Joe Biden integró dos fórmulas presidenciales que hicieron historia. Cuando fue electo vicepresidente, en 2008, su imagen de político demócrata convencional era una garantía para que algunos estadounidenses se sintieran cómodos al votar una fórmula encabezada por Barack Obama, el primer candidato negro a la presidencia por uno de los dos grandes partidos políticos de Estados Unidos. 12 años después, a los 78, fue Biden quien encabezó la fórmula presidencial. Esta vez, el contrapeso a su perfil lo dio Kamala Harris, una dirigente de 56 años, hija de una científica india y de un economista y docente negro originario de Jamaica. Con la asunción de Harris, por primera vez una mujer es vicepresidenta de Estados Unidos.
No se trata de un dato aislado. El equipo de Biden se perfila como el más paritario que haya tenido su país, e incluye a representantes de distintos segmentos de la población que hasta ahora estuvieron excluidos de los cargos de gobierno. En estos aspectos marca un quiebre notorio con el Ejecutivo anterior, el de Donald Trump, donde hombres blancos eran una amplia mayoría.
No sólo Trump y su vicepresidente, Mike Pence, pertenecían a este grupo. Si se toma en cuenta a todos los ministros que pasaron por ese gobierno a lo largo de sus cuatro años, aparecen en la lista 20 hombres blancos estadounidenses, uno de origen cubano, el secretario de Trabajo Alexander Costa, y un afroestadounidense, el secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano Ben Carson. Mujeres hubo sólo tres, una de ellas de origen chino, la secretaria de Transporte Elaine Chao. Si se agregan a la lista otros funcionarios con rango ministerial –todos ellos blancos–, los hombres fueron 32 y las mujeres seis. Por otra parte, varios de los integrantes del gabinete de Trump provenían del mundo empresarial, eran millonarios y tenían escasa experiencia en política.
El equipo de Biden todavía no asumió en su totalidad, porque muchos cargos necesitan la venia del Senado. Pero si se confirman las designaciones dispuestas hasta ahora, estará muy lejos de esa homogeneidad. “Este gabinete será más representativo del pueblo estadounidense que cualquier otro en la historia”, dijo Biden, y agregó que “tiene más de una docena de nombramientos históricos, incluida la primera mujer secretaria del Tesoro, el primer secretario de Defensa afrodescendiente, el primer miembro del gabinete abiertamente homosexual y la primera ministra nativo-estadounidense”.
Entre los ministros hay diez hombres y cinco mujeres, y si se suman cargos asimilados a estos, son en total 13 hombres y ocho mujeres. Entre esas 21 personas, hay tres afroestadounidenses, tres de origen latinoamericano, una nativa estadounidense y una asiática. Y si se amplía la lista a subsecretarios y otros cargos, la tendencia a la diversidad crece.
Otra de las designaciones que el nuevo presidente calificó como histórica es la de la pediatra Rachel Levine, graduada en Harvard y profesora de Pediatría y Psicología en la Universidad Estatal de Pensilvania, que será la primera mujer trans en ocupar el cargo de viceministra. En un comunicado, Biden dijo que Levine, que estuvo al frente de la Secretaría de Salud de Pensilvania y dirigió las acciones frente al coronavirus en ese estado, aportará, como subsecretaria de Salud de su gobierno, “un liderazgo firme y una experiencia esencial para ayudar a la gente durante esta pandemia, independientemente de dónde vivan, la raza, la religión, la orientación sexual, la identidad de género o discapacidad”.
El presidente aclaró además que las personas elegidas para integrar su gabinete no sólo representan a diversos sectores, sino que fueron elegidas por su experiencia y capacidad política. Varias de las mujeres que integran su equipo, además de ser ministras, tienen a cargo algunas de las carteras más importantes, algo que no ocurría en el gobierno pasado.
La Secretaría del Tesoro estará a cargo de Janet Yellen, una doctora en Economía por la Universidad de Yale que fue la primera mujer en presidir la Reserva Federal y también será la primera en ocupar su nuevo cargo. Otra mujer, Avril Haines, será la primera en la Dirección de Inteligencia Nacional. Es una abogada y licenciada en Física que durante el gobierno de Obama fue directora adjunta de la CIA y dirigió también el Comité de Adjuntos del Consejo de Seguridad Nacional, dos cargos que ninguna mujer había ocupado antes. Otra exintegrante del Ejecutivo de Obama, Susan Rice, dirigirá el Consejo de Política Interior de la Casa Blanca.
