El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, participó este viernes de un evento virtual de Council of Americas, un think tank estadounidense, ante un público integrado mayormente por inversores y empresarios de ese país. Allí, según una crónica de Folha de S. Paulo, Araújo aseguró que Brasil busca que Estados Unidos sea “socio clave” en su desarrollo.

El presidente Jair Bolsonaro “tiene un proyecto transformador de Brasil en una moderna economía de mercado, incentivar las privatizaciones y acabar con el clientelismo y la corrupción, y queremos que Estados Unidos sea nuestro socio clave para eso”, dijo el canciller en un discurso de unos 45 minutos y en inglés.

Acusó a los gobiernos de las tres décadas anteriores de marcar distancia con Estados Unidos y de habilitar el crecimiento del “narcosocialismo” en América Latina. “Queremos trabajar con las grandes democracias del hemisferio, como Estados Unidos y Canadá, para librar a América Latina del narcosocialismo. Para evitar que crezcan los proyectos totalitarios en la región, precisamos luchar contra el crimen organizado”, afirmó el canciller, que lamentó que “infelizmente, el terrorismo y el crimen están vivos y están creciendo en la región, amenazando la democracia no sólo en Venezuela, sino en todos los países”.

“Brasil era parte del problema, ahora estamos intentando ser parte de la solución, y Estados Unidos es un actor fundamental”, dijo, y consideró que por tres décadas los gobiernos quisieron estar lejos de Estados Unidos y formar un bloque sudamericano “hostil, o al menos muy distante y frío en relación a Estados Unidos”. “Básicamente fue un joint venture entre Lula y Chávez que nos alejó de Estados Unidos”, afirmó.

El canciller bromeó sobre las diferencias entre Bolsonaro y el nuevo presidente estadounidense (el brasileño fue uno de los últimos presidentes en reconocer la victoria de Joe Biden), y dijo que los dos tienen “hasta las mismas iniciales”.

Dijo que las amenazas contra la democracia surgidas en Venezuela fueron gestadas en Brasil: “Es un sistema irrigado por esquemas de corrupción con raíces en Brasil, que ayudó a mantener ciertas corrientes políticas en el poder en varios países latinoamericanos”, acusó. Y de ahí el término “narcosocialismo”, sistema de corrupción, crimen organizado y socialismo que a su entender guio los gobiernos de los últimos 30 años de su país: “El plan era hacer de América Latina un lugar seguro para la corrupción”.