Las principales luchas electorales que comienzan en las municipales de mañana en Brasil necesitarán un poco más de tiempo para definir a todos su ganadores. En parte, porque la mayoría de las grandes ciudades y capitales de estados deberán ir a segunda vuelta para elegir a sus alcaldes, pero también porque en esta votación comienzan a jugarse liderazgos y alianzas para las elecciones presidenciales de 2022.

En la alcaldía de San Pablo, la mayor ciudad del país, el favorito para ganar las elecciones es Bruno Covas, el actual alcalde, que pertenece al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y que encabeza la última encuesta de Datafolha con 32% de intención de voto. El sondeo lo coloca primero también en el caso de una muy probable segunda vuelta, sin importar quién sea su rival.

Por ahora, la disputa se concentra en el segundo puesto. Uno de los candidatos que podría competir con él en un balotaje por la alcaldía, el 29 de noviembre, es el diputado y ex conductor de televisión Celso Russomanno, del partido Republicanos, que aparece con 14% en la encuesta. Este dirigente cuenta con el respaldo del presidente Jair Bolsonaro y comparte las posiciones políticas, el discurso y hasta el estilo del presidente en sus declaraciones.

Si Russomanno es el candidato de Bolsonaro y de la ultraderecha, Covas es el heredero del gobernador de San Pablo, João Doria (del PSDB, como él), y de la derecha moderada. Para las elecciones de 2022, Doria se perfila como un rival de Bolsonaro. El enfrentamiento entre los dos dirigentes se volvió muy visible en los últimos meses por las políticas opuestas que impulsan frente a la crisis sanitaria generada por el coronavirus. Mientras que Doria aplicó medidas de distanciamiento social y cierre de actividades para frenar los contagios, Bolsonaro criticó a los gobernadores que actuaron de ese modo, se opuso a cualquier freno a la economía y le restó importancia a la pandemia.

El otro dirigente que podría llegar al balotaje por la alcaldía de San Pablo es el ex candidato presidencial y líder del movimiento de los sin techo Guilherme Boulos, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad, que aparece con 16% en la encuesta de Datafolha, aunque en otras alcanza porcentajes menores que los de Russomanno. También Boulos es una figura nacional en Brasil, que podría recibir un impulso en la votación de mañana.

El sondeo de Datafolha coloca en tercer lugar al centrista Marcio França (12 %), apoyado por otro dirigente con peso en todo Brasil, Ciro Gomes, del Partido Socialista Brasileño, y recién en el quinto puesto aparece el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Jilmar Tatto con 4%. El PT compite esta vez por pocas alcaldías en ciudades grandes, y, según las encuestas, tendrá dificultades para acumular victorias en estas municipales.

Distinta es la situación de otra candidatura de izquierda, la de Manuela Dávila, del Partido Comunista de Brasil, que compitió por la vicepresidencia en 2018 en la fórmula que encabezaba Fernando Haddad, del PT. La dirigente se postula mañana a la alcaldía de Porto Alegre y lidera las encuestas de intención de voto, aunque estos estudios indican que deberá competir en segunda vuelta por el cargo.

También se prevé una segunda vuelta en Río de Janeiro, en este caso entre Eduardo Paes, que ya ocupó el cargo de alcalde y pertenece al partido de derecha Demócratas, y el pastor bolsonarista Marcelo Crivella, de Republicanos, que busca la reelección.

El partido de Paes, Demócratas, es uno de los que más podrían crecer en esta votación, junto al PSDB. Según informó la agencia Efe, estas dos organizaciones políticas, además, iniciaron contactos entre sí para crear una alianza electoral para 2022, y así hacerles frente a los partidos de izquierda y a Bolsonaro. Las tratativas también involucran a un presentador de televisión cuyo nombre sonó como candidato en las elecciones de 2018, Luciano Huck, y al ex juez Sérgio Moro.

Bolsonaro le dio su apoyo a cinco candidatos, que podrían ser sus aliados en 2022, pero en esta votación el presidente no tiene un partido que lo represente. Poco antes de las elecciones presidenciales de 2018 Bolsonaro decidió postularse por el Partido Social Liberal, uno de los muchos que integró, y fue electo por esa organización política, pero durante su gobierno la abandonó y decidió crear la Alianza por Brasil, que está en proceso de inscripción y no se presenta a estas municipales.

Una encuesta difundida ayer por Folha de São Paulo pone en duda que el apoyo de Bolsonaro a un candidato pueda aumentar su votación: muestra que en San Pablo el rechazo al presidente creció de 48% a 50% y la aprobación cayó de 25% a 23%. Mientras tanto, en Río, el rechazo pasó de 41% a 42%, y la aprobación cayó de 34 a 28%.