El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) presentó este viernes los resultados del relevamiento de personas en situación de calle que se realizó el lunes 20 y el martes 21 de julio. En esos dos días se contaron 2.553 personas, de las cuales 885 dormían a la intemperie y 1.668 en refugios del Mides. Con relación a 2019 la cantidad de personas en situación de calle aumentó 25,3%, sin embargo el Mides asegura que el porcentaje que quienes están a la intemperie bajó 15%.
Del relevamiento surgió que nueve de cada diez son varones y que hay una “sobrerrepresentación de la población afro”: tres de cada diez personas. La enorme mayoría, 97%, son uruguayos y 81% nació en Montevideo. Hay 17 migrantes en esa situación. También se constató que el promedio de edad es de 39 años, y el promedio de la primera vez que estuvieron en situación de calle es de 28.
Sobre los motivos por los que están en la calle, 49% dijo que se debe a problemas de vínculos o convivencia, 28% tiene consumo problemático de sustancias y 20% declaró no tener suficientes ingresos. A pesar de que 65% dijo que está solo, 56% aseguró tener contacto con una persona que no vive en la calle.
De las personas consultadas, 48% dijo que está en la calle desde hace menos de un año, 12% menos de un mes, y 25% desde hace más de cinco años. Una de cada cinco ha tenido alguna asistencia en refugios el año pasado y más de la mitad declara que tiene voluntad de asistir a uno. Si bien 66% dijo que tiene un trabajo, se trata de empleos precarizados e informales (59% son cuidacoches, 18% vendedores ambulantes); una sola persona dijo tener un trabajo formal.
También se tuvieron en cuenta datos sobre salud y educación. Según el relevamiento, 81% de los consultados está en el Sistema Nacional Integrado de Salud y 30% manifestó que tiene problemas de salud mental o estuvo internado en algún momento por ese motivo. A su vez, 47% dijo que tiene primaria como máximo nivel educativo y 33% ciclo básico.
Uno de los cambios con respecto a años anteriores es que 66% declaró que consume pasta base, 60% alcohol, 52% marihuana y 17% cocaína. “En comparación con los relevamientos de 2016 y 2019 aumenta el consumo de pasta base y esta pasa a ser la principal sustancia consumida en lugar del alcohol”, concluye el informe. Agrega que 5% de las personas dijo que está en tratamiento y 38% cuenta o contó con ayuda terapéutica en algún momento.
Con relación a la privación de la libertad, 54% estuvo alguna vez en esa situación, y 57% manifestó que antes de pasar por una institución carcelaria ya había vivido en la calle. En lo coyuntural, 58% dijo percibir menos ingresos a partir de la declaración de pandemia por el covid-19.
El relevamiento fue realizado por el Mides, el Instituto Nacional de Estadística y la Organización de las Naciones Unidas, y trabajaron cerca de 300 voluntarios en 86 zonas de Montevideo identificadas como de alta o mediana densidad de personas en situación de calle. Se contactaron tanto con las que dormían a la intemperie como las que pasaron la noche en un refugio.
Problema endémico
El ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, dijo en rueda de prensa que el problema de las personas en situación de calle es “endémico” en Uruguay y “viene creciendo año a año”. Agregó que “tal vez ahora los efectos de la crisis económica han aumentado, aunque la características de las personas que están en situación de calle son bastante parecidas a las que había del año pasado”.
Afirmó que al gobierno le preocupa el aumento del número de personas en esta situación, pero “se ha reducido la gente que duerme a la intemperie”. “Eso es por el aumento de más de 500 cupos que hemos generado este año, y creo que eso ha ayudado a que más uruguayos estén protegidos”, dijo.
Bartol manifestó que se llegará a atender la solución de fondo trabajando con otros organismos, como el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, la Dirección Nacional del Liberado y la Dirección Nacional de Salud Mental de la Administración de los Servicios de Salud del Estado. “Vamos a seguir trabajando para dar nuevas soluciones para la autonomía de las personas y no [alentar] la dependencia del Estado”, afirmó.
Sobre las personas privadas de la libertad, Bartol dijo que uno de los motivos por los que terminan en la calle es que se rompen los vínculos y “pasan años sin que nadie los visite”. El ministro afirmó que “a ellos es a los que especialmente hay que apoyar para que generen vínculos y cuando salgan de la cárcel tengan a alguien que quiera recibirlos en una vivienda y que les dé una oportunidad”.
Con relación al uso problemático de sustancias dijo que “la persona se siente sola y trata de apagar esa sensación con el consumo, son personas que se aíslan, tenemos que ayudarlos primero con un proceso de desintoxicación, intentar el consumo cero para luego ir a centros de medio camino y luego de apoyo comunitario. La experiencia dice que la gente sale adelante con el apoyo de otros y cuando se siente parte de la comunidad”.
Bartol agradeció a la sociedad civil que da apoyo a estas personas. Si bien más de la mitad de los encuestados aseguró haber sufrido algún tipo de violencia estando en la calle, el ministro señaló que “hay personas que les acercan un plato de comida caliente”. “Hay otras sociedades que son mucho más frías en el trato de las personas en situación de calle, creo que Uruguay tiene la característica de que somos solidarios, y eso lo tenemos que seguir manteniendo pero desde el Estado”, dijo.
De acuerdo con el ministro, la articulación con las intendencias del interior es buena, en especial con la de Canelones. “Hemos hecho proyectos en los que el Ministerio ha puesto el local y ellos los equipos técnicos. En otros lados es al revés. Tal vez con la Intendencia de Montevideo, que no dispone de camas, es más difícil, no tenemos esa coordinación que sí tenemos con las del interior. Montevideo sólo ha puesto cupos para estar durante el día”, dijo.
Bartol especificó que se encontró a un sólo menor de edad en situación de calle, y dijo que se trataba de un joven de 16 años que estaba en el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, en una “salida no acordada”, y que volvió al otro día al instituto.