Con más margen que el que vaticinaban las encuestas, el actual alcalde de la ciudad de San Pablo, Bruno Covas, fue reelecto para un nuevo mandato tras imponerse al izquierdista Guilherme Boulos, del Partido Socialismo y Libertad (Psol), en la segunda vuelta de las elecciones municipales celebradas este domingo.
Con más de 98% de los circuitos escrutados, Covas, del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), obtuvo 59,34% de los votos contra 40,66% de Boulos, quien más allá de la derrota electoral se posicionó en estas elecciones como uno de los principales referentes de la izquierda, que luego de la primera vuelta se encolumnó detrás de su candidatura.
El triunfo de Covas puede ser leído como una victoria del gobernador del estado de San Pablo, João Doria, quien apoyó fuertemente al alcalde reelecto y que se proyecta como candidato del PSDB para las elecciones presidenciales de 2022.
En la ciudad de Río de Janeiro no hubo sorpresas y, tal como marcaban los sondeos previos, el ex alcalde Eduardo Paes, del partido derechista Demócratas, derrotó con luz al actual alcalde, Marcelo Crivella, ingeniero y pastor evangélico que representa al también derechista Republicanos. Paes obtuvo 64,11% de los votos contra 35,89% de Crivella.
Para el Partido de los Trabajadores (PT) la jornada electoral tuvo un sabor amargo, porque los dos candidatos del sector que pasaron a la segunda vuelta en capitales estaduales fueron derrotados. Eso sucedió en Recife, la capital pernambucana, donde Marília Arraes perdió con su primo João Campos, del Partido Socialista Brasileño (PSB); y también en la ciudad de Vitória, capital del estado de Espírito Santo, donde João Coser fue derrotado por el derechista Lorenzo Pazolini, de Republicanos.
En Porto Alegre había expectativa por lo que podía pasar con la candidata comunista Manuela D’Ávila, quien contaba con el apoyo del PT e intentaba convertirse en la primera alcaldesa de la capital de Rio Grande do Sul, pero fue derrotada por el centroderechista Sebastião Melo, del Movimiento Democrático Brasileño. El ganador obtuvo 54,63% de las adhesiones contra 45,37% de D’Ávila.
La única capital estadual que será gobernada por la izquierda es Belén, la ciudad más importante del norteño estado de Pará. Allí, en una pugna totalmente polarizada desde el punto de vista ideológico, Edmilson Rodrigues, quien pertenece actualmente al Psol, se impuso al derechista Everaldo Eguchi, del partido Patriota. Rodrigues, quien ya fue alcalde de la ciudad en dos períodos cuando era integrante del PT, entre 1997 y 2004, consiguió 51,76% de los sufragios contra 48,24% que cosechó Eguchi, quien era uno de los pocos candidatos que contaba con el expreso apoyo del presidente Jair Bolsonaro.
De acuerdo a lo que expresaron varios analistas políticos brasileños, reafirmando lo que habían expresado tras la primera vuelta de las elecciones municipales, celebradas el 15 de noviembre, estos comicios marcaron el retorno de la política tradicional, quedando de lado el extremismo de derecha, que tuvo su máxima expresión con el triunfo de Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2018. El corrimiento hacia el centro fue capitalizado por el PSDB, pero también por otros partidos, como Demócratas, sector que, si bien es de derecha, no está ligado a Bolsonaro ni a su retórica antipolítica.
Estas elecciones también dejaron claro que, para volver a ser una opción de gobierno, la izquierda y la centroizquierda deben apostar a la unificación de candidaturas. La idea de la creación de un frente progresista integrado por el PT, el Psol, el PSB, el Partido Comunista de Brasil, el ecologista Rede y el Partido Democrático Laborista –sector liderado por el ex candidato presidencial Ciro Gomes– parece ser el camino para tener chance de derrotar a la centroderecha y la derecha en las todavía lejanas elecciones de 2022.