“Estamos viviendo momentos muy complejos de la pandemia, no sólo en Chile sino en todo el mundo”, dijo el vocero del gobierno chileno, Jaime Bellolio. “Hemos debido tomar medidas más estrictas con el único objetivo de cuidar a las personas”, agregó. El jueves Chile superó el millón de contagios de covid-19.
Días antes, el gobierno de Sebastián Piñera había dispuesto medidas de cuarentena, que a partir del lunes se ampliarán a nuevas áreas y abarcarán 86,6% de la población. Desde ese día rige también un cierre de fronteras que se extenderá hasta el 1° de mayo, por el cual se restringirá la salida y el ingreso al país, con algunas excepciones, incluso para chilenos y residentes. Además se amplió el horario del toque de queda que ya estaba dispuesto para las zonas más pobladas y se suspendieron actividades que no sean calificadas como esenciales, en un intento de reducir la movilidad en un 30%.
Está previsto que mañana el Parlamento chileno vote la postergación de las elecciones municipales, regionales y constituyentes del 11 y 12 de abril al 15 y 16 de mayo. El mismo día, el Senado tratará la creación de un bono para la clase media y la extensión del Ingreso Familiar de Emergencia, dos medidas que la oposición reclamó para que los trabajadores puedan cumplir con las medidas de cuarentena sin que recaiga sobre ellos todo el peso económico de la medida.
En los últimos días, las muertes por covid-19 contabilizadas en Chile fueron 23.328, y según informó Efe, a estas se agregan otras 8.000 sospechosas que no fueron confirmadas por un test.
En la región, Brasil llegó esta semana a un nuevo récord diario de 3.950 muertes y a un promedio superior a 3.000 en los últimos siete días, de acuerdo con Folha de São Paulo. El país terminó marzo con los CTI al borde del colapso y con más de 66.000 muertes, una cifra que duplica la de febrero.
El gobierno de Jair Bolsonaro se niega a tomar medidas que restrinjan la actividad, pero sí lo hicieron sus vecinos. Bolivia cerró desde ayer las fronteras con Brasil, por una semana, para evitar que ingrese al país la variante del virus surgida en Manaos, al tiempo que intenta acelerar la vacunación en las zonas fronterizas. Argentina ya había cerrado sus fronteras días antes. Si bien este país registra en los últimos días un aumento del caos, se trata de un pico menor que el que sufrió en octubre, y enfrenta menos riesgo de colapso sanitario que sus vecinos. La ocupación de camas de CTI es de 55,8% en promedio y de 61,6% en la ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana.
Por su parte, el gobierno de Paraguay cerró espacios públicos y centros de esparcimiento comerciales, y puso un límite a las reservas de hoteles para los feriados de esta semana. Allí el promedio diario de contagios subió a unos 2.000, y el país enfrenta además largas demoras en el inicio de la campaña de vacunación.
También en Asia y Europa
Fuera de la región, el gobierno de Canadá dispuso el cierre de las ciudades de Quebec, Levis y Gatineau, informó AFP. En Asia, China, que casi no tiene casos que no sean importados, esta semana registró seis en la frontera con Birmania y decidió aislar a la ciudad de Ruili. También el gobierno de Japón tomó medidas en las áreas de Osaka, Hyogo y Miyagi, donde los bares y restaurantes cerrarán más temprano desde el lunes y por un mes.
En Europa, 27 países dispusieron algún tipo de restricción, 21 de ellos toques de queda. Francia sufre un pico de contagios que llegó a superar los 50.000 diarios y un total acumulado de 100.000 muertes. En respuesta, el oficialismo aprobó en el Parlamento nuevas medidas de confinamiento que entran en vigor mañana por cuatro semanas: suspensión de clases por tres o cuatro semanas, según el nivel educativo, un toque de queda de siete de la tarde a seis de la mañana, prohibición de viajes entre departamentos y la exigencia de justificar el alejamiento de más de diez kilómetros de distancia del domicilio.
También Bélgica cerró escuelas, fronteras y las actividades no esenciales, y en Italia las autoridades anunciaron que reforzarán la vigilancia para garantizar el cierre de espacios públicos en diez regiones críticas cuyas fronteras fueron cerradas. En Alemania se aplican toques de queda en algunas zonas. En Berlín, esto implica límites a la cantidad de personas que pueden reunirse en espacios públicos y privados desde las 22.00 hasta las 5.00, y el cierre de bares y restaurantes en ese horario. También cerraron las guarderías, con excepciones para los hijos de trabajadores de servicios esenciales.
En España el gobierno pidió a las autoridades regionales que apliquen restricciones estrictas durante esta semana de feriados y ceremonias religiosas. El estado de alarma que está vigente las habilita a disponerlas. Las más utilizadas, según datos de RTVE, son los límites a las reuniones, ya sean públicas o privadas, y al cierre del área de la gastronomía, que en varias zonas se limitó al delivery. Pero también se aplican, en diverso grado, toques de queda, cierre de comercios y medidas de confinamiento.
La experiencia portuguesa
Mientras otros países de Europa cierran su actividad, Portugal transita una apertura gradual. En enero, llegó a registrar casi 300 muertes y 15.000 contagios en un solo día. Con una población de diez millones de habitantes, acumuló un total de 16.868 muertes. Desde mediados de enero el gobierno aplicó medidas drásticas de confinamiento que exigen quedarse en casa y salir sólo para lo esencial. Recién hace dos semanas se volvieron a abrir las escuelas, jardines y guarderías, y todavía se mantiene el cierre de fronteras terrestres. A partir del lunes, los restaurantes con espacios al aire libre podrán recibir allí grupos de hasta cuatro personas distanciados unos de otros. En los últimos días, los contagios diarios bajaron a unos 500 o 600, y las muertes rondan la decena.