El 9 de setiembre varios ex militantes de los Grupos de Acción Unificadora (GAU) concurrimos a la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad para declarar en el caso que lleva adelante el fiscal Ricardo Perciballe, presentado en el juzgado de la ciudad de Colonia, donde en noviembre de 1977 fue detenido el dirigente montonero Oscar de Gregorio. Un mes después de su detención en nuestro país, De Gregorio fue trasladado a Buenos Aires, donde murió a los pocos meses, después de continuas y durísimas torturas, de lo cual hay testimonios de supervivientes.
El pedido de citación de los testigos fue realizado por el juez de 4º Turno de la ciudad de Colonia, Andrés Hernández Ferreiro. La detención de De Gregorio, su traslado a la sede del Cuerpo de Fusileros Navales (Fusna), su internación en el Hospital Militar luego de un disparo que sus captores le efectuaron ante un intento de escape, así como su ilegal traslado a Argentina son relatados de manera detallada en el artículo de Lucas Silva publicado en la diaria del 10 de setiembre.
El objetivo de esta nota es dar cuenta de la represión que a partir de la detención de De Gregorio se desarrolló contra los GAU por parte del Fusna en Montevideo y por fuerzas represivas argentinas en Buenos Aires, en forma coordinada. En los días siguientes a la detención, en Uruguay se realizaron decenas de ratoneras, hubo cientos de detenidos y finalmente 24 resultaron procesados por la Justicia Militar. Quizá este frenesí represivo haya sido influido por el descubrimiento de la existencia de un grupo que, después de cuatro años del período de la mayor represión de nuestra historia, mantenía un funcionamiento orgánico y un trabajo político en barrios y lugares de estudio y trabajo. También hubo detenidos y muertos argentinos (unos por balaceras, otros por autoeliminación). Algunos fueron procesados, como el conocido pianista Miguel Ángel Estrella.
En Argentina, en esos mismos días de noviembre de 1977, se desató una represión similar. Hubo 31 secuestrados uruguayos, la mayoría de los cuales, aunque no todos, pertenecían a los GAU. Todos están desaparecidos. Estos hechos muestran, una vez más, la coordinación de las fuerzas represivas en los dos países, hecho repetido en múltiples casos. Y, como se indica enseguida, también permiten demostrar la falsedad de los informes presentados por la Armada a los pedidos de información de la Presidencia, y el ocultamiento que hicieron de esa coordinación así como de su participación en las acciones en Argentina, donde tuvieron un rol importante, claramente demostrable con sus propios documentos.
Para comprender el conjunto del proceso es necesario conocer los inicios de la represión en Buenos Aires, su posterior suspensión y su reinicio en noviembre de 1977, a partir de la detención de De Gregorio. Un informe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires o Policía Provincial, firmado el 16 de agosto de 1977, da cuenta de la detención de varios militantes de los GAU. Este informe fue conocido hace pocos años, cuando se inició el estudio del período represivo, hecho impedido antes por efecto de la ley de caducidad.
Según ese informe, meses antes de que fueran detenidos, la Policía Provincial argentina buscaba a una pareja paraguaya en una casa de apartamentos. Un vecino les dijo que no conocía a ninguna pareja paraguaya, pero sí a una uruguaya, y les señaló una puerta. Al entrar en el apartamento encontraron documentos políticos, y la pareja fue detenida. Eran militantes del GAU.
Poco después detuvieron a otro militante, que se había trasladado por un mes al exterior, pero cuando volvió, su casa estaba vigilada. Los interrogatorios y las torturas a los que fueron sometidos permitieron identificar otros nombres.
El informe mencionado indica que las acciones que realizaban los GAU se basaban en relevamiento de información y en llevar adelante discusiones, y que no estaban vinculadas con la situación argentina. También señala que nuevos posibles detenidos están ubicados en zonas en las que esa fuerza no tenía competencia porque estaba asignada a otra unidad, así que se pedía una decisión superior para intervenir o no. Las distintas unidades represivas de ese entonces se habían repartido el territorio para que ninguna interfiriera en las actividades de otra. El documento concluye con una frase que, pese a que han transcurrido más de 40 años, aún aterroriza. En referencia a este último detenido, Fernando Martínez Santoro dice: “Sugiriéndose para con el causante una DF por no considerárselo de interés para la investigación”. El propio informe de la Armada a la ministra de Defensa indica que DF debe significar “disposición final”.
Los hechos indican que no se tomó la decisión de continuar la investigación, porque en los meses siguientes no hubo nuevas detenciones. La situación cambió cuando De Gregorio fue detenido en Colonia, el 16 de noviembre. De Gregorio ingresó al país con una cédula falsa y otra cédula uruguaya que había sido perdida en Buenos Aires.
A las 72 horas, el 19 de noviembre de 1977, fue allanada la casa de la propietaria de la cédula y se encontraron materiales políticos, lo que llevó a la detención de la dueña de la cédula y de su hermano, a quien pertenecían los materiales. La tortura sistemática llevó a que en pocos días el Fusna realizara 50 operativos y múltiples detenciones, entre ellas las de los 29 miembros de los GAU procesados por la Justicia Militar y las muchos de otros que luego liberó por no tener vínculos con estos grupos. La amplia mayoría de las operaciones se realizaron entre el 19 de noviembre y el 6 de diciembre.