A las mujeres designadas en el equipo de gobierno se suma Linda Thomas Greenfield, una diplomática negra que estuvo a cargo de la Oficina de Asuntos Africanos del Departamento de Estado, trabajó en embajadas en siete países y ahora representará a Estados Unidos ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde más de una vez el gobierno de Trump pateó el tablero. Durante la administración pasada Estados Unidos inició la salida de la Unesco y la Organización Mundial de la Salud, entre otros ámbitos de la ONU.
Uno de los nombramientos históricos que destacaba Biden es el de Lloyd Austin como secretario de Defensa. Si es confirmado será el primer afroestadounidense titular de esa cartera. En 2008, durante el gobierno de Obama, Austin estuvo a cargo de las operaciones en Afganistán, Irak, Yemen y Siria.
También es histórica la designación de Deb Haaland como primera integrante de un pueblo nativo estadounidense al frente de un ministerio, la Secretaría del Interior, que se ocupa del manejo de los parques naturales y los recursos petroleros. Integrante de la tribu Pueblo of Laguna, Haaland fue congresista por Nuevo México, y cuando llegó a la Cámara de Representantes, en 2018, ninguna mujer nativo-estadounidense había ocupado una banca allí.
Otras mujeres designadas por Biden son las que estarán al frente de la Secretaría de Comercio, Gina Raimondo –exgobernadora de Rhode Island que promovió desde ese puesto préstamos a pequeñas empresas–; la de Energía, Jennifer Granholm, primera mujer en el cargo de gobernadora de Michigan; la de Vivienda, la afroestadounidense Marcia Fudge, actual congresista por Ohio; y la titular de la Oficina de Administración y Presupuesto, Neera Tanden, de origen asiático. Otra mujer, Jen Psaki, ya comenzó a ocuparse de la comunicación oficial como portavoz del presidente. Antes, durante la presidencia de Obama, Psaki fue vocera del Departamento de Estado.
Herencia de Obama
Las designaciones de Biden dejan en evidencia todos los espacios que hasta ahora no se abrían a mujeres, latinos, negros ni a personas LGBTI. Por otra parte, también muestran la voluntad del actual presidente de rodearse de funcionarios que ya ocuparon cargos durante el gobierno de Obama.
Uno de ellos es Alejandro Mayorkas, que fue subsecretario de Seguridad Nacional en el anterior gobierno demócrata y ahora fue designado titular de esa cartera. Cuando asuma, será la primera vez que ocupe ese cargo una persona de origen latinoamericano y también la primera vez que lo hace alguien que nació fuera de Estados Unidos. El dirigente nació en Cuba, y una de las tareas que tuvo durante el gobierno de Obama fue la de trabajar en el acercamiento entre Washington y La Habana.
Otro hijo de inmigrantes, Miguel Cardona, de padres puertorriqueños, será el secretario de Educación. Ex director de escuela, Cardona fue el primer latino en ocupar el cargo de secretario de Educación en Connecticut, un estado que durante su gestión se convirtió en el primero en implementar un plan parecido al Ceibal, que aseguró computadoras y conexión a internet a todos los estudintes de escuelas públicas.
También tiene origen latino, en su caso mexicano, Xavier Becerra, que se encargará de la Secretaría de Salud en un momento en que el país enfrenta la crisis causada por el coronavirus. También él será el primer titular de origen latinoamericano en su cartera. Meses atrás, Becerra lideró la defensa ante el Tribunal Supremo de la ley que estableció el sistema de salud conocido como Obamacare.
El equipo de Biden incluye también varios hombres blancos. Uno de ellos es el designado para el cargo de jefe de Gabinete, Ron Klain, que trabajó en el gobierno de Bill Clinton y fue jefe de gabinete de Biden durante sus ocho años como vicepresidente. A Klain se agregan el próximo secretario de Estado, Antony Blinken (otro exintegrante del equipo de Obama y exsubsecretario de esa cartera); el juez Merrick Garland, designado como fiscal general; el ministro de Agricultura, Tom Visack; el de Trabajo, Marty Walsh; y el de Transporte, Pete Buttigieg. A la designación de este último, exalcalde de South Bend y exprecandido presidencial demócrata, se refirió Biden al decir que por primera vez una persona que no oculta que es homosexual integrará el gabinete.
Estados Unidos es uno de los países que nunca tuvieron una mujer presidenta ni un gabinete paritario o que represente la enorme diversidad racial de su población. Mantiene además tradiciones como el cargo de primera dama, con funciones protocolares y sociales, pensado para las esposas de los presidentes. Sin embargo, en los últimos años el país avanzó hacia una mayor diversidad. El único período de claro retroceso en ese camino fueron los cuatro años de la presidencia de Trump, que acaban de terminar.