A pesar de las reiteradas recomendaciones de los organismos de salud brasileños acerca de evitar el contacto social y las aglomeraciones para impedir la propagación del coronavirus, varias iglesias evangélicas permanecen abiertas y con algunos servicios religiosos completos. Incluso están abiertas megaiglesias como la Universal del Reino de Dios, de Edir Macedo, la Asamblea de la Victoria de Dios en Cristo, de Silas Malafaia, y la Iglesia Mundial del Poder de Dios, de Valdemiro Santiago, todas con miles de templos en todo el país y con sedes que tienen capacidad para 10.000, 6.000 y 15.000 personas, respectivamente.
Las iglesias han sido inmunes a las recomendaciones de los gobiernos estatales y del Ministerio de Salud sobre suspender eventos multitudinarios. Las autoridades están evitando ordenar el cierre de los templos, a pesar de que tienen un gran potencial para propagar la enfermedad.
De los 20 estados brasileños con casos confirmados de personas infectadas con coronavirus, hasta el miércoles 18 ninguno había establecido el cierre específico de las iglesias, alegando que entran en las recomendaciones generales sobre aglomeraciones. Sin embargo, ya existían entonces medidas de ese tipo para bares, restaurantes, centros comerciales y gimnasios.
Como primera línea para resistirse al aislamiento, el pastor y líder de la pentecostal Asamblea de la Victoria de Dios en Cristo, Silas Malafaia, que tiene más de 1.400.000 seguidores en Twitter, ha dicho con frecuencia mediante sus redes sociales que no cerrará sus iglesias a menos que lo ordene un tribunal. Malafaia ha criticado a los pastores que han optado por cerrar las puertas debido a la pandemia y ha alentado a sus fieles a “no tener miedo”. El martes 17, en la concurrida sede de su iglesia en Río de Janeiro, también se refirió a los líderes evangélicos que critican su resistencia a las recomendaciones del Ministerio de Salud como los “profetas del caos”.
Otras grandes iglesias evangélicas, como Sana Nuestra Tierra, Renacer en Cristo y la Cuadrangular del Poder de Dios, recomendaron a los fieles que asistieran a los servicios en línea, pero continúan con sus puertas abiertas. Un empleado de Mundo del Poder de Dios, cuya sede se llama Ciudad de los Sueños del Mundo de Dios, dijo por teléfono que la iglesia seguía con su programación normal de actividades y que “cualquier persona que tenga fe en Dios está protegida”.
Religión y alcohol en gel
“La Iglesia Universal permanece abierta”, anunció el portavoz de la institución, el obispo Renato Cardoso, en un comunicado oficial en video titulado “La Iglesia Universal y el coronavirus”, publicado el martes 17 en las redes sociales. La iglesia dirigida por el obispo Edir Macedo advirtió que no suspenderá los servicios y que abrirá los templos para orar durante todo el día con los pastores de guardia.
“Estaremos abiertos para que puedan ingresar, decir sus oraciones, ir al altar, dar su ofrenda, su voto, el diezmo, sus oraciones, sus plegarias, sus peticiones para los miembros de su familia”. Renato Cardoso, uno de los líderes de la Iglesia Universal del Reino de Dios
“Desde las nueve en punto de la mañana, desde la primera reunión hasta la última reunión en la noche, y todos los horarios intermedios, estaremos abiertos para que puedan ingresar, decir sus oraciones, ir al altar, dar su ofrenda, su voto, el diezmo, sus oraciones, sus plegarias, sus peticiones para los miembros de su familia, y si quieren hablar con el pastor, los pastores estarán disponibles para ayudar. No sólo aquí en el Templo de Salomón, sino en todos los templos de la Iglesia Universal del Reino de Dios en todo Brasil”, dijo Renato Cardoso, yerno de Edir Macedo, en el video publicado.
El viernes 13 João Doria (del Partido de la Social Democracia Brasileña), gobernador de San Pablo, el estado más afectado, decretó la suspensión de eventos con más de 500 personas. El domingo, sin embargo, el servicio de las 9.30 en el Templo de Salomón, que tiene la capacidad de albergar a casi 10.000 personas, estaba lleno.
La Iglesia Universal anunció el lunes 16 las medidas que tomará para evitar el contagio de coronavirus en sus templos: “Antes de ingresar al culto, se ofrece a los visitantes alcohol en gel o agua y jabón para lavarse las manos; dentro de los templos se les dice a las personas que se sienten lejos unas de las otras, manteniendo al menos una o dos sillas vacías entre ellas; se evitarán las oraciones en las que deben tomarse de las manos. También recomendamos que las personas mayores con problemas de salud permanezcan en sus casas”.
A pesar de ese discurso, la realidad es diferente. El miércoles 18 de mañana se llamó de forma anónima al Templo de Salomón para un reportaje, preguntando si estaba limitando el número de personas que asistían a los servicios. “Hoy está normal”, respondió el pastor Rodrigo. “Si se llegó a publicar [el comunicado de la iglesia] yo no supe, pero creo que esta semana Dios pondrá las manos sobre nuestro Brasil, pero no sólo en Brasil, sino en todo el mundo”, predicó por el teléfono. Según dijo, los fieles se lavan las manos antes de ingresar a las reuniones, reciben alcohol en gel y se les indica que mantengan distancia entre las sillas.
