera nuevas sanciones a cinco individuos y siete entidades vinculadas con el programa de energía nuclear de Irán, que se aplican desde el jueves a cinco personas de nacionalidad iraní y siete compañías, cuatro de ellas con sede en China, dos en Irán y una en Bélgica. En un comunicado, el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, acusó a los sancionados de “comprar y almacenar materiales nucleares críticos” para el programa nuclear iraní, según consignaron agencias internacionales.

En medio de la escalada de tensiones, las autoridades iraníes vienen desarrollando una estrategia dual con respecto a su relación con Estados Unidos. Si bien desde Teherán se mantiene un tono desafiante, que se tradujo en las últimas semanas en las anunciadas transgresiones del pacto nuclear que firmaron Irán y varias potencias mundiales en 2015, también tiene claro que el riesgo de un conflicto a gran escala sobre su país no es una posibilidad descabellada, por lo que se mantienen abiertas las vías diplomáticas a todo nivel.

En este sentido el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Yavad Zarif, dijo el jueves en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, que su país está dispuesto a aceptar inspecciones más exhaustivas a su programa nuclear a cambio de que el gobierno estadounidense suspenda sus sanciones económicas, que causan un fuerte impacto en la economía. Con anterioridad, el canciller dio a entender incluso que su país limitaría su programa de desarrollo de armas nucleares si Washington dejara de vender este tipo de armamento a sus vecinos árabes del Golfo, pero estas alternativas no son viables teniendo en cuenta la postura de Trump y su entorno más cercano acerca del relacionamiento con las autoridades iraníes.

Mientras tanto, la sucesión de escaramuzas, por ahora menores, en el estrecho de Ormuz, zona por la que circula una quinta parte del petróleo que se consume en el mundo, prosiguen y generan un estado de tensión en la región. Ayer mismo la Guardia Revolucionaria iraní afirmó haber capturado un petrolero británico, el Stena Impero, que estaba navegando sobre aguas iraníes.

El Ministerio de Defensa de Reino Unido dijo que estaba investigando con urgencia lo que había ocurrido con el Stena Impero, un barco de 30.000 toneladas con bandera británica, que se dirigía a Arabia Saudita cuando abandonó abruptamente las rutas marítimas internacionales a través del estrecho de Ormuz. De acuerdo a los datos de seguimiento, el petrolero se dirigió al norte hacia la isla iraní de Qeshm, donde la Guardia Revolucionaria de Irán tiene una base.

Mientras esto sucede, el plan estadounidense de formar una coalición militar para proteger la navegación en el área está encontrando resistencia por parte de algunos países, según afirmó una fuente del Pentágono a la agencia de noticias Reuters.

India dejó claro hace algunos días que los dos buques de guerra que envió en junio para proteger a sus navíos, a raíz de los sabotajes a varios petroleros, van a continuar con su misión, pero no van a unirse a la pretendida coalición liderada por Estados Unidos.