En su primera reunión del grupo, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha insistido en defender el multilateralismo y en impulsar medidas frente a la pandemia de covid-19. En el encuentro, en Falmouth, en Reino Unido, también participan Canadá, Alemania, Japón, Italia y Francia, además de representantes de la Unión Europea como bloque.

Además de la crisis sanitaria, está previsto que el G7 trate su impacto económico, que según dijo el primer ministro británico, Boris Johnson, puede dejar “cicatrices duraderas”. Entre las medidas para la recuperación económica, los países del G7 tienen previsto impulsar un impuesto global a las empresas multinacionales.

Al respecto, Biden dijo que la competencia entre países por recortar impuestos a las multinacionales afectó la capacidad de “protección a los trabajadores, la inversión en infraestructuras y el crecimiento de las clases medias” en la última década.

Otro punto a discutir es la necesidad de hacer llegar las vacunas a todos los países. Sin embargo, la iniciativa del grupo de donar un mínimo de 1.000 millones de dosis fue recibida como muy limitada. Para la organización Amnistía Internacional, ese número sería “una gota en el océano”, y para Oxfam, “un fracaso”. Según informó la agencia Efe, esas organizaciones estiman que se necesitarían unas 11.000 millones de dosis para poner un freno a la crisis sanitaria. Por el momento, Biden se comprometió a donar unas 500 millones y Johnson otras 100 millones.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo el viernes que “evidentemente se necesita mucho más” que las dosis prometidas, aunque la iniciativa es “muy bienvenida”. Guterres consideró que “hasta ahora la distribución de vacunas ha sido muy desigual e injusta”, y manifestó: “Apoyo la iniciativa de la India y Sudáfrica para liberar las patentes, pero no es suficiente. Se necesitan las herramientas para transferir la tecnología, y también hay que mirar de cerca las cadenas de suministros, un problema importante”.