Ayer fue otro día complejo para la política boliviana, y no sólo por las elecciones de este domingo, sino también por la economía. El Instituto Nacional de Estadísticas informó que el Producto Interno Bruto cayó 11 puntos porcentuales entre el primer y el segundo trimestre del año, algo que las autoridades atribuyeron al impacto del coronavirus. Poco después presentaron su renuncia todos los directores del Banco Central, con cartas en las que denunciaron falta de coordinación con el gobierno, en particular con el Ministerio de Economía. Además, si bien no lo mencionaron, su salida se vincula con la decisión del gobierno de facto de Jeanine Áñez de nombrar como titular del organismo a Agustín Saavedra Weise, un diplomático que estuvo acusado en los años 90 de haber traficado vehículos desde Argentina cuando fue embajador en ese país.
“Vamos a tener que devaluar en algún momento [...] hay que hacerlo”, dijo ayer el ministro de Economía. “Es algo que va a tener que tocar el próximo gobierno”, agregó. Las nuevas autoridades bolivianas asumirán antes de que termine el año.
Más allá de las noticias del ámbito económico, el foco sigue estando en lo electoral, y el gobierno no ha dejado de hacer hincapié en la posibilidad de violencia electoral este domingo. El subsecretario del Interior, Javier Issa, advirtió que “todo ya está armado como para frenar cualquier intento de desestabilización”, y agregó: “Si ellos usan la fuerza, nosotros también vamos a usar la fuerza”. Según Issa, en algunos puntos del país ya se están articulando grupos para promover protestas. “Todavía no cometieron ningún delito, en el momento que lo hagan [...] se activará a la Policía y al Ejército”, remató.
También el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, mano derecha de Áñez, se refirió a eventuales protestas violentas. “Advertimos a los agitadores y gente que busca generar violencia que no son bienvenidos. Los ponemos en un avión o entre rejas”, tuiteó. En varias oportunidades Murillo acusó directamente al Movimiento al Socialismo (MAS), dijo que el partido del ex presidente Evo Morales está preparando movilizaciones para el domingo.
Esa es una convicción extendida en el gabinete de Áñez: “Si pierde el domingo, el MAS va a salir a matar gente”, llegó a decir el ministro de Justicia, Álvaro Coimbra, el martes.
Lo que dicen las encuestas
El Tribunal Supremo Electoral adelantó que se estima que los primeros resultados se empiecen a conocer a las 21.00 de mañana, hora uruguaya. En Bolivia el escrutinio avanza a medida que van llegando los votos de las distintas partes del país, por lo cual según la región que se contabilice, la balanza se puede inclinar hacia un lado a medida que pasen las horas.
Las encuestas adelantan que el resultado será ajustado. Todas señalan que el más votado será el candidato del MAS, Luis Arce, y que el segundo lugar lo ocupará el ex presidente Carlos Mesa. La duda reside en si Arce conseguirá ganar en primera vuelta, para lo cual necesita más de 40% de los votos y una ventaja de diez puntos porcentuales sobre Mesa. Las dos principales encuestas que se difunden en Bolivia en períodos electorales muestran resultados diferentes en este sentido. En lo que sí coinciden es en señalar que, si hay una segunda vuelta, que sería el 29 de noviembre, la victoria sería de Mesa.