El edil Carlos Bolsonaro, hijo de Jair Bolsonaro, dio a entender ayer que el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourão, conspira con enemigos de su padre. “¿Qué lleva al vicepresidente de la República a reunirse con el mayor opositor socialista del gobierno, que se muestra diariamente con actitudes totalmente a contramano de su presidente?”, tuiteó. Se refería a la reunión virtual que, según el gobernador de Maranhão, Flávio Dino, mantuvo con Mourão y con los demás gobernadores de la región, que integran el Consejo de la Amazonia.
Dino, del Partido Comunista de Brasil, informó en sus redes sociales de ese encuentro, enmarcado en la crisis desatada por la covid-19. Dijo que si bien no está de acuerdo ideológicamente con Mourão, “si Bolsonaro le entregara el gobierno, Brasil llegaría a 2022 en mejores condiciones”.
Según informó el diario Folha de Sâo Paulo, esta crisis generó una situación tensa en el ala militar del gobierno. Esta ala es representada por Mourão, que ha tenido diferencias con el presidente y sobre todo con el papel que juegan los hijos de Bolsonaro, también políticos, en el gobierno y su discurso.
En los últimos días, las críticas que ha hecho Bolsonaro a las medidas de aislamiento social para frenar la pandemia de coronavirus, también enfrentaron al presidente con gobernadores, actores judiciales, organizaciones sociales y hasta con el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, que tomó distancia de la postura del presidente.
Mientras Mandetta se alineó con los gobernadores, el presidente consideró que las medidas de estos son exageradas y dijo de su ministro: “Mandetta quiere ir muy a su aire. Quizá tiene razón. Puede ser. Pero le falta un poco más de humildad para liderar Brasil en este momento difícil”. Cuando un periodista le preguntó al ministro si pensaba renunciar, Mandetta le respondió que “un médico no abandona a sus pacientes”.
La manera en que Mandetta conduce la situación sanitaria actual tiene una aprobación de 76% entre los brasileños, muy por encima del 33% que le dan al liderazgo que ha tenido Bolsonaro, según una encuesta de Datafolha publicada ayer.
La posición del presidente, que relativiza el impacto de la pandemia y llama a ir al trabajo y mantener la economía en funcionamiento, generó reacciones también en ámbitos judiciales. La Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD) impulsa una denuncia contra el gobernante ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Según informó O Estado de Sâo Paulo, esta organización civil acusa a Bolsonaro de cometer un crimen contra la humanidad al llamar a tener conductas que incrementan el riesgo de expansión de la enfermedad. También señalan que pudo haber cometido un delito del Código Penal de Brasil referido a las epidemias.
Después de que el procurador General de la República, Augusto Aras, archivó un pedido de que se indicara al presidente seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y del propio Ministerio de Salud ante el coronavirus, la ABJD argumentó que tiene que recurrir a instancias internacionales porque Aras es el único que podría procesar a Bolsonaro debido al cargo que ocupa.