La posibilidad de iniciar un juicio político con miras a destituir al presidente estadounidense, Donald Trump, ha surgido una y otra vez a lo largo de su mandato, que comenzó en enero de 2017. Desde ese año están instaladas las dudas acerca del papel que jugó Trump en la llamada “trama rusa”, una serie de maniobras para perjudicar a su oponente en las elecciones de 2016, Hillary Clinton. A esas sospechas se agregaron las de que Trump pudo haber obstruido la investigación sobre el caso, y la opción del impeachment se reactivó en mayo, cuando se conocieron las conclusiones del fiscal especial Robert Mueller, que investigó esta trama.
Sin embargo, la opción del juicio político no contaba por entonces con suficiente apoyo popular. Además, la oposición demócrata tuvo en cuenta que ya había pasado buena parte del mandato de Trump y que un impeachment podría colocar al presidente en el papel de víctima. Todo esto cuando Estados Unidos ya está en un proceso de campaña para las elecciones de 2020.
Pero finalmente, otro caso decidió a la oposición a dar ese paso, y la Cámara de Representantes anunció esta semana que iniciará un juicio político a Trump. Se lo acusa de presionar al gobierno de Ucrania para que investigara al ex vicepresidente Joe Biden (2009-2017), que es uno de los principales precandidatos del Partido Demócrata a la presidencia, y a su hijo Hunter Biden, que fue asesor de la empresa de gas ucraniana Burisma.
Los representantes del Partido Demócrata consideran que Trump puede ser responsable de “traición” a la Constitución y a la seguridad nacional por presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para beneficiarse en la campaña electoral. Y sospechan que lo hizo utilizando recursos públicos.
Biden y Ucrania
Trump reiteró públicamente que es víctima de una caza de brujas y que no hubo ninguna presión. Dijo que para demostrarlo haría pública su conversación con Zelenski. El miércoles la Casa Blanca publicó en un texto su reconstrucción de la charla. Allí el presidente le dice a su par ucraniano: “Se está hablando mucho del hijo de Biden, y de que Biden detuvo una acusación, y mucha gente quiere saber de eso, así que cualquier cosa que pudieras hacer con el fiscal general [estadounidense, William Barr] sería maravilloso [...] Biden fue por ahí alardeando de que frenó la acusación, así que si pudieras darle una mirada... Para mí, suena horrible”.
El gobernante se refiere a las presiones internacionales –que Biden ejerció al igual que altos funcionarios de otros países, según recordaron The New York Times y BBC– para que Ucrania desplazara de su cargo, en 2016, al fiscal Viktor Shokin, que investigaba a la empresa de gas Burisma, en la que trabajaba el hijo del entonces vicepresidente, Hunter Biden. Se acusaba a Shokin de utilizar la posibilidad de un juicio para chantajear a directivos de la empresa.
La llamada
Trump dijo que su conversación con Zelenski fue “perfecta”, que “no podía haber sido más agradable”. Pero la oposición no está de acuerdo. “O el presidente no conoce el peso de sus palabras o no le importan ni la ética ni sus responsabilidades constitucionales”, dijo la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. A su entender, esta reconstrucción de la llamada, que se basa en “notas y recuerdos” de funcionarios, “confirma la necesidad de una investigación de juicio político”, y “claramente el Congreso debe actuar”. Para Pelosi, el texto también confirma la “complicidad” del Departamento de Justicia, que esta semana decidió cerrar una investigación sobre este caso. La oposición sospecha que también la Casa Blanca puede ser responsable de ocultar estas presiones de Trump a Ucrania.
El diario The Washington Post publicó el lunes que Trump, días antes de mantener esa conversación, le ordenó a su jefe de Gabinete, Mick Mulvaney, que bloqueara partidas aprobadas por el Congreso para Ucrania: 250 millones de dólares para armamento y 141 millones de dólares para seguridad marítima. De acuerdo con Trump, su decisión de retener esas partidas tenía como objetivo presionar a Europa a ofrecer más ayuda económica a Ucrania.
Durante la conversación con Zelenski, Trump aludió a la ayuda de su país a Ucrania. “Yo diría que hacemos mucho por Ucrania. Dedicamos mucho esfuerzo y mucho tiempo”, afirmó, y dijo que Estados Unidos “ha sido muy, muy bueno con Ucrania”.
Pelosi dijo el miércoles que “no es parte la tarea del presidente usar el dinero de los contribuyentes para extorsionar a otros países para beneficiar su campaña”.
El camino del impeachment
En mayo, cuando se conocieron de manera parcial las conclusiones del fiscal Mueller sobre la trama rusa, una encuesta publicada por CNN señalaba que sólo 37% de los estadounidenses estaba de acuerdo con que Trump fuera acusado, mientras que 59% se oponía. Ahora, según otra encuesta, de YouGov, 55% de los estadounidenses apoyaría la destitución de Trump si se confirman las sospechas acerca de las presiones a Ucrania.
También varios legisladores cambiaron de parecer sobre el impeachment por este caso. Una columna de opinión publicada el lunes en The Washington Post y firmada por siete congresistas demócratas de los más centristas pidió un juicio político a Trump. El título era el siguiente: “Estas acusaciones son una amenaza contra todos aquellos a los que un día juramos proteger”.
Otro elemento decisivo para el inicio del juicio político fue el discurso del legislador demócrata John Lewis, un dirigente histórico que acompañó a Martin Luther King cuando dio su discurso emblemático en la Marcha a Washington de 1963 y que tiempo atrás no estaba convencido de iniciar este proceso, informó la agencia de noticias Efe. A los79 años, Lewis les dijo a los demás legisladores: “No podemos retrasarnos. No debemos esperar. Ahora es el momento de actuar. He sido paciente mientras probábamos otros caminos y otras herramientas. Nunca vamos a encontrar la verdad a menos que usemos el poder otorgado a la Cámara de Representantes [...] El futuro de nuestra democracia está en juego”.
De acuerdo con un sondeo de CNN, los votos en la Cámara de Representantes están muy cerca de la mayoría de 218 que se necesitan para aprobar el impeachment. Lo apoya una gran cantidad de legisladores demócratas, que son 235, pero también se suma el voto de un ex republicano que se declaró independiente, Justin Amash.
En cambio, todo indica que este proceso va a enfrentar dificultades en el Senado, dominado por el gobernante Partido Republicano. Allí se necesita una mayoría de dos tercios de los votos para que juicio político se apruebe y conduzca a la destitución del presidente. Para alcanzarla, sería necesario que unos 20 republicanos accedan a votar el impeachment.
Si bien no hay indicios de que lo vayan a hacer, Trump ha sido muy cuestionado dentro del Partido Republicano desde que era precandidato, y este nuevo escándalo generó malestar en algunos de sus integrantes. Entre ellos se destacó el senador Mitt Romney, que se manifestó “profundamente preocupado” por la posibilidad de que Trump haya querido beneficiarse políticamente con la ayuda de un gobernante de otro país.
Más cauto, otro senador, Ben Sasse, llamó a los dos grandes partidos a analizar bien la situación, y les pidió a los republicanos que no cerraran filas sin evaluarla, porque “hay cosas realmente problemáticas” en este caso.