En Buenos Aires también hubo detenciones, y su celeridad y masividad indicarían que a partir de los datos que las fuerzas represivas ya conocían desde antes, como indica el informe referido, se realizó un trabajo de inteligencia que permitió detener a 31 personas en una semana. Estos hechos están descritos en el informe realizado sobre De Gregorio por el Equipo de Investigación Histórica de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente. El análisis de este conjunto de hechos permite realizar una serie de comentarios/conclusiones.
En primer lugar, que los operativos represivos de Montevideo y Buenos Aires fueron coordinados por las fuerzas de los dos países. Varios hechos permiten hacer esta afirmación:
a) Varios de los detenidos en Montevideo, en medio de la tortura, fueron amenazados con ser trasladados a Buenos Aires. “Vos sabés que si vas allá sos boleta”, les dijeron a algunos.
b) Tres oficiales del Fusna –Jorge Tróccoli, Ricardo Dupont y José Uriarte– se trasladaron en avión a Buenos Aires el 20 de diciembre y volvieron el 22 (existe registro documental en Migración y en la Compañía Aérea). El 21 comienzan las detenciones en Buenos Aires. ¿Qué razón puede explicar este viaje que no sea la coordinación (¿participación?) de los operativos que realizarían las fuerzas represivas argentinas?
c) Hay testigos de las operaciones en Argentina que afirman que en ellas participaban uruguayos. Lo mismo indican sobrevivientes del Centro de Operaciones Tácticas Nº 1 (conocido como COT1) y del Pozo de Quilmes, donde estuvieron algunos días los secuestrados uruguayos. Sobrevivientes argentinos del Pozo de Banfield afirman que “los uruguayos fueron interrogados por uruguayos”.
d) Varias fichas elaboradas por el Fusna sobre los detenidos en Buenos Aires, que integran los anexos del informe que la Armada entregó a la ministra Azucena Berruti en 2006, firmado por Juan H Fernández Maggio, comandante en jefe de la Armada, indican que el Fusna tenía información diaria de lo sucedido en Buenos Aires. A continuación, algunos ejemplos. En la ficha de Gustavo Arce –desaparecido– hay una anotación del 29 de diciembre de 1977, “Origen FUSNA”, que dice textualmente: “Hace dos días desapareció de la ciudad de Buenos Aires: es GAU”. Nótese que dice “desapareció”, o sea que registra un hecho anterior a la fecha en que fue anotado. Arce fue detenido el 22 de diciembre de 1977. En la ficha de Raul Gámbaro –también desaparecido–, el 2 de enero de 1978 aparece la anotación “ver carpeta 0455, de FMF, Origen FUSNA”. FMF es uno de los detenidos en Uruguay. Y así pueden indicarse varios otros casos que establecen relaciones entre detenidos en Montevideo y Buenos Aires a fines de 1977. No se podría haber hecho esas anotaciones, en esas fechas, de no existir una información precisa y al día de lo que ocurría en los dos países.
Debe tenerse en cuenta que todo indica que estas fichas del Fusna fueron “limpiadas”, es decir corregidas, borradas, sustituidas las originales por otras, lo cual puede deducirse del hecho de que algunas frases se cortan en una página y quedan inconclusas, y situaciones parecidas. Todo indicaría que existió una directiva para realizar esta limpieza. Pero los humanos se equivocan, omiten y cometen errores. Esta es la explicación más probable de que las citas mencionadas anteriormente no hayan sido borradas.
Una segunda conclusión es que los informes de la Armada al presidente incluyen falsedades, sobre todo para ocultar el rol que el Fusna tuvo en la represión en Argentina y por tanto en cuanto a los desaparecidos. Por ejemplo, en el informe firmado por Juan A Fernández Maggio se dice textualmente: “Existen documentos que permiten determinar en forma preliminar que el Fusna no participó de los operativos contra el GAU en Buenos Aires y que recién tomó conocimiento del listado completo de los detenidos después del 28 de febrero de 1978”. Memorando COMAR, julio de 2006, dirigido a la ministra de Defensa Nacional.
Los hechos mencionados y las citas de los documentos oficiales entregados por la Armada prueban inobjetablemente que esta afirmación es falsa. El Fusna sabía de los detenidos en Buenos Aires desde diciembre de 1977, como lo indican las fichas que hicieron de ellos. Y es muy difícil que el comandante en jefe de la Armada desconociera lo que ocurría, siendo la militar una organización tan vertical. A la vez, estos hechos muestran el largo camino que aún queda para descubrir la verdad de lo efectivamente ocurrido en la dictadura.
Finalmente, no deja de llamar la atención que oficiales que tuvieron un rol relevante en este triste y doloroso proceso aún no hayan sido procesados. Es el caso del ex comandante Tabaré Daners Eyras, juez sumariante de los detenidos del GAU en Montevideo, que tenía una oficina muy cercana a una de las piezas de tortura en el Fusna. A muchos nos amenazó con volver a la tortura si no firmábamos las declaraciones que ellos habían redactado. Lo mismo podría decirse de Ricardo Dupont, compañero de Tróccoli en su viaje a Buenos Aires en diciembre de 1977, con participación personal y directa en las desapariciones de uruguayos en Argentina. Sólo por mencionar dos nombres entre muchos posibles.
Mauricio Roque Méndez
Sus compañeros de militancia en los GAU y en la Vertiente Artiguista participan con dolor el fallecimiento de quien fuera activo militante sindical textil, de los GAU y de la Vertiente. Detenido en 1977, fue torturado en el FUSNA y preso por 6 años en el Penal de Libertad. Siguió luego como un activo frenteamplista en su Barrio Villa Teresa.
Que en paz descanse! Vivirá en sus descendientes y compañeros!