Los dos partidos tradicionales de México, que durante décadas fueron rivales, se unieron para enfrentar al presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del domingo. La alianza electoral Va por México reúne al Partido Revolucionario Institucional (PRI), al Partido Acción Nacional (PAN) y también al Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en su momento fundó López Obrador. Todos juntos intentan evitar que el oficialismo logre la mayoría en la Cámara de Diputados, las gobernaciones de 15 de los 32 estados, presencia en 30 parlamentos regionales y miles de cargos en alcaldías.

Incluso con esa alianza tienen una tarea difícil. Según una encuesta publicada el miércoles en el periódico Reforma y el medio digital Latinus, la mayoría de la Cámara de Diputados quedará en manos del gobernante Movimiento de Regenaración Nacional (Morena) y sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México y el Partido del Trabajo, que se presentan bajo la alianza Juntos Haremos Historia. De acuerdo con el sondeo, obtendrán entre 261 y 311 bancas de las 500 que tiene esa cámara.

Un resultado de ese tipo le permitirá al oficialismo aprobar leyes, entre ellas las de presupuesto, pero no podrá reformar la Constitución sin el apoyo opositor, ya que para hacerlo necesita una mayoría especial de 334 diputados.

Otras encuestas concluyen que Juntos Haremos Historia y partidos vinculados con esta alianza en distintas regiones se encaminan a ganar la mitad de los estados que definen su gobernación el domingo, entre estos los de Guerrero y Michoacán. En cambio, en estados más conservadores, como Querétaro y Chihuahua, se prevé un triunfo de los partidos de Va por México.

Según el sondeo de Reforma, el partido del presidente, Morena, es el que tiene mayor intención de voto, 43%, seguido por el PRI, con 20% y el PAN, con 18%. Fuera de las dos coaliciones se presenta el Movimiento Ciudadano, liberal, que según la encuesta alcanzaría 7% de apoyo, y se postulan también algunas candidaturas independientes que reúnen 3% de intención de voto. En total, la alianza opositora Va por México tiene una intención de voto de 41% y Juntos Haremos Historia, de 48%.

López Obrador gobierna desde 2018, cuando su movimiento obtuvo, por sí solo, mayoría parlamentaria. Sus rivales afirman que decidieron unirse porque el oficialismo tiene mucho poder y que deben frenarlo en nombre de “la democracia”. Insisten en particular en que si no derrotan al presidente este puede aprobar una reforma que prorrogue su mandato por dos años, y esa perspectiva les preocupa.

Violencia en elecciones

Acerca de esta elección, las propias autoridades electorales han destacado que será la mayor en la historia de México por la cantidad de cargos en juego, unos 20.500, que serán definidos por 93,5 millones de votantes. Otra característica es que ha tenido una de las campañas más violentas, con más ataques contra candidatos y otros políticos.

Según datos de la consultora Etellekt citados por la agencia de noticias Efe, desde que comenzó la campaña electoral, en setiembre, fueron asesinados 89 políticos, de los cuales 35 eran candidatos o aspiraban a serlo. El número de muertes fue menor que el de 2018, cuando hubo 152 asesinatos, pero el total de ataques aumentó de 774 a 782. Esto incluye secuestros, agresiones físicas y amenazas.

A fines de mayo la violencia aumentó, con ataques como el que sufrió Alma Rosa Barragán, candidata por Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Moroleón, en Guanajuato. La mataron a tiros cuando hacía campaña en la calle, el 25 de mayo. A su asesinato se sumaron, en 24 horas, el secuestro de un candidato y ataques a otros dos. Una semana antes, en Guanajuato, el estado con más homicidios de México, había sido tiroteado un candidato al Parlamento local, Juan Guzmán, que sobrevivió.

El crimen organizado “quiere generar inestabilidad” en la campaña, dijo el presidente, que calificó de “muy lamentable” lo ocurrido. Pero también advirtió que a veces los partidos y las autoridades intentan “culpar de todo al narco” para “soslayar su responsabilidad”.

Días después del asesinato de Barragán, fue secuestrado Omar Plancarte, candidato del Partido Verde a la alcaldía de Uruapan, en Michoacán, y fue atacado a balazos otro candidato a alcalde, José Alberto Alonso, que compite en Acapulco por el partido Fuerza por México. En este caso, el dirigente, que iba con su custodia, no resultó herido.

Además, “el de 2021 es el proceso electoral más violento contra las mujeres”, porque de los 35 candidatos asesinados 21 eran mujeres, según manifestó el martes la organización Observatoria Ciudadana Todas MX.

El viernes el gobernador del estado de Guerrero, Héctor Astudillo, confirmó que estaba “a salvo” Marilú Martínez, candidata del partido Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cutzamala de Pinzón, que había sido secuestrada el miércoles de madrugada. “Nos da mucho gusto verla en buen estado”, dijo.

El presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, dijo que estos ataques “irrumpen en los comicios con el fin de crear zozobra, impedir la participación de la sociedad, cerrar el paso a algún candidato o candidata o fuerza política y sustituir el diálogo y la contienda electoral pacífica a través de la imposición de la fuerza”.

En este contexto, López Obrador hizo un llamado a “no tener miedo, a participar, a ir a votar” y manifestó: “Sólo así vamos a poder llevar a cabo la transformación del país, con democracia”. A los responsables de la violencia les advirtió: “Que no estén pensando que van a cometer un ilícito y no va a suceder nada porque están bien parados, porque tienen compradas a las autoridades, porque tienen influencia. Eso ya no funciona”.

Según la encuesta de Reforma, López Obrador llega a estas elecciones con una aprobación de 56% y una desaprobación de 42%.