QAnon engloba una serie de teorías de la conspiración difundidas por internet en Estados Unidos durante los últimos años. La idea central de todas ellas es que existe una elite secreta que gobierna el país y que mantiene una enorme red mundial de tráfico sexual de menores. De esta elite forman, según ellos, parte políticos del Partido Demócrata como Hillary Clinton y Barack Obama, actores como Tom Hanks, el empresario George Soros y la presentadora de televisión Oprah Winfrey, entre otros. Según los seguidores de QAnon, el presidente Donald Trump, apoyado por una parte de las Fuerzas Armadas, está librando una lucha en las sombras contra esa elite.

La teoría surgió en octubre de 2017 en el foro de internet 4chan. Un usuario que firmaba como “Q” (QAnon es la abreviación de Q Anonymous, “Anónimo Q”) publicó varios mensajes desarrollando la teoría y afirmando tener acceso a material clasificado del gobierno. QAnon fue muy marginal al principio, pero ha ido ganando adeptos y difusión en redes sociales alimentándose de otras muchas teorías. Se la considera heredera de una más pequeña llamada Pizzagate, que afirmaba que un grupo de políticos demócratas controlaba una red de pedofilia desde una famosa pizzería de Washington DC. Durante la crisis del coronavirus, QAnon también se ha mezclado con otras teorías conspirativas como la Plandemic, que defiende que la pandemia ha sido planeada por una elite secreta. Así, es difícil delimitar el contenido de QAnon, que ha ido mutando desde su aparición y generando distintas corrientes, incluidas algunas antisemitas o de quienes piensan que la supuesta elite pedófila también practica ritos satánicos.

Sin embargo, la idea central de QAnon es la existencia del “Estado profundo”, un poder oculto que controla un país al margen de las instituciones democráticas, la prensa y la opinión pública. Para los seguidores de QAnon, esta elite de pedófilos encarna un Estado profundo en Estados Unidos contra el que Trump libra una guerra encubierta. De hecho, muchos empezaron a darle validez a la teoría cuando Trump, preguntado por su opinión acerca de ella en agosto de 2020, lejos de desaprobarla, se limitó a decir que sólo sabía que sus seguidores “son gente que ama este país”.

Los seguidores de QAnon siguen los discursos de Trump buscando mensajes ocultos, como menciones al número 17 (la letra Q es la decimoséptima del abecedario), para demostrar que el presidente apoya la teoría y trata de comunicarse con ellos burlando al Estado profundo. QAnon también ha crecido gracias a la difusión de noticias falsas relacionadas con asuntos de la actualidad, como las protestas raciales, la pandemia o las elecciones presidenciales de noviembre de 2020. Todo ello ha dado popularidad a la teoría entre los sectores más reaccionarios del país y los votantes de Trump.

Antes de esas elecciones, algunas redes sociales, el principal medio de expansión de QAnon, tomaron ya algunas medidas para combatirla, alegando que puede fomentar ya no sólo el acoso por internet, sino agresiones físicas. A mediados de 2020, Twitter bloqueó miles de cuentas de QAnon para evitar un acoso organizado. Facebook ha eliminado cerca de 800 grupos y ha prohibido páginas y cuentas en Instagram. Además, la presencia de seguidores de la teoría en algunas movilizaciones ha llevado al FBI a considerar a QAnon una potencial amenaza de terrorismo interno.

Este artículo fue publicado originalmente por El Orden Mundial.