En la Catedral Mundial de la Fe, sede de la Iglesia Universal en Río de Janeiro, el segundo estado con más casos confirmados de coronavirus, la conversación fue la misma. También según el pastor Ronaldo todo sigue estando “norma”. “Se debe tener la protección de Dios. Pongámoslo de esta manera: si usted debe trabajar con dinero y recibe un billete y no tiene la protección de Dios, incluso en ese billete entrará el virus”, señaló. “Entonces, usted debe tener la protección de Dios. Usted entra, pone su mano en la baranda, y luego tendrá que creer en Dios”, agregó.
Antonieta dos Santos, de 55 años, de San Pablo, asiste todas las semanas al Templo de Salomón y vive con sus hijos, su esposo y su madre de 90 años. Dice que está tomando algunas precauciones, como lavarse las manos y lavar la ropa cuando llega antes de acercarse a su madre, y no cree que sea tan peligroso si continua con esa rutina. “En la iglesia son cautelosos. Fue una gran sorpresa para mí que tuvieran recipientes gigantes, como si fueran una copa de champán gigante, en los que te lavás las manos, y en otro vierten agua en nuestras manos. Luego hay otra persona delante de nosotros con alcohol en gel”, dijo.
Antonieta dice que es consciente del riesgo, en especial porque es diabética e hipertensa, pero dice que si la iglesia permanece abierta, ella asistirá a los servicios. Su hija, Tainá Campos, de 19 años, por lo general no asiste al templo, pero como no tiene clases fue con su madre el lunes 16. Dice que el pastor comenzó a predicar diciendo una oración para terminar con el coronavirus. “Dijo que debemos ser cuidadosos y precavidos, pero para que no perdamos la fe y no dejemos de ir a la iglesia no habló de ninguna medida preventiva”.
Medidas insuficientes
Para el epidemiólogo y profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de San Pablo Expedito Luna no es suficiente restringir los servicios a menos personas ni crear un programa de turnos. Explica que la enfermedad se puede transmitir tanto por contacto con personas infectadas como por contacto con superficies que tienen el virus, es decir, tocar lo que una persona infectada ha tocado.
Luna señaló que las investigaciones muestran que el coronavirus puede sobrevivir durante algunas horas en algunas superficies, como el plástico y el metal, por ejemplo. “El virus permanece en las superficies, por lo que es necesario desinfectar a cada persona en los lugares públicos, como lo están haciendo en los hospitales. Eso requiere que las iglesias limpien con mucha frecuencia, lo cual sólo debe hacerse en situaciones extremas. En el hospital las personas están enfermas con coronavirus u otra enfermedad; no pueden evitar estar allí, por lo que se utiliza este tipo de medida. Creo que las iglesias no deberían ser tratadas de manera diferente a un cine o una escuela. ¿Cuál es la diferencia?”, pregunta el epidemiólogo. “Son aglomeraciones innecesarias de personas que podrían evitarse”, agregó.
“La mayor plaga no es el coronavirus, es la coronaduda”. Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios
Coronavirus por coronafé
El obispo Edir Macedo ha estado predicando a sus seguidores que el coronavirus sólo afecta a aquellos que no tienen fe. “Mirá, todos están hablando del coronavirus y el mundo entero está arrodillado ante esta maldición, esta plaga llamada coronavirus. Muchas personas están hospitalizadas, muchas personas están en cuarentena, pero lo peor de todo es que la mayoría de las personas no sabe que la mayor plaga no es el coronavirus, es la coronaduda, porque en el planeta hay 7.000 millones y medio de personas y unos pocos miles han muerto a causa de esta plaga. Para que usted, que no ha sido afectado por el coronavirus, pueda enfrentar el coronavirus, debe tener el antídoto, que se llama coronafé”, dijo el líder religioso en un video publicado en su cuenta de Instagram.
Coronafé, explicó, “es esa confianza, esa certeza de que Dios está con usted y que nunca, nunca, nunca le fallará a aquellas personas que han creído en él, que han depositado su fe en él. La coronafé es sólo para aquellos que creen con todas sus fuerzas, con toda su alma, con todo su corazón, con todo su pensamiento en lo que está escrito en la palabra de Dios”.
El líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios también llegó a publicar un video en el que dice que el coronavirus no es más que una estrategia de Satanás y los medios de comunicación para inducir el pánico en la gente. “Amigo mío, amiga mía, no te preocupes por el coronavirus. Porque esta es la táctica de Satanás, o una táctica más de Satanás. Satanás trabaja con el miedo, el terror. Trabaja con las dudas. Y cuando la gente está aterrorizada, asustada, con dudas se vuelve débil, frágil y susceptible. Cualquier viento que sople será una neumonía para ellos”, dijo. El obispo eliminó la publicación después de que el patólogo Ben Schmidt eliminara la declaración que había publicado en Youtube. Edir Macedo había utilizado el testimonio del experto para relativizar la gravedad de la pandemia.
El propio presidente, Jair Bolsonaro, que en varias ocasiones minimizó la situación, instigado por un grupo de evangélicos que lo esperaban en el Palacio de Planalto el 17 de marzo, “profetizó contra el coronavirus”. En el video, Bolsonaro le pide a un pastor que ore para que la gente “no entre en pánico porque este problema pasará”. Todos cantaron “Ven con Josué a pelear en Jericó y las paredes se derrumbarán” y al final todos, incluido Bolsonaro, dijeron juntos: “Profetizamos la extinción del coronavirus en Brasil”.
Colaboración de Mariama Correia. Reportaje originalmente publicado en Agência Pública. Traducción de Mary Gómez.