El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que confía en que su primera reunión oficial con su par estadounidense, Joe Biden, el 16 de junio en Ginebra, será productiva, pero aclaró: “No espero grandes avances”. De todos modos, destacó que se tratarán temas “importantes” para los dos países como la seguridad, las crisis regionales y los problemas medioambientales.

“Debatiremos nuestras relaciones bilaterales. Parto de que debemos intentar hallar vías para normalizar estas relaciones. Hoy están a un nivel increíblemente bajo, todos lo sabemos bien”, dijo más temprano, durante una sesión del Foro Económico Internacional de San Petersburgo.

A su vez, Biden tiene previsto recibir el lunes al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, antes del encuentro con Putin y de la cumbre de esa organización, prevista para el 14 de junio en Bruselas. En esa cumbre, los socios de la OTAN tienen previsto justamente discutir sobre sus posiciones frente a “los desafíos de Rusia y China”, según la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Uno de los asuntos sobre los que difieren Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos es el gasoducto submarino Nord Stream 2, por el que Rusia podrá enviar gas natural a Alemania. Mientras Berlín apoya ese proyecto, Washington se opone, al igual que algunos vecinos de Alemania que tienen temor a que aumente el poder de Moscú en la región. Ayer Putin anunció que se completó el tendido del primer hilo de esa obra y que se trabaja en el segundo.

Por otra parte, en la agenda de Putin y Biden está pendiente la discusión sobre el control de armas. Stoltenberg celebró ayer que los dos gobiernos hayan decidido, tiempo atrás, prolongar el acuerdo Nuevo START, que limita la cantidad de armas nucleares de largo alcance. Sin embargo, agregó: “Necesitamos disuasión y defensa, pero también diálogo en lo que se refiere a Rusia, porque necesitamos dar un mensaje firme y predecible a Rusia, especialmente cuando vemos el comportamiento temerario” de ese país.