El Ministerio de Desarrollo Social (Mides) tiene previsto comenzar este mes a implementar cambios en el sistema de refugios nocturnos para personas en situación de calle. La cartera apunta a reducir los cupos de 30 a 20, aumentar la cantidad de refugios y que los equipos técnicos atiendan tres centros a la vez. En paralelo a esta medida, las autoridades del Mides se reunieron virtualmente este martes con el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, y las áreas de la pastoral social de la iglesia católica de Montevideo para presentarle un nuevo proyecto llamado “paradores nocturnos”.

En el documento presentado en la reunión, al que accedió la diaria, se informa que el objetivo de la iniciativa es proporcionar una solución habitacional nocturna y transitoria a personas que se encuentran en situación de calle, brindar “alternativas” y diversificar “los dispositivos de intervención existentes”. Se aspira también a generar espacios de “coordinación y trabajo conjunto” con las organizaciones de la sociedad civil que atienden a la población en intemperie.

Los “paradores” estarán abiertos dos días por semana, funcionarán de 21.00 a 9.00 y tendrán un cupo de diez personas por noche. “Esta iniciativa se suma a las otras propuestas previstas dentro del Plan Invierno del Mides y se prevé que estén abiertas durante los meses de julio y agosto”, se detalla en el documento. La cartera designará a un educador referente, que deberá llevar adelante las “actividades cotidianas referidas al funcionamiento del espacio” con el apoyo de voluntarios. La organización de la sociedad civil dispondrá el local para que funcione el “parador nocturno” y se encargará de la limpieza. La alimentación y el pago de servicios será acordado entre la cartera y la organización.

En la reunión virtual las autoridades presentaron la iniciativa como una nueva posibilidad de política pública a implementar este invierno. Desde la iglesia se evaluó que es una propuesta que todavía debe madurar.

El director de la División de Programas de Personas en Situación de Calle, Gabriel Cunha, precisó a la diaria que el proyecto se presentó a la pastoral, así como a organizaciones deportivas, y que la intención es seguir acercando la propuesta a distintos sectores de la sociedad civil. “Sabemos que hay distintas poblaciones que han tenido experiencias que no son buenas en centros nocturnos y que dicen: ‘Yo con los refugios no quiero nada’. Entonces, teniendo en cuenta que hay actores que ya tienen un rol en cuanto a la relación con la población vulnerable, lo que les planteamos es que estamos para apoyar”, apuntó.

“El nombre del proyecto te muestra lo que se quiere hacer: un lugar de achique, un lugar para parar”, dijo la presidenta de la Asociación Nacional de ONG Orientadas al Desarrollo (Anong), Cristina Prego, a la diaria, y advirtió que eso, en definitiva, es una forma de precarizar la respuesta de la cartera ante la situación de calle.

“Rol de contención”

“Si nosotros no nos adelantamos al problema [el invierno], no estamos a la altura de la demanda. Vamos a hacer todo para proteger hasta el último”, afirmó Cunha, y sostuvo que la responsabilidad del Mides es “no dejar a ninguno atrás”. “El Mides tiene que ser un gran articulador. Nuestro rol tiene que ser entender que no somos los dueños del bienestar de los uruguayos, sino que somos los que tenemos que asumir esa responsabilidad de proteger e impulsar el desarrollo [de las personas], pero también aprender con otros actores e instituciones”, agregó.

Cunha indicó que serán lugares de “contención”: “Seguramente, por la cercanía zonal o barrial esa persona acepte ir a ese lugar, pero es una protección casi que sanitaria en invierno”. Según dijo, si bien todavía están en conversaciones con las organizaciones, e incluso el proyecto puede cambiar, se estima que “no va a tener mucho alcance, porque son proyectos más chicos y seguramente en el volumen general no nos van a hacer la diferencia en cuanto a la atención en calle”.

Consultado sobre los riesgos de que haya solamente un educador en los “paradores nocturnos”, Cunha dijo que habrá supervisión de los técnicos del Mides y, en caso de que sea necesaria una intervención, se contará con el equipo móvil especializado que interviene en la calle.

Desde Anong consideran que el voluntariado es una estrategia importante en un contexto de crisis, pero también advierten que existe un riesgo de desprofesionalizar la intervención. Prego entiende que “eso termina afectando la calidad de la política social, porque no es lo mismo resolver una noche que un acompañamiento especializado, que además puede aportar elementos educativos y técnicos, y está más orientado a una proyección ciudadana”.

“No digo que no sea necesario, y en el invierno especialmente, pero no es una acción que trascienda lo puntual. Todas las modificaciones que se están planteando en malla de política pública van hacia ese lugar: reducir las cuestiones más educativas. Eso lo que implica es un planteo asistencial y no promocional, de cortísimo plazo, y no algo que se proyecte en cuanto a la promoción de la persona en todas las áreas de su vida”, agregó.

El objetivo de “ampliar la oferta”

“Cuando asumimos la gestión una de las cosas que entendíamos era que había una población muy heterogénea dentro de los centros y lo que teníamos que hacer era diversificar la oferta”, explicó Cunha. En esa línea, el director mencionó como ejemplos de la política pública los centros de 24 horas de cuidados, la implementación del programa de vivienda con apoyo, el proceso junto a la Administración de Servicios de Salud del Estado de desinstitucionalización de personas en centros de salud mental.

Para el director, los refugios tienen que brindar una “atención de emergencia”, pero es necesario “darles otro tipo de respuesta” a las personas en situación de calle. Si bien el equipo técnico deberá gestionar tres centros, Cunha dijo que se les dará dedicación total de 40 horas para que no solamente estén en horario nocturno sino también durante el día.

La diputada Micaela Melgar, exdirectora de la División de Programas de Personas en Situación de Calle, opinó que tanto el proyecto “paradores nocturno” como el cambio en el modelo de refugios del Mides reducen el aporte técnico y brindan sólo una solución de pernocte. “No piensan en el egreso de la población, sólo piensan generar disponibilidad para el pernocte. En todos los países con estos dispositivos se ha demostrado que el solo hecho de dormir adentro de un refugio no cambia la trayectoria de vida. Si ampliás cupos pero no tenés aportes técnicos, estás destinado al fracaso